Capítulo 10: Consumación.

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Ese típico, común y hasta inevitable sentimiento de vergüenza había sido reflejado de la manera más ostensible en mis mejillas; pálidas y a penas recuperadas del frío. El chico de largo cabello castaño está al pie de la puerta con una mirada barahúnda y, efectivamente, vistiendo una camisa estrafalaria —un estampado de grandes plumas rosas sobre un fondo oscuro—, completándose por simples pantalones negros agujereados en las rodillas y unas muy desgastadas botas cafés de gamuza.

Alguien aclara su garganta, mis ojos revoletean y los siento secos. Puedo poner mi mano al fuego al asegurar que escuché una risilla por parte de Niall, confirmando una de mis temores; no había dejado de verlo desde que entró.

— Bueno, miren quien decidió hacer acto de presencia —Niall es quien comienza, y no puedo sentirme más humillada al saber que lo hacía solo para disolver un poco de la tensión que ambos habíamos creado.

— ¿Dónde estabas? —fue el turno de Liam, cruzándose de brazos y dándole una mirada dura.

— Fui a desayunar —responde sin más, una voz acentuada y trascendente llegando rápidamente a mis oídos, poniendo profundidad y ronquedad como características principales— Vi sus llamas cuando entré. Lo siento.

— Que conveniente —murmura Louis sarcásticamente, logrando obtener una mirada extrañada del chico— Quiero decir, ya sabes, si hubiera sido una emergencia...

— Louis, no ahora —pide Liam de manera suave.

Niall se acerca a Harry y lo mira curioso: — ¿Sucedió algo? —habla con un dejo de preocupación.

Respiro, levanto la mirada y me percato de que ahora todo ha vuelto a ser como hace un minuto; nadie me mira, nadie está al pendiente de lo que haga o no, así que puedo comenzar a maquinar una buena estrategia para salir de aquí sin levantar sospechas ni atención.

Deslizo mi pie izquierdo lentamente, luego el derecho lo toca, mi espalda se resbala contra la pared mientras sigo deslizándome y mis pulmones retienen el aire cuando comienzo a acercarme cada vez más al borde de la puerta.

«Sólo un poco más y me largo de aquí...»

— Si, en realidad si sucede algo —la voz de Louis se eleva sutilmente, y sin saber exactamente el porqué, mi corazón se agita— Nuestra nueva amiga intenta huir.

Me detengo abruptamente, giro la cabeza en un solo segundo y un mareo me aborda cuando tengo a los cinco chicos viéndome de arriba hacia abajo.

— ¿A dónde vas? —Niall, precisamente al que le tengo solo un ápice más de confianza, se permite dar dos pasos hacia mí.

Harry me da una mirada inexpresiva, quizá inexplicable, pincelada de matices verdes, mientras se pone a la par de su amigo. Abro la boca, tartamudeo y nuevamente el dolor de cabeza regresa: — ¿Te encuentras...?

¡¿Alguien ha visto a Mórozov?! —una voz agitada y eufórica se abre paso por todos los rincones, abro los ojos de golpe al reconocerla. Todos vuelcan su atención hasta la entrada y lo tomo como una señal para terminar mí huida— Tienes que irte ahora hasta la habitación seis.

El tono descompuesto que usa Cory me pone alerta. Mis ojos se abren como platos, mi corazón comienza a correr nervioso y no puedo evitar contener la respiración.

— ¿Es él?

— ¡Si! —Exclama agitado y me toma por los hombros— Tanner volvió y se dio cuenta que no estabas con April, así que antes de que me detuviera salí a buscarte, pequeña escurridiza —Libera su mano de mi hombro derecho para sacar un pequeño y robusto celular de su bolsillo— Haznos un favor y carga esto contigo en todo momento, siempre, Mórozov. ¿Entendiste? —Asentí, espantada por la preocupación que podía percibir en su voz— Joder, no deberías estar aquí, ¡¿Por qué estás aquí?!

ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora