Capítulo 55

3.3K 188 1
                                    


GALA.

Ha pasado un mes en donde todo transcurrió con normalidad. O más o menos.

Todavía sigo siendo la niñera de Valeria y viajo todas las tardes después del instituto a la casa familiar de los Dufort; por ende tuve que inventar más excusas para Gabriela, cuando el anterior pretexto de hacer un trabajo práctico con Angie ya no era creíble. Hasta ahora parece no sospechar de mi trabajo y de cómo a escondidas dejo parte de mi sueldo en su billetera.

Mi madre sigue tratándome con cariño. Intento no demostrar mis sentimientos ante su falsedad y mantenemos una relación afable. Con respecto a las cartas, me fue imposible encontrar un momento libre para ir a la casa de Cuca. Tampoco es que tenga mucho camino hasta su propiedad, vive al lado, sin embargo la duda de ir o no, también influyó en mi accionar.

Ayer tuve otro exámen y, aunque estudié bastante, quizás no haya sido lo suficiente.

— ¿Tú entiendes algo? —le pregunté a Rocio, que despejaba su mesa junto a mí.

—Claro, es fácil. ¿Para tí no?

—Esto es una pesadilla para mí —murmuré—. Y estamos a unos meses de terminar el año. Quiero una nota más o menos alta para que en el próximo no tenga que sacar un nueve o un diez. Un milagro tendría que suceder para eso.

—No exageres. Podrás con esto, Gala.

La profesora frenó su andar cuando llegó hasta mi asiento.

— ¿Hoy si estudió, Machado?

—Claro —contesté fingiendo total honestidad.

—Por su bien y sus notas, espero que sí. Pero descuide que será fácil. Como todas las anteriores —dijo esto último dejando la hoja de exámen y siguiendo con su recorrido.

"Me quiero morir", pensé.

—No te preocupes. Te ayudaré lo mejor que pueda —susurró mi amiga.

Le agradecí y empecé con la prueba. Rocío pudo ayudarme en algunas ocasiones y en otras ya sabía lo que debía hacer. Una hora después, junto a Rocío y Ángela, comentamos como nos fue en el recreo.

— ¿Y como te va con Dante? —preguntó Angie en un momento de la conversación.

Estaba muy claro a quien iba dirigido esto, así que esperé por la respuesta mientras desenvolvía un caramelo que tenía en el bolsillo de la chaqueta y me lo llevaba a la boca.

— ¿Que hay con él? —cuestionó Rocío con desinterés.

Angie y yo nos miramos con complicidad.

— ¿Ya son algo? —interrogué.

—Mmm... sí. Somos amigos.

— ¡Vamos, Rocío! —exclamó Angie—. Somos tus amigas, ¿verdad? Cuéntanos.

Sonreí al escucharla decir amiga. Finalmente la aceptó en nuestro dúo y ahora seremos un trío.

—Les estoy diciendo la verdad. Somos amigos y nada más.

— ¿O sea que todas esas salidas de parejita no significan nada? —cuestioné.

Ella puso rodó los ojos y comenzó a negar con la cabeza.

—Era una salida de amigos. Además él no me ve de esa forma.

— ¿Estás segura? —cuestionó Ángela.

Los había visto juntos un par de veces y creí que de verdad había algo entre ellos.

—Claro que sí, Angie —afirmó Rocío con seguridad—. Y si ese fuera el caso, tampoco importaría porque no soy el tipo de chica que puede gustarle.

En ese Maravilloso Instante © (SP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora