Capítulo 30: Sentimientos.

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Muerdo mi labio inferior con nerviosismo al notar como April y Corinne observaban las fotos en la laptop de Bea.

— Bueno... Miren el lado positivo, su cara no se puede distinguir en ninguna foto y los vídeos van enfocados en Harry y Niall —comenta Corinne mientras se sienta al lado de Bea.

— Es exactamente lo que te había dicho, Edine —habló la de ojos bicolor comiendo unas frituras— Aunque eso no las detendrá para averiguar quién eres.

— Gracias, Bea, eres excelente dándome ánimos.

Me guiña un ojo y mete más frituras a su boca.

— Es casi seguro que van a crear un shipname —dice la voz ansiosa de Corinne.

Hadine —dice Bea mientras eleva ambas manos en señal de grandeza.

Tomo el cojín que está a mi lado y se lo lanzo a la cara.

— Si solo van a decir tonterías entonces pueden salirse.

— En realidad, las que se van a salir somos nosotras —habla April luego de estar callada.

La miro incrédula y las carcajadas de ambas chicas no se hacen esperar.

— ¿Por qué?

— El próximo tren a Derby sale a las 10:50 y ahora son las 9:10, tenemos que tomar un taxi para llegar a la estación y comprar los boletos a tiempo, ¿Ya tienes tus cosas listas?

Asiento casi de inmediato, tampoco es como si tuviese muchas cosas. Al final logré reparar mi antigua maleta y ahora es con la que viajo a todos lados. Tan sólo tengo tres pares de pantalones, cuatro blusas de colores sólidos, una sudadera, un cárdigan y mis inseparables Converse blancos.

— Entonces... ¿A qué hora saldremos?

— En diez minutos o menos, mientras tanto iré a revisar si ya llevo todo —se pone de pie y comienza a caminar hasta la puerta— Por cierto, fue un muy lindo detalle de Harry regalarte aquello —comenta con una sonrisa resplandeciente antes de cerrar y los gritos de mis amigas lastimaron mis oídos.

— Vamos, cuénteme cómo sucedió todo —pidió Corinne mirándome con ojos ansiosos, pero me pongo de pie y voy hasta mi maleta.

— Ya lo escucharon, en diez minutos nos vamos.

Escucho sus suspiros desganados y debido a que ahora estoy de espaldas no pueden ver mi sonrisa burlesca.

Quería conservar el momento para mí... Y para Bea, quién de seguro le dirá después. No me molestaba ya que confiaba en ambas. Sin embargo, lo que sí mantendría refugiado en mi interior era la reciente confesión que me hice a mí misma. Quizá era evidente, quizá no, pero una cosa es segura; si ellas llegan a saberlo, absolutamente todo de saldría de control.

— ¿A dónde irás está semana, Corinne? —Bea entabla una nueva conversación y de nuevo escucho como mastica sus frituras.

— No tengo nada planeado aún. Puedo regresar a mi departamento en Liverpool o ir a la casa de mis abuelos que se encuentra en las afueras de Aberdeen... ¿Tú irás a Willoughby?

— Mi papá quiere hacer un día de campo con sus hijos así qué sí.

— Tienes dos hermanos, ¿Cierto?

— Alfie y Boris, sí. Deberías comprenderme cuando digo que estoy harta de que ellos jueguen con mis cosméticos para dibujar.

— O que agarren tus brasieres para usarlos como rodilleras y cascos.

Un gruñido sale de la garganta de Bea y yo me río.

— Había comprado uno en Victoria's Secret y ellos lo hundieron en un charco de lodo.

ShyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora