GALA.Es lunes por la noche. Estoy viendo la televisión con Cuca y llevo puesto un pijama, que consiste en un pantalón de tela azul y una camiseta de tirantes negra.
Después de mi llegada a casa, la escena con mi hermana, su supuesto amigo y de darme una ducha, caí rendida en la cama. Gabriela me despertó a las 5 de la tarde para que comiera algo y luego volví a dormirme. Al despertar a las 7 de la mañana me sentí mareada. Me perdí todo el domingo.
Mientras Cuca cuidaba a mi madre, llegué al instituto con la esperanza de poder hablar con Ángela y saber finalmente lo que sucedió el sábado pasado; pero esa oportunidad nunca llegó y mi mejor amiga tampoco.
La que si vino fue Rocío, que estaba con un atuendo simple y normal, muy diferente al de la fiesta.
— ¿Como estás, Gala? —preguntó sentándose a mi lado y dejando su bolso y unos libros sobre la mesa.
— ¿Bien y tú? ¿Llegaste bien a tu casa con Dante al volante?
—Si, por suerte no hubo ningún percance con el auto y llegué rápido a mi casa. Tenía que regresarlo a su dueño.
— ¿Fue muy agradable contigo, no? —dije en broma.
— ¿Al igual que su amigo y tú? —inquirió y empezó a darle besitos a su mano para burlarse—. No, no llegamos a ser tan agradables el uno con el otro.
Entonces ya no quise bromear, no quería hablar sobre Luca con Rocío; quizás en otro momento pero tampoco sabría qué decir. Luego lo sabrá Ángela y querrá más información. ¿Y que podría decirle? ¿Que el número de veces que besé a Luca supera el número de días que lo conozco? ¿Que me hace sentir demasiadas emociones a la vez?
Si mi "no relación" con Luca pasa a más que una simple atracción mutua, tendré que dar explicaciones.
— ¿Ese es el sonido de un auto? —pregunta mi vecina, volteando su cabeza a un lado. Se levanta del sillón y camina hacia la ventana.
La sigo mientras me pregunto cómo es que pudo oír el frenar de un auto cuando el volumen del televisor traspasa el límite de lo audible.
Al mover la cortina con flores rojas (elegida por Gabi), veo bajar a mi hermana de un auto negro con su maletín en mano; vestida con una camisa blanca, una chaqueta violeta encima, una falda tubo del mismo color y unos zapatos de tacón cafés. Su cabello se mantiene atado en una coleta.
—Lindo auto —comenta Cuca.
—Ajá —coincido con ella sin saber porqué. No me interesa ni el modelo ni la marca de aquello. Para mí los autos no son especiales y con tal de que me lleven de un punto a otro me basta y sobra.
Bueno, tampoco iría en un auto donde una de las puertas falten pero el tema automovilístico no es uno que me apasione o interese.
—Saldré a saludar.
Me aparto de la ventana y voy tras ella, que saca las llaves del bolsillo de su delantal.
— ¡Espera! —exclamo—. No creo que sea lo mejor, Cuca. Tal vez los interrumpas.
—Eso tendré que averiguarlo —dice abriendo la puerta y comienza el recorrido por el patio hasta la reja.
Ella cree que puede solucionar los problemas de cualquier persona y es algo entrometida en los asuntos ajenos, sobre todo en los asuntos de Gabriela.
Llamada por la curiosidad, voy a averiguar lo que ocurre. Al llegar, Cuca se encuentra besando la mejilla de Gabi.
—Hola, mi niña hermosa —saluda y luego coloca su atención en Sebastián— ¿Y quién es el caballero buen mozo?
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En ese Maravilloso Instante © (SP#1)
RomanceDesde temprana edad, Gala Machado comprendió que su madre no la quería ni sentía afecto por ella y se conformó con una vida que conlleva el instituto y su casa sin ninguna emoción. Luca Pesaressi sabe desde pequeño, que su vida está atada a su mejor...