Navidad había pasado como debería. Un gran banquete de comida deliciosa, la compañía sincera de la familia y largas conversaciones cómicas que creaban bellos recuerdos que, seguramente, serían relatados el año próximo.
La familia Mórozov se encontraba haciendo las compras para una soberbia cena con propósito de celebrar el año nuevo. Nuevamente, toda la familia estaría reunida y aquellos que estaban lejos se encontraban viajando para llegar a tiempo.
Todo Tobermory albergaba una energía renovada, un año nuevo significa renacer, revivir cada sueño y retomar aquellas promesas que por alguna razón no se realizaron. La gente estaba emocionada, la sensación podía palparse y tanto las serpentinas como las uvas estaban desapareciendo de cada supermercado. Por suerte, los Mórozov habían comprado la decoración con anticipación y ahora solo se preocupaban por conseguir unos botes de helado de nuez ya que a toda la familia Mórozov amaba saborear unas cuantas cucharadas después de la cena y antes de que el calendario se actualizara.
— Ayshane no hagas eso —dice Calem tratando de detener a su esposa quién quería agacharse para tomar unos bizcochos de chocolate.
Ella bufo y le envío una mirada molesta a su esposo.
— Estos últimos días no me han dejado hacer nada, estoy embarazada solamente... Y no es la primera vez.
Edine rodó lo ojos y tomo los bizcochos para ponerlo en la cesta de compras.
— Precisamente por eso, mamá. Estás por cumplir los nueve meses y no debes hacer mucho esfuerzo —aconsejó.
— Me siento bien —elevó un poco su voz y antes de intimidar a su hija y esposo; estos retuvieron sus carcajadas.
La verdad era que Ayshane Mórozov era adorablemente graciosa en las últimas etapas de su embarazo.
— Querida, mejor continuemos para no armar una escena en medio del pasillo de golosinas.
Varias personas estaban atentas a sus palabras y cuando Ayshane los miro todos regresaron a sus asuntos. Los tres salieron de ahí tratando de no reír y fueron directo a buscar los helados, pero en el trayecto un pasillo con varios libros apareció frente a Edine y una idea surgió en su mente.
— ¿Los veo en la salida? Quiero ver algunos libros.
— Bien, pero no demores, tenemos mucho que hacer para esta noche —dijo su mamá y desapareció de su vista.
— Ya que estarás aquí, ¿Podrías buscar un libro de nombres para bebés?
Edine asintió y sonrió ansiosa, el hecho de tener un hermano o hermana le hacía sentirse muy feliz, no solo porque la familia se extendería, sino porque veía qué sus padres estaban más allá de enamorados y nerviosos que llegaban a provocarle ternura ya que, a pesar de tener experiencia, parecían estar a punto de un colapso.
Había pasado casi veinte años desde que su primera hija llegó al mundo y sus conocimientos estaban algo oxidados, pero era seguro que el bebé estaría en un lugar seguro ya que Ayshane y Calem amaban con todo su ser a su familia y eran capaces de cualquier cosa para verlos felices.
— Entonces los veo en la caja.
— Bien —dicho eso también desapareció y fue en busca de su esposa.
Edine quedó sola en el pasillo y lo agradeció pues quería ver detalladamente cada libro hasta encontrar el que Louis quería.
Tres días después de Navidad regalos por parte de todos sus amigos de Londres estaban llegando a las oficinas postales de Tobermory y su corazón se hinchó de cariño ante sus molestias.
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Shy
Fanfiction[ SIN EDITAR ] ¿Qué sucede cuándo un célebre cantante y una joven quebrantada se cautivan con la simple presencia del otro? Honoré de Balzac dijo alguna vez; «Puede uno amar sin ser feliz, puede uno ser feliz sin amar... Pero amar y ser feliz es al...