Tengo ganas de golpearlo, pero me contengo. Lo observo con detenimiento mientras hace su actuación de chico bueno. Nos enseña las cartas donde retiene nuestra información y decido que, desde ese momento, no demostraré mis habilidades frente él.
Entre los participantes del examen están personas que jamás he visto, los de la Arena y unos del Sonido. Estos últimos nos observan como si fuéramos comida. Entonces, ellos nos atacan. Kabuto nos defiende, pero le lanzan una onda de sonido que lo hace vomitar. En eso entra el ninja que nos guiará en la primera prueba.
—Vuelvan a su lugar, mocosos —dice—. Mi nombre es Ibiki Morino y les aplicaré la primera prueba de los exámenes chuunin. Será un examen escrito con valor de 10 puntos que probará lo que saben. Para cada fila hay un ninja. Si se les ocurre copiar y son descubiertos, se les restará dos puntos. Cuando acumulen las cinco fallas, ustedes y su equipo deberán retirarse. El examen durará una hora; la décima pregunta se les dará cuando falten quince minutos.
Nos pide que pasemos y tomemos una ficha donde dice el lugar que ocuparemos en los asientos. Antes de que mi equipo se siente, los detengo.
—Solo quiero decirles algo —me excuso—: no dejen que los subestimen. Si dicen que no pueden, no les hagan caso. Si les dan la oportunidad de renunciar, no lo hagan.
Ellos me miran sin comprender y, aunque Naruto se queja, no aclaro sus dudas. El examen comienza y sé que Naruto está estresado mientras que Sasuke analiza la situación. Leo las preguntas: realmente son imposibles de contestar. ¿Cómo es que Sakura lo logró?
(...)
Miro a mi alrededor al cabo de unos minutos. Han pasado como veinte de ellos y no he contestado nada. ¿Cómo conseguir información? No tengo habilidades que me ayuden. Sasuke usa su sharingan, Ino su posesión de mentes, Kiba a Akamaru, Gaara un ojo de arena... Todos tienen algo, pero yo no logro hacer nada excepcional. Mis habilidades son escasas al igual que mi control de chakra. En lo único que soy buena es en el taijutsu y el uso de armas. Comienzo a estresarme. Mi objetivo es conseguir al menos una respuesta, pero no he logrado nada.
(...)
Quince minutos más tarde, mi desesperación es intensa. Sé que el examen solo es para ver si puedes conseguir información sin ser descubierto, pero quiero conseguir algo por mi propia cuenta. «¿Qué puedo hacer?, ¿qué puedo hacer?», me repito en mi mente, una y otra vez.
Han sacado a más de la mitad de los participantes. No sé cuántos queden, pero son alrededor de 100. Naruto está igual o peor que yo; en cambio, Sasuke está sereno, al parecer consiguió todas las respuestas. De repente, siento que puedo mirar más allá sin tener que ver, ya que mi vista se nubla. Veo negro, pero en mi mente aparecen imágenes de Sasuke que se amplían. Es como si estuviera flotando en el aire. Intento dejar de verlo a él en mis pensamientos y lo logro. Su examen toma su lugar y veo todas las respuestas. Las memorizo y, cuando ya está hecho eso, vuelvo a ver con mis propios ojos. No sé qué sucedió, pero tengo un horrible dolor de cabeza. Lo ignoro y contesto lo poco que recuerdo.
(...)
Sacan un último equipo y sé que es hora de la décima pregunta.
—Bien —comienza a decir Ibiki—, ya faltan quince minutos. Es momento de la décima pregunta.
Naruto pone toda su atención, al igual que todos. Al parecer, soy la única que está completamente serena.
—Antes que nada —se interrumpe—, si deciden contestar esta pregunta y fallan, no podrán repetir el examen otra vez.
Se escuchan varios murmullos, algunos se quejan en voz alta y otros solo muestran una expresión de desagrado.
—Pero —continúa—, si deciden no hacerlo, podrán intentarlo la vez que viene. Así que, este es el momento para salir.
Otra vez los murmullos. Algunos participantes se miran entre su equipo y otros bajan la mirada, pensando en las posibilidades. Sasuke me mira y sé que ha recordado mis palabras; Naruto se mantiene concentrado al instructor.
—Yo me retiro —dice alguien—. Lo siento, chicos, no puedo arriesgarme.
—Tú y tu equipo están obligados a salir —dice Ibiki—, háganlo.
El equipo del chico obedece y otros más se acobardan. Si supieran cuál es la pregunta, no renunciarían.
Seis equipos más salen. Todos están pensando en las posibilidades, sé que algunos se plantean firmemente el salir y renunciar. Miro a mi alrededor y los 15 de la Hoja siguen aquí: Naruto, Sasuke, Shikamaru, Ino, Chouji, Hinata, Kiba, Shino, Sakura, Issei y Moitse (del equipo de Sakura), Neji, Lee, Ten-ten, y yo; no me preocuparé, ninguno renunciará.
Miro a Sasuke, él está concentrado; después, a Naruto, quien está levantando su mano... «¡¿Qué?!». Mi sangre se va de mi cuerpo en menos de un segundo. ¿Renunciará?
—¿Acaso creen que renunciaré? —le grita al instructor, respondiendo mi pregunta—. ¡Pues no es así! ¡No, señor! Yo no renuncio ni me rindo. ¡Este es mi camino ninja!
Con sus palabras, le inspira confianza a los demás. Me quedo tranquila al saber que no renunciará, por más difícil que parezca. Él es perseverante. ¿Por qué creí que él renunciaría? Qué idiota soy.
—Bien —dice Ibiki—, ustedes aprobaron.
Algunos se sorprenden y después explican la razón del examen: conseguir información. Algunos se sienten orgullosos de haber descubierto eso, mientras que otros se culpan por no haberlo pensado.
—Ahora, pasarán a la segunda etapa de los exámenes —dice—. Les voy a presentar a...
Es interrumpido por alguien que entra por la ventana, rompiéndola. Un telón negro aparece y ella se posiciona en medio.
—¡Escuchen, mocosos! Mi nombre es Anko Mitarashi y seré la instructora de la segunda fase de los exámenes chuunin.
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Una Llama Congelada
FanfictionUn tonto. Un amargado. Un impuntual. Tres varones que eran mis personajes favoritos de una historieta. Los tres lograban que mis días tuvieran una pizca de felicidad. Pero, sin saber por qué, mis días no sólo se volvieron plenos de felicidad, sino q...