...
— Cuando se despierte, no habrá quien la pare.
— Cuando se despierte probablemente ya hayamos acabado y sólo se centre en él— Contestó el más mayor.
Colocó sin esfuerzo a Leo encima de una superficie de piedra, perfectamente tendido. Mientras que Alice, estaba tumbada en el cuarto de Obito.
— Madara.
— ¿Qué quieres ahora?— Espetó, sin mucho interés.
— ¿Cómo sabías que Zetsu iba a ir a por Yukine?— Preguntó el de la cicatriz. Se sentó frente a ellos, observando lo que hacía— Estabas demasiado seguro.
— Si te callas, será mejor para todos. Me molesta el sonido de tu voz.
— ¿Prefieres que me vaya a la cama con Alice?— Dijo, mofándose. Al instante, recibió una mortífera mirada de su ancestro.
— ¿Buscas que te mate, imbécil?— Gruñó. Su mirada era fría, y su voz cortante— No te vas a mover de aquí.
El de cabello corto se sacó la máscara, poniéndola encima de una mesa. Con una expresión cínica, sonrió levemente.
Se cruzó de brazos y se acomodó en su asiento.
— ¿Qué tienes planeado para la guerra?— Inquirió el pequeño Uchiha. Sabía que el hecho de que Zetsu los hubiera traicionado cambiaba sus planes, pero aun así no sabía qué tenía su familiar en mente.
— Matarlo— Respondió sin más. Fue claro y conciso, sin ni siquiera dignarse a mirarlo.
El otro se quedó en silencio. Fijó su vista en el cuerpo del hermano de Alice, examinador.
— ¿Nada más?
Quitando su concentración de Leo, Madara lo miró de soslayo con una mueca sádica y burlona.
— ¿Tienes miedo de que haga algo más, Obito?— Espetó— Puede que los mate a todos para apoderarme así del plan de Zetsu, eso estaría bien... ¿No es lo que piensas?
El de la cicatriz frunció el ceño.
— No sé si es una broma o no— Respondió.
— Yuki te está afectando demasiado— Murmuró el de cabello largo, con una mirada afilada. Obito se la devolvió.
— ¿Y a ti qué te importa lo que me afecte ella? Según tú, ya no te interesa. Así que puedo hacer lo que me plazca con Alice, porque a mí sí.
Madara dejó de mirarlo, poniendo sus orbes en el cuerpo de Leo.
— Eso ya lo veremos...
Frustrado, el más joven se levantó de la silla. Sin decir nada más, agarró su máscara con incordio y se marchó por el pasillo.
Para ir a la habitación de la ojiazul.
— Si necesitas ayuda con Yukine, ya me avisarás. Ya sabes dónde estaré— Dijo, antes de irse.
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Con un fuerte dolor en el pecho, unos párpados se fueron abriendo dejando así, mostrarse unos ojos claros.
Con pesadez y confusión, giró lentamente su cuello de derecha a izquierda, analizando el entorno y preguntándose dónde estaba.
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Única esperanza | Segunda temporada de Mundo Deseado |
FanfictionCuando las promesas y la esperanza que tienen es lo único que albergan, todo se entremezcla y se derrumba. Segunda temporada de Mundo Deseado.