Capítulo 22: (Styles y Tomlinson)²

3.6K 246 131
                                    

— ¡Duele! —exclama con una mueca y mira a su madre desde el espejo con leve molestia.

— Ya sé, bebé, pero necesito desenredar tu cabello si no quieres acabar con ciertos bichos diminutos rondando por toda tu cabeza —murmura y pasa el cepillo por la cabellera rubia de la pequeña.

— Pero tengo que bañarme todavía. ¿Por qué lo haces ahora?

— Si te bañas con el cabello hecho un desastre no se va a secar del todo y contraerás un resfriado, Lux.

— Y vas a hacer lo mismo después y dolerá igual —se queja con un tierno ceño fruncido.

— Si me dejaras peinarte todos los días esto no estaría pasando —dice ejerciendo fuerza en un determinado mechón que no dejaba pasar el cepillo. Veo que su rostro se contrae en frustración y jala con más determinación, en un abrir y cerrar de ojos el cepillo sigue su camino y un gran nudo de cabello yace entre las hebras de éste.

— ¡Mami! —exclama con dolor y sorpresa a la vez, sus regordetas mejillas se tiñen de rojo y sus ojos comienzan a crear lágrimas.

— ¡Oh, mi amor, perdóname! No quería hacerlo, Dios, lo siento bebé —se acurruca junto a ella con expresiones culpables y le da una mirada al cepillo antes de lanzarlo lejos.

Me acerco a ellas con precaución y los sollozos de la diminuta rubia me ponen alerta.

— Ya, ya Lux, realmente lo siento —dijo con la cabeza de su hija apoyada en su pecho, acariciado la parte recientemente afectada y provocando que los sollozos resuenen aún más.

Me pongo de cuclillas para quedar a la altura de ambas y le doy una sonrisa sellada. No sé qué hacer, sólo me quedo ahí observando.

— No me gusta peinarme —dice con voz aguda y ojos rojos.

Aún con la situación, Lou rueda los ojos. Me mira fijamente para luego murmurar "Esto es por Harry".

Retengo una risa, el encrespado es responsable de que Lux huya de su madre y sus intenciones de recoger su cabello.

— Lo sé, bebé, pero tú sabes que es necesario hacerlo.

— Duele mucho —se queja y se encarga de recordarle eso a su madre cuando señala el cepillo a distancia.

Lou suspira, parece irritada, pero decide pasarlo por alto y rendirse.

— Bien... Ya no lo haré.

Como si de magia se tratase, Lux se enderezó como resorte y se apartó de su mamá con una sonrisa dulce que carece de un diente.

— ¡Vamos a jugar, Edi! —me toma del brazo con ambas manos y se esfuerza en llevarme a rastras hasta su montón de juguetes.

Riendo por su reacción, como también por el impredecible sobrenombre que me había otorgado, terminé haciendo lo que quería.

— Pero con una condición —habla Lou una vez que ambas tenemos muñecas en nuestras manos.

Su hija la mira expectante y con la boca abierta, rápidamente la felicidad fue sustituida por nervios en su pequeño cuerpo.

— ¿Qué? —pregunta en un susurro mirando directamente la Barbie en sus manos, negándose a hacer contacto visual con su madre.

— Me dejarás, como mínimo, cepillarte el cabello en las mañanas y antes de dormir, ¿Entendido? —pone sus manos en su cadera y la mira firme.

— Pero mami...

— Lux —dice con reproche. Escucho un suave bufido de su parte y luego, con pesadez, asiente sin mirar a su madre aún— Perfecto —se da media vuelta y va hasta la maleta con sus pertenencias.

ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora