Capítulo 61

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GALA.

Trago saliva y respiro hondo para serenarme.

Debería estar nerviosa por estar con Luca, a solas y en su habitación sin nadie más en la casa, pero no, mi mente solo repite las palabras de Melanie. Todo es una mezcla pegajosa de pensamientos y dudas dentro de mi cabeza. Realmente pensé en la posibilidad de terminar con él. Y no solo por mi inseguridad ante lo sucedido y las razones que le dí, tambien por lo que oculto. Todavía no entiendo porque no se lo he contado. ¿Estoy haciendo lo correcto?

La vida pasada de mi madre sigue siendo un gran interrogante para mí. La renuencia de Cuca en hablar sobre ello y el haber quemado las cartas que podrían haberme ayudado mucho si las tuviera conmigo, me dice que es importante. Tengo varias hipótesis de lo que puede ser, ninguna buena, y que quizás expliquen la causa del odio que mi madre me ha guardado por años. Ahora sin más opciones, tendré que hablar con Gabi sobre el pasado de nuestros padres. Ella tiene que saber algo, después de todo, sabía sobre las cartas y nuestra madre confía ciegamente en mi hermana.

Luca se acerca a mí y me siento recta en la cama. Se coloca a mi lado y desanuda su corbata para dejarla colgando alrededor de su cuello.

—Te castraré por haberme traído hasta aquí sin que yo estuviera de acuerdo —refunfuño.

Chasquea la lengua y alza la comisura derecha de su boca.

—Era necesario. No pienso dejar que cortes conmigo por mi padre o por lo que Melanie te haya metido en la cabeza. Si lo haces, dame un motivo que sea más importante —declara tomando mi mano y permanecemos en silencio sin decir nada más.

De pronto, se levanta y camina hasta un equipo de música que se encuentra sobre un pequeño estante bajo la televisión. Toma el control remoto, toca un par de botones y luego vuelve conmigo. Alzo mi ceja y como nota mi confusión, dice:

—La música siempre ayuda a distender el ambiente.

Asiento, porque no sé a cuento de que viene eso, y Luca saca el celular de su pantalón. Cuando una canción comienza sonar a través de los parlantes, me doy cuenta que su celular tiene una conexión Bluetooth con el aparato.

Sin ganas de estar aquí, me levanto de la cama y le extiendo mi mano.

—Dame la llave —exijo.

Mete su celular bajo la almohada, se recuesta ligeramente y recarga su peso sobre sus manos.

— ¿Por qué crees que te la daré?

Ese tono chulesco al hablar me molesta y decido palpar su camisa para ver si ha escondido la llave allí.

—Porque te mataré si no lo haces. ¿Dónde la escondiste? —murmuro.

De repente, envuelve mi cintura con sus brazos y caigo sobre él.

—Entonces hazlo —pide clavando sus ojos en los míos—. Mátame, Gala.

Su voz y el modo en que me mira, insinuando la forma en que quiere que lo mate, acelera mi pulso y el conocido cosquilleo de la excitación invade mi entrepierna. Levanta su cabeza lo justo y necesario para pasear sus labios sobre los míos. Entonces me besa sin previo aviso y por un momento me dejo llevar por la intensidad...

Hasta que un rastro de lucidez me golpea. Muerdo sus labios y me alejo de él a toda prisa. Rodeo la cama dejándola como una barrera entre nosotros.

—Ya déjate de jueguitos.

—Yo no juego a nada —aclara y se pone pie para enfrentarme.

Pasa la lengua por su labio que al parecer, puse a sangrar.

En ese Maravilloso Instante © (SP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora