Capítulo 44: Lo que es y no será.

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Mis labios tiemblan mientras siento el agua helada deslizarse por toda mi piel, mis ojos están perdidos en pensamientos acerca del reciente suceso y en dados momentos un jadeo angustiado sacudía cada parte de mi cuerpo, haciéndome sentir observada, atemorizada y fuera de control. Recordándome que eso no era parte de mi imaginación.

Pero nada se compara a la declaración, nada puede quitarme el peso de encima al saber exactamente a quién se refería con «él». Nada me quitaba la pena de saber que Harry ya estaba cuestionando quién soy en realidad. Debí decirle, debí relatar mi historia completa y no sólo retazos que figuraban ser decentes. Debí haber hablado con franqueza tal como él siempre lo había hecho, debí verlo a los ojos y decirle que mi alma estaba recuperándose, estaba tratando de que la vida me enseñara el camino, estaba tratando de comenzar de nuevo.

Sólo estaba haciendo eso, ¿Acaso era malo? ¿Por qué cuándo creo que todo comienza a iluminarse llega una tormenta cargada de oscuridad?

Un sollozo me regresa a la realidad y entonces me percato de estar reclinada a la pared, mi mano derecha se dirige a la llave y cierra el paso de agua. Con esfuerzo para alejar aquella pesadez de mi sistema salí del baño envuelta en una toalla. Mi cabello goteando y dejando un pequeño camino detrás de mí, me acerco al tocador y me siento en el pequeño banco. Ahora, la chica que se reflejaba en el espejo estaba pálida y con los ojos irritados, sus labios estaban más colorados de lo normal y pareciera que estaba a punto de desplomarse.

Esa no era yo... ¿O sí?

No quería admitirlo, pero he pasado más tiempo en este estado decaído en lugar de sonreír y mantener el mentón en alto. Mantengo la vista fija unos minutos más y la aparto bruscamente cuando Harry se refleja en mi mente.

¿Qué tanto sabía ahora? ¿Qué tanto comenzaba a odiarme?

Otro tintineo suena a mis espaldas, mis ojos se cierran unos segundos como si se tratase de una herida, pero lentamente me giro para ver el celular reposando en la alfombra, justo dónde lo había dejado antes de perderme profundamente en rincones que jamás había visitado.

Miro que la pantalla se enciende en medio de la apagada habitación. La noche ya estaba llegando y no podía sentirme más miserable al momento que me agaché para tomarlo entre mis manos.

Sorbiendo mi nariz abro el nuevo mensaje y me preparo para el impacto.

[12:03 a.m.]: ¿Cuánto tiempo fingirías que tu vida era perfecta cuando en realidad se está cayendo a pedazos?

Niego lentamente sintiendo las lágrimas acumularse en el borde de mis ojos.

[12:05 a.m.]: Estuve esperando tanto tiempo para poder destruir todo lo que comenzabas a construir, te permití creer en la libertad y en la paz, observé cómo creías que todo cambiaría... ¿En serio creíste que me alejaría después de que tú me arruinaste?

Mi pecho de agita con vehemencia, tengo que sellar los labios para evitar que los sollozos salgan. Un tercer tintineo suena y la mano que sostiene el celular tiembla.

[12:07 a.m.]: Harry verá el error que cometió al confiar en una perra oportunista, falsa y desconsiderada cómo tú... Verá que jamás valiste la pena.

Dos lágrimas caen en mi mano y siento otras deslizarse por mi fría y erizada piel cubierta por una simple toalla, siento mis ojos arder y mi cabeza palpitar. Siento que mis entrañas se retuercen con desesperación y mi cerebro se encarga de mostrarme cada hermoso momento al lado del chico de ojos olivinos.

Soy consciente de apretar el celular y después caer sobre una helada cama que es testigo del desconsolado llanto que libero. Todo mi cuerpo se sacude con los jadeos, sollozos y respiraciones entrecortadas, todo mi cuerpo se siente enfermo y hebras mojadas de cabello se adhieren a mi rostro, ocultando mis lágrimas junto a las penumbras.

ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora