GALA.Me remuevo a gusto sobre una superficie blanda y el placer de estar descansada hace que sonría, hasta que tomo conciencia y me siento de un salto. Observo a mi alrededor y reconozco mi habitación. ¿Como llegué aquí?
De inmediato, todo lo ocurrido golpea mi mente: el hospital, mi madre, Doña Cuca, Luca, los disfraces, nuestro beso y yo diciéndole a Luca que no me deje dormir...
Y el bastardo lo hizo. Vaya forma de cumplir promesas.
La ropa de ayer, que aún llevo puesta, me incómoda y decido cambiarme. Salgo de la cama y busco una camiseta verde en el armario, que era de Gabi y le quité hace mucho; ella no le dio importancia ya que la prenda le quedaba grande, al igual que a mí ahora. Luego agarro unos pantalones de algodón, ligeros y cómodos de color rosa claro.
Habiendo dejado aquellas prendas, y con la camiseta y el pantalón ya puestos, vuelvo a meterme bajo las sábanas. Doblo la frazada violeta hacia el otro extremo de la cama para que solo caliente mis pies. Un bostezo se me escapa y miro la hora en el reloj. 4:05am.
Me recuesto de lado y abrazo la almohada. Cierro los ojos y dejo que el sueño me arrastre.
*************
Vuelvo a despertar y por lo que veo en el reloj, son las 7:15am. Escucho ruido proveniente de la cocina y el murmullo de una conversación. Mi puerta está abierta y giro rápidamente, dándole la espalda. Subo las sábanas hasta mi barbilla y cierro los ojos.
Sé que Gabriela querrá una explicación y no sé que decirle porque ni yo misma sé que ocurrió. Entonces para evitarla, como una cobarde, fingiré que duermo para estirar el tiempo y poder pensar en algo creíble. O al menos, mandar un mensaje a Luca preguntando que pasó.
Oigo que unos pasos se acercan e intento que mi respiración se relaje y luzca tranquila. Los pasos frenan, avanzan. Siento la mirada de alguien sobre mi rostro y hago lo posible por mantener la calma y no ponerme nerviosa.
Unos minutos después, esa persona se aleja y suelto un inaudible suspiro de alivio. No escucho el sonido de la puerta cerrándose pero no me preocupo. Cerraré los ojos todo el tiempo que sea necesario y así evadir la retahíla de preguntas por parte de Gabi y Cuca.
Sumida en mis pensamientos estoy cuando mis sábanas vuelan y antes de que pueda protestar, un chorro de agua fría baña mi rostro; es como un puño helado que me noquea y reanima a la vez.
— ¡Mierda! —grito y me apresura en salir de la cama..
A través de mis mechones húmedos de pelo, veo a mi hermana con un balde en las manos. Mi camiseta verde está empapada por completo y parte de mi pantalón también.
— ¡Ahora sí que estás despierta, hermanita!
— ¡¿Pero tú estás enferma?! ¡¿Como se te ocurre tirarme agua mientras duermo?!
— ¡Ah, no! No me vengas con protestas que te conozco perfectamente, sé cuando duermes y cuando no —replica—. Y tú no estabas durmiendo ni nada, solo fingías y creo saber muy bien porqué. Tienes que contarme muchas cosas.
Frunzo el ceño sin entender a lo que se refiere.
— ¿Cosas? ¿Qué cosas?
Fija su mirada en mí y desvió la vista hacia la puerta donde encuentro a Cristal. Ella gesticula un "hola" y me saluda con la mano. Le devuelvo el gesto.
—Ánda, levántate y ven a desayunar —urge y gruño en respuesta.
Cierra la puerta tras ella al marcharse y me deja sola. Sigo estupefacta por lo que Gabi acaba de hacer. Está loca.
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En ese Maravilloso Instante © (SP#1)
RomanceDesde temprana edad, Gala Machado comprendió que su madre no la quería ni sentía afecto por ella y se conformó con una vida que conlleva el instituto y su casa sin ninguna emoción. Luca Pesaressi sabe desde pequeño, que su vida está atada a su mejor...