GALA.Ha pasado una semana y varios días desde que supe que Alexánder Pierre Dufort es mi padre, que tengo una familia paterna con tíos, primos y abuelos pero a estos últimos todavía no pude conocerlos. Según mi padre, ellos viven en Francia asi que los llamará que vengan a la ciudad y puedan conocerme.
Le sugerí hacer una videollamada pero rechazó la idea porque quiere sorprenderlos. O darles un infarto por la impresión, pienso yo.
Camino por las calles de Padmore, yendo a casa luego de otro día de instituto. Hace días que no voy a la casa Dufort para cuidar a Valeria porque decidí tomarme una semana para prepararme y hablar con mis hermanos sobre el vínculo que nos une.
El tiempo transcurrió y mañana es el día.
Cuando entro al patio de mi hogar, cruzo el sendero hasta la puerta y al abrirla e ingresar, siento un ligero mareo. Cierro los ojos.
Estar en esta parte de la casa y cerca del pasillo me recuerda todo lo vivido. Incluso tuve pesadillas en las primeras noches al volver aquí. Aún escucho la voz de mi madre repitiendo que no quería hacerlo, a mi hermana pidiendo que mantenga los ojos abiertos; luego escucho el sonido de la televisión encendida que proviene del salón y todo se mezcla en una tortuosa melodía.
— ¡¿Gala?! —oigo exclamar a Gabi.
Recupero la visión y respiro hondo. Me digo que todo esto pasará y cierro la puerta de un ligero golpe. Me dirijo al salón con mi bolso en el hombro y allí encuentro a mi hermana que sentada en el sillón, sostiene el control remoto mientras cambia de un canal a otro y acaricia la cabecita peluda de Teo, la mascota de nuestro vecino.
Antes de tomar asiento a su lado, dejo mi bolso en el suelo y el animal viene corriendo hacia mí. Lo levanto del suelo y éste lame mi mejilla con mucho entusiasmo.
—Hola Grande GIM —saludo, tomando asiento junto a ella.
—Hola pequeña... —se detiene abruptamente y suspira— Ya no puedo llamarte de ese modo.
Entiendo que lo dice porque ahora tengo un nuevo "apellido".
Mi padre ha manifestado su deseo de cambiarlo cuando todo esté resuelto. Y luego de una prueba de paternidad que dió positivo, dejó en claro que le encantaría reconocerme legalmente como su hija pero fue tajante al declarar que era mi decisión y le agradecí por ello. Sin embargo, no planeo que esto cambie en mi relación con Gabriela.
—Claro que sí —replico—. Somos hermanas. Nos hemos dicho así desde niñas y yo te seguiré llamando de esa forma.
Ella sonríe. Abandona el control sobre el sillón y deja la televisión en un programa llamado Cake Boss.
— ¿Como te fue en el instituto? —pregunta y Teo se pone inquieto.
Lo libero y el canino lloriquea frente a mi hermana.
—Bien, por suerte —contesto—. ¿Y Cuca? ¿El señor Omar te dejó a este bebé y se fue a jugar al bingo otra vez, no?
Gabi se apiada del perrito y lo carga en brazos, donde éste se acomoda y cierra sus ojitos. Atisbo el programa en la pantalla y allí veo todo tipo de dulces que lucen realmente apetecibles.
—Cuca se fue al mediodía por unos trámites y quería enviarle algunas cosas a su hija en Corberia —dice Gabi y vuelvo a prestarle toda mi atención—. Y en cuanto a Omar, sí. Dijo que tenía una buena racha.
Asiento y pasamos un buen rato sin decir nada. Solo vemos la televisión.
— ¿Te encuentras bien? —inquiero cuando siento que el silencio entre nosotras es demasiado abrumador.
ESTÁS LEYENDO
En ese Maravilloso Instante © (SP#1)
RomanceDesde temprana edad, Gala Machado comprendió que su madre no la quería ni sentía afecto por ella y se conformó con una vida que conlleva el instituto y su casa sin ninguna emoción. Luca Pesaressi sabe desde pequeño, que su vida está atada a su mejor...