En ese Maravilloso Instante © (SP#1)

Capítulo 16

LUCA.

Abandono el salón, seguro y satisfecho de que aprobé el examen. Recibí la hoja con miedo pero al verla, ese temor se convirtió en alivio porque lo estudiado había sido correcto.

Camino por el pasillo, seguido de otras personas que comentan sus posibles resultados y salgo del edificio pero antes de poder descender las largas escaleras, escucho como alguien grita mi nombre a lo lejos.

— ¡Luca, espera! ¡Espera!

Volteo la cabeza, como también otros, y veo a Dante corriendo hacia mí con su mochila en la mano.

— ¿Qué sucede? —pregunto con un poco de alarma en mi voz porque el gesto de su rostro no augura nada bueno.

Con la respiración agitada a causa de la carrera, balbucea:

—Mi-mi...

— ¿Tu qué?

Respira hondo y prosigue.

— ¡Yo no! ¡Mimi! ¡Melanie! ¡Tienes que ir a buscarla! —exclama.

—Espera, espera —pido— ¿Que sucedió? ¿Le ocurrió algo?

Al realizar estas preguntas, escenarios de todo tipo cruzan por mi mente. Me siento realmente preocupado por ella.

—Me acaba de hablar un conocido que se encuentra en el bar Inferno —explica—. Me dijo que vaya porque hay una chica pelirroja que está haciendo un strip-tease frente a todos los babosos del local. Creo que puede ser Mimi.

— ¿Crees o estás 100% seguro?

— ¿Necesitas si o si una confirmación? ¡Date prisa! Sabes que ella va con frecuencia a ese lugar. Sea o no, tendrás que sacar a una chica de ese lugar por su propio bien.

Tiene razón. Arrojo mi bolso sobre él, movimiento que no esperaba porque se estrella contra su cara.

— ¡Ey! —protesta.

— ¡Lo siento! —grito mientras salgo corriendo. Debo llegar pronto. No quiero ni imaginar lo que le puede pasar.

— ¡Voy contigo! —escucho que vocifera tras de mí pero no le presto atención.

Me limito a correr. Y son varias cuadras las que me quitan el aliento.

****************

Algunos gritos se escuchan desde lejos. Entro al bar y miro hacia todos lados. No me es difícil encontrar el centro del griterío. Hacia el fondo del bar, donde se encuentra la barra de tragos, veo una figura esbelta alzarse con los brazos extendidos por arriba de su cabeza y un vaso de algo en una de sus manos.

Su rostro es alumbrado por una de las luces azules del techo y distingo sus rasgos y gestos de embriaguez.

Es Melanie. Definitivamente.

Todos los allí presentes tienen sus ojos puestos en ella. Unos la miran embobados, otros con curiosidad y la mayoría de las mujeres con desagrado o diversión. Lleva unos shorts apretados, unos tacones negros y un top verde dejando al descubierto su ombligo. Ella mueve las caderas y el cuerpo en movimientos sugerentes, como invitando a cualquier ser a que cometa un pecado.

Da un sorbo a su bebida y sonríe seductoramente a sus admiradores, sabiendo lo que causa en ellos.

Siento una mano en el hombro.

— ¡Tenemos que sacarla de aquí lo antes posible! —grita Dante junto a mi oído tratando de hacerse escuchar sobre la música alta.

Asiento de acuerdo con lo que dice y me abro paso entre la gente. Cuando logro llegar hasta ella, grito su nombre.