Capítulo 80: Resistencia.

2.1K 176 121
                                    

Navidad y año sucedieron normalmente. Claro está que mi espíritu se mantuvo reservado en la cena, permanecí algo decaída hasta que más tarde en la noche Gwendolyn pronunció: "¡Enine!", un gracioso intento de mi nombre y eso elevó mi felicidad un poco.

Las fotografías no pudieron faltar y los mensajes tampoco. Con una llamada corta confirmé que está vez los Tomlinson no quisieron celebrar en sí la Navidad, pero que los regalos esperaban debajo del árbol ya que fueron los últimos que su madre compró para cada uno. Comprendía muy bien que eso podría tornarse muy complicado y triste, pero Louis seguía intentando hacer lo posible para continuar caminando en la ruta correcta junto a ellas. Había firmado con una disquera recientemente y tenía varios proyectos puestos en pausa ya que él quería volver al trabajo dando lo mejor de sí y con la mente más clara.

Mi deseo de navidad es que todos seamos felices —dijo en la llamada y escuché como sorbía su nariz antes de reponerse— Y lo seremos... Sé que podremos.

Y eso me conmovió. Porque está navidad, hace unos meses, era visualizada como maravillosa; Harry y yo estaríamos juntos más que nunca, April estaría con nosotros al igual que Johannah y las cosas se verían más dulces. Pero es todo lo contrario, y es triste, sinceramente. Porque la Navidad anterior también tuvo sus problemas y el año nuevo... Bueno, tampoco fue mejor.

Así que me encontraba algo curiosa con lo que podría resultar para el 2017, más penas o alegrías serían recibidas o simplemente la vida se tornaría irreconocible. De todo corazón, esperaba que todos fueran felices. Ese era mi deseo de navidad. Y lo susurraba al cielo nocturno, en medio de todas esas estrellas y la brillante luna, porque muy en el fondo sabía que alguien escuchaba, y ponía mi fe en ello.

— Iré a recostarme un rato —digo levantándome y mis padres asienten.

— ¿Puedes dejar a Gwen en su cuna? —Pregunta mamá extendiéndomela y la acepto sin dudar— Tomaremos ponche de frutas más tarde, ¿Bajarás o te guardamos un poco?

— Avísenme, es muy probable que me quede dormida —nuevamente asienten y yo me giro para comenzar a subir las escaleras.

Llego hasta la cuna que está en la habitación de mis padres pero en el momento en que dejo reposar a Gwendolyn se remueve incómoda y sus gestos se contraen anunciando un llanto. Rápidamente la vuelvo a tomar en brazos y comienzo a arrullarla de un lado a otro.

— Creo que haremos una pijamada, pequeñita —le susurro y sonrío peinando su cabello.

Salgo al pasillo otra vez y entro a mi habitación, dejó la puerta entre abierta y con pasos suaves camino hasta la cama, con delicadeza la recuesto sobre una cálida frazada y cuando ella no muestra ningún indicio de llanto empiezo a poner varias almohadas a su alrededor para evitar que se mueva demasiado.

Sin quitarle la vista por mucho tiempo me cambio por un camisón cómodo y recojo mi cabello en una desordenada coleta.

Unos minutos después estaba acostada al lado de Gwendolyn, quién respiraba con parsimonia y desprendía un aroma a cereza. Verla tan tranquila y ajena a todo me provoca una tranquilidad inexplicable, me transportaba hasta una burbuja aislante. Es tan pequeña e inocente que quiero construir un gran complejo para evitar que algo malo le suceda alguna vez. Qué algo como lo que yo viví le llegue a pasar. Quería evitarlo a toda costa porque era un hermoso ángel, tan bello e indefenso que dolía. ¿Porque? Simple, sabía que sería imposible hacer que la maldad no la alcance. Era algo inevitable. Porque tarde o temprano ella comenzará a forjar su vida, y deberá atravesar tantas fases para que el significado de esta misma se enaltezca y las lecciones aprendidas jamás sean olvidadas.

De eso se trataba, cada uno iba escribiendo sus capítulos.

Suspirando la cubro un poco más y ella, entre sueños, suelta unos balbuceos que me hacen tomar mi celular y comenzar a grabarlos con una sonrisa. Cuando se detiene me enfoco en ver el vídeo unas cuantas veces y estaba a punto de dejar el celular en el buró cuando otro vídeo comenzó a reproducirse.

ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora