Capítulo 51: Cuándo los lazos se rompen.

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Escucho el tic-tac del reloj, nuestras respiraciones en la sala y cómo mi espíritu se esfuerza en no romperse a llorar teniéndolo frente a mí. Guardando recelosa distancia para que no se percate de que mi cuerpo está temblando. Verlo aquí era cómo una epifanía, estaba tan cambiado, y no sólo físicamente, sino que la energía que su aura soltaba me dejaba perpleja, completamente helada.

Era como estar con un extraño.

¿Fue buena idea dejarlo entrar?

Paso saliva, tomo aire y trato de relajar mis extremidades. Puedo sentir sus ojos estudiándome a detalle, quemando en el proceso como si estuviera tratando de reclamar algo.

Mojo mis labios y no me atrevo a dejar de mirar el suelo cuando hablo.

— Creí que jamás te volvería a ver —confieso con un hilo de voz.

Él asiente taciturno e inmerso en no dejar mis ojos.

— Creí lo mismo —siento un nudo en mi garganta— Pero no dejé de buscarte en cada rincón de Londres, día y noche.

Mi labio inferior tiembla y lo miro mientras me sumerjo en inmensa agonía, en incesante dolor y consternación.

— Estuve sola —digo viendo a la nada, reflexionando— Pasé por momentos en los que me cuestionaba si lo mejor era rendirse. Me sentí tan vulnerable, vacía y perdida. No tienes idea de las tantas lágrimas que derramé mientras suplicaba que llegaras —mascullé.

— Edine, no quería que eso pasara —dice completamente afligido desde su lugar.

Conecto nuestras miradas y siento cómo mis lágrimas se forman.

— Pero pasó, Philip —le recuerdo y mi cabeza duele al recordar el comienzo de todo— Y eso jamás podrá olvidarse.

— Lo sé... —asiente bajando la mirada por primera vez desde que llegó— Y sé que es mi culpa.

Una lágrima se desliza por todo mi rostro y dejo salir un sollozo lleno de sufrimiento y melancolía.

— Ha pasado el tiempo, Philip, ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos—digo seria.

No puede venir con la idea de que todo volverá a ser como antes.

— Cada uno ha visto y tomado una nueva perspectiva, lo entiendo.

Asiento y dejo sus ojos.

— Hemos hecho de nuestra vida algo distinto con tal de seguir avanzando.

— Sí —concuerda viendo sus manos, pasando de repente a un estado aislado — Puedo ver que tú has... Avanzado.

Rápidamente entiendo su indirecta y suspiro. Me resulta algo difícil creer que él no ha estado con nadie más. Es difícil creer que sólo se ha enfocado en encontrarme, aunque no es imposible. Su palabra, su promesa y honestidad es ligeramente vacilante. Y aunque sé que es ridículo, algo dentro de mí se aferra a la posibilidad de que es todo lo contrario, de que Philip Kuznetsov sigue siendo el mismo chico del que me enamoré ciegamente.

Pero que ahora hay algo diferente, y me aterra no saber qué es.

— Es necesario soltar, Philip. El aferrarme tanto tiempo provocó más daño del qué podía soportar.

— Edine, ya te dije que yo...

— Tú no querías que eso pasará —lo interrumpo repitiendo sus palabras, mi corazón latiendo desembocando— Entonces dime, mirándome a los ojos y hablando sin barreras, ¿Por qué tardaste tanto? —mi labio tiembla y mi voz falla.

ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora