LUCA.Odio. Furia. Ira. Esas son las palabras que cruzan por mi mente.
Después de encontrar la estúpida corbata azul de aquella persona, no podía permanecer encerrado en mi habitación. Sentía que todos mis sentimientos se compenetraban, queriendo salir de mi boca en un grito enfurecido. Me levanté del suelo y busqué una muda de ropa. Ya cambiado, tiré la asquerosa corbata en un cajón. No sabía qué hacer con eso pero tampoco pensé en dejarlo tirado como si nada.
Luego me percaté del celular que hace unos minutos sonaba y lo tomé. Tenía como 5 mensajes de Dante: en el primero me avisaba que iba en camino a dejar a las chicas y en los otros restantes, preguntaba porque no le contestaba o si me había ocurrido algo.
Ver sus mensajes, me sacó una ligera sonrisa. Hizo que imaginara a Dante como una novia obsesionada con saber en donde estoy. Creo que esa es una buena comparación, ya que Dante tiende a comportarse así conmigo en ocasiones.
Le respondí con un simple: "Ven a la parte trasera del Instituto Estrada", ya que conocía el lugar y era el más cercano. Salí de mi habitación y bajé por las escaleras a toda prisa. Todas las luces estaban apagadas y casi me caigo pero pude llegar a la puerta y abrirla con mi juego de llaves.
Corrí y corrí por las calles vacías hasta el instituto. Sin embargo, cuando mi respiración no daba para más, tuve que correr y caminar intercalando con las dos acciones. El lugar estaba desierto cuando llegué.
Ahora, después de media hora de espera, escucho pasos tras de mí. Al girar, veo a Dante. Luce preocupado y acelera el paso cuando repara en mi presencia.
— ¿Que sucedió? ¿Estás bien? Vine lo más rápido que...
— ¡Es un maldito hijo de puta! ¡La está engañando! —libero lo que tenía encastrado en el centro de mi pecho; lo que hace horas quiero gritar con todas mis fuerzas.
Él se acerca a mí con gesto sorprendido; creo que más por el grito inesperado que por las palabras que escupí.
—Espera, espera, ¿Quien está engañando a quién?
Mis ojos pican pero me niego a llorar. Sabía que mi padre no era el más confiable ni la mejor persona del mundo pero esto, no puedo perdonárselo. ¿Por cuántos años nos estuvo mintiendo? ¿Por esa mujer nos metió a ese asqueroso club? Acaso... ¿Tendrá hijos con esa mujer?
—Él... Mi padre. Está engañando a mi madre con otra.
— ¿Como lo sabes? ¿Estás seguro? —titubea.
—Si, Dante. Ví como los dos se arreglaban la ropa después follar sobre un auto. A él se le cayó la estúpida corbata.
—Pero la corbata podría ser de cualquier otro y...
— ¡No! ¡No! ¡Era él! —grito sin darme cuenta del nivel alto de mi voz. Cierro los ojos y mascullo—: Sé que era él. ¡Maldito desgraciado! Nos arrastró a esa ridícula fiesta para estar con su amante. Es... Es...
—Un malnacido —finaliza mi frase inconclusa.
Asiento y pienso en mi madre, en como ella dejó de lado tantas cosas por su culpa. Dejó su carrera como maestra, porque mi padre veía innecesario el que ella trabaje cuando él podía mantenernos. Dejó de lado a sus padres; por lo que sé, mis abuelos maternos nunca quisieron a mi padre como yerno pero mi madre lo amaba tanto que lo eligió a él. Si hubiera escuchado a sus padres, Giulia y yo no existiríamos, pero al menos no tendría que pasar por el dolor del engaño.
Algún día lo sabrá y por como ama a mi padre, sé que sufrirá. Esa es la razón del porqué lo odio en este momento. Me enfurece saber que mi madre sufrirá por su culpa aunque éste no lo merezca.
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En ese Maravilloso Instante © (SP#1)
RomanceDesde temprana edad, Gala Machado comprendió que su madre no la quería ni sentía afecto por ella y se conformó con una vida que conlleva el instituto y su casa sin ninguna emoción. Luca Pesaressi sabe desde pequeño, que su vida está atada a su mejor...