Narra Harry.
Mi mente se esfuerza en analizar lo reciente, lo intenta, lo intento, y con lentitud giro mi atención a la puerta cerrada; repasando nuevamente los segundos como si se tratase de un tortuoso bucle.
¿Qué estaba pasando?
¿En serio había sido él?
¿Realmente significaba algo? Por un demonio, Harry, absolutamente sí.
El silencio es abrumador, desolado, oscuro. Todo parece estar estático. Todo parece estar distorsionado. Todo parece irreal.
Hasta que sus pasos se acercan con vacilación, nerviosismo y cautela; queda frente a mí, la enfrento casi al instante, olvidando todo por un instante porque, siendo sincero o terriblemente débil, desde que nos separamos lo único que quería hacer era contemplar su rostro, sus ojos, sus labios... Quería tocarla, pensando en la remota posibilidad de que esto era un pensamiento retenido, que era una forma de reflejar mi negación y disgusto hacía el sujeto y que por una extraña razón estaban juntos, en una realidad alterna.
Tengo la intención de mover mi mano para tocar la suya pero algo me lo impide; así que ella se adelanta, sus dedos fríos rozan mi mentón y, por primera vez en mi vida, hago algo que jamás pensé hacer. Mucho menos si se trataba de ella; me aparté bruscamente, imponiendo una considerable distancia que hizo explotar mi pulso y poner una dolorosa expresión en su rostro.
Lo tuve claro desde que él apareció esa primera noche. Supe que atraería problemas por la energía negativa que emanaba; inconvenientes por el inminente olor a cigarrillo y licor barato; complicaciones por la forma en la que la miró, por la forma en la que le sonrió y se coló debajo de su piel, provocando una tormenta sobre nosotros.
Pero jamás pensé que llegaríamos a estar en medio de esto. Porque confiaba plenamente en ella, en todo, absolutamente. Porque me dije a mí mismo que ella tomaría las decisiones correctas, que no debía preocuparme, que nada pasaría.
Me equivoqué, se equivocó, como todo ser humano... Eso sucede, lo hacemos con tanta frecuencia que lo vemos cómo algo normal pero, desgraciadamente, siempre duele. Lo hace.
Y mierda, es insoportable.
Porque verla ahí con los ojos cristalinos, irritados anunciando sus lágrimas es insoportable. Es devastador. Es increíble.
Nos estamos cayendo, destruyendo y desapareciendo bajo un fúnebre silencio... Y no estamos haciendo nada para detenerlo.
Pero de hecho, ¿Qué podríamos hacer?
Hemos tenido tantos altibajos, hemos estando en el borde tantas veces, hemos experimentado tantas sensaciones que bien pudieron acabarnos; pero luchamos, lo combatimos, lo superamos.
Ahora dudo que eso sea suficiente.
¿Acaso había una remota posibilidad de que el suceso con Kendall le haya calado profundamente y motivado lo necesario? ¿Era esto una especie de venganza? ¿Una lección?
Niego lentamente con la cabeza.
Ella no es esa clase de persona.
Entonces el contexto cambia. Aprieto mis puños y dientes, siento como mi interior arde y mi juicio se nubla de ira con sólo pensarlo.
— ¿Él te obligó? —murmuro con esfuerzo y me atrevo a mirarla fijamente.
Solo se encoje, su labio inferior tiembla ligeramente y una lágrima se desliza velozmente por su mejilla mientras niega cabizbaja.
Eso me destruye... Aún más. Aún peor.
¿Por qué? Cariño, ¿Por qué?
— Lo lamento tanto, Harry —dice con voz rota y sólo crea más grietas— Lo lamento mucho, lo siento... Yo... Perdóname.
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Shy
Fanfiction[ SIN EDITAR ] ¿Qué sucede cuándo un célebre cantante y una joven quebrantada se cautivan con la simple presencia del otro? Honoré de Balzac dijo alguna vez; «Puede uno amar sin ser feliz, puede uno ser feliz sin amar... Pero amar y ser feliz es al...