Capítulo 36: Ojos de cielo.

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Narra Harry.

Llegamos al Metro Radio Arena hace poco y estamos a tan sólo cuatro días para la finalización de la gira On The Road Again Tour.

Siendo mediodía nos encontramos en medio de los ensayos antes del concierto. La guitarra suena con energía y veo a Josh dejarse llevar con la batería al momento de llegar al coro. Poco a poco unimos nuestras voces y comienzo a creer que está vez si lograremos terminar la canción.

Sin embargo, fue muy pronto suponerlo.

Con sólo ver la señal de Louis todo se detiene abruptamente.

— ¡Lo siento, desafiné otra vez! Mierda, mierda y toda la mierda del mundo —dice mientras aprieta su micrófono con frustración y entonces Liam sonríe con diversión.

Niall simplemente se queda esperando a que volviéramos a repetir la canción y yo tomo un sorbo de agua mientras aguardo lo mismo.

Es la cuarta vez que nos detenemos e inevitablemente me pregunto si el coro de Fool's Gold tiene más dificultades en las entonaciones que en su momento de escribirla.

Observo a Louis caminar por el escenario con irritación y todo su cabello está desordenado debido a los tirones que él provoca. Quizá, el que estemos a poco de terminar la gira no es lo que lo abruma.

Llevamos los años suficientes como para decir que algo está yendo mal.

Cierro mi botella y miro a Liam, quien ya estaba mirándome con la misma sospecha. Niall se acerca a mí con discreción mientras ajusta sus auriculares.

— ¿Su familia, tal vez? —comienza y lo miro confundido.

— ¿A qué te refieres exactamente?

Me mira fijamente y de reojo veo que Liam va hasta Louis, quién parece estar entrando en un colapso. Tanto como Sandy y John aprovechan para volver a afinar sus instrumentos y nuestra entrenadora vocal, Helene, comienza a subir las escaleras para hablar con él.

El bebé —murmura viendo sus botas.

Aprieto los labios y luego tomo aire: — Ya han pasado meses desde la noticia, parece estar preocupado por algo más.

Se encoge de hombros mientras asiente: — Estos últimos días sí.

— Tendremos que hablarlo —digo convencido.

— Mhm, ¿Qué opinas en la terraza? —asiento lentamente.

— Algo está sucediendo y es extraño.

Me mira serio, rasca su cabeza y entonces suspira: — Sabes que las cosas pasan por algo. Siempre. No es necesario decirte el porqué. Desde el principio ha sido así.

Lo miro con el ceño fruncido y casi con perplejidad. Me quitó los auriculares y me acerco más a él.

— Pero no significa que todo el mundo tenga el derecho de saberlo.

Se ríe levemente, sin gracia y en sus ojos parece recordar algo.

— Cosas como estas, Harry, no se pueden mantener en secreto... Es imposible.

— No debería ser así. La vida privada es una mierda, pero no me pereció razonable revelar esa noticia con tanta ligereza, era un asunto íntimo y delicado.

— Lo era, tú lo has dicho. En este punto de la historia dudo que se pueda hacer algo, además de alegrarnos por Loui... Ser padre, ¡vaya! Eso es demasiado.

— Claro —digo simple.

— ¿No estas feliz por él? —reclama.

Lo miro inexpresivo, casi severo y me alejo un poco mientras sus palabras rebotan por todos los rincones de mi cabeza.

ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora