20. Tanto como al otro

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Lo abrazo fuertemente y lloro de alegría. Él, a duras penas, corresponde mi abrazo. Detrás de Sasuke logro ver a Naruto que observa la escena con algo de tristeza. Siento una apuñalada en el corazón cuando veo que suelta unas lágrimas. Lo lastimo mostrando mi afecto por Sasuke, pero aunque le haya dicho lo que sentía a Naruto, él no quiso corresponderme.

—¿Están bien? —pregunta Kakashi detrás de nosotros.

Me separo de Sasuke y cuando quiero responderle, mi cuerpo cae hacia adelante y un terrible dolor de cabeza aparece en mí. Después, todo se vuelve negro.

(...)

—… así que espero que me entiendas —escucho la voz de Kakashi.

Decido no abrir los ojos a pesar de haber despertado.

—Ojalá hubieras escuchado todo lo que te he dicho, porque sé que cambiarías... para mejor.

«¿Qué dijo que es tan importante?», me pregunto.

Abro los ojos lentamente y me encuentro con un sensei muy triste. Cuando me ve, deshace aquel sentimiento y me sonríe debajo de la máscara.

—Despertaste al fin —dice—. Antes de que preguntes, te responderé: llevas dos días inconsciente; Sasuke está bien y recuperándose; Naruto sigue siendo Naruto; planeamos volver mañana.

Bien, me ha respondido las dudas del momento; sin embargo, las dudas que tengo en mi cabeza desde hace tiempo no creo que pueda responderlas. El porqué de mis desmayos en las batallas, la voz en mi cabeza y su mención del clan Umi (del cual jamás he escuchado), la disminución excesiva de la velocidad cuando me concentro, el cómo llegué aquí... Son bastantes dudas que pueden no tener respuesta.

(...)

Al día siguiente, partimos hacia la aldea. Es un camino tranquilo, pero no puedo evitar mirar a Sasuke y sus vendas, al igual que Naruto no evita mirarme cada dos por tres, sin ninguna discreción.

Sasuke y Naruto se adelantan, dejándome atrás con Kakashi.

—Oiga, Kakashi-sensei —le hablo—, ¿puedo preguntarle algo?

—Claro, lo que quieras —noto un toque de sarcasmo, pero me da igual y continuo:

—¿Usted conoce al clan Umi? —suelto.

Abre mucho su único ojo y me mira asombrado.

—¡¿Qué?! ¿El clan Umi? ¿Cómo sabes de él? —pregunta ansioso.

Se detiene y me toma de los hombros con rapidez. Al parecer le ha afectado esa pregunta, pero sigo sin entender por qué ya que jamás lo nombraron en el manga ni ánime.

—Lo leí en un libro, pero no tenía mucha información, así que decidí preguntarle a usted —le respondo, deseando que no me mate.

—Entiendo. —Me suelta.

Su rostro se torna pensativo y sigue avanzando. ¿Por qué le afectó tanto, si no tiene importancia?

(...)

Al llegar a la aldea, lo único que tengo en mente es dormir y descansar, por lo que, prácticamente, llego llorando de felicidad a la aldea.

—Ustedes descansen, chicos —nos dice Kakashi—. Iré a dar el informe y si se nos presenta algo, yo les aviso.

Dicho esto, desaparece en una nube de humo. Naruto, Sasuke y yo nos quedamos en un incomodo silencio. ¿Esto es lo que sentía Sakura al estar en el mismo equipo?

—Yo me voy —les digo—. ¡Adiós!

Intento girarme, pero siento que alguien sostiene mi mano. Cuando observo en la dirección de quien me sostiene, me encuentro con un chico azabache ruborizado y mirando al suelo.

—¿Puedo acompañarte a tu casa? —dice, y su rostro se torna aún más rojo.

Estoy a punto de contestarle, pero cierto rubio entra en acción y nos interrumpe.

—No puede —suelta—, ya tiene planes conmigo.

Abro los ojos como platos y Sasuke me mira, esperando una respuesta a ambas invitaciones. De no ser por la arrogante y “victoriosa” sonrisa de Naruto, hubiera aceptado irme con él; sin embargo, lo que me hizo durante la misión no lo he podido superar.

—Iré contigo, Sasuke.

Tomo más fuertemente su mano y ambos nos alejamos de Naruto. Cuando ya nos alejamos, me doy cuenta que aún sujeto la mano de Sasuke, así que tomo como excusa el acomodarme el cabello.

—Perdón —suelta después de un gran silencio. Logra confundirme.

—¿A qué te refieres? —le pregunto mientras cruzo los brazos.

—Por lo del primer día en el País de las Olas, cuando te ofendí.

—Espera un segundo —digo y me detengo—… ¿Sasuke Uchiha se está disculpando? —suelto una risita.

Al parecer, eso le irritó. De un segundo a otro, me toma de las muñecas y me acorrala contra la pared de una casa. Creo que se está haciendo costumbre entre nosotros esto.

—No me exhibas —advierte.

Al estar tan cerca de él mis sentimientos cambian. Me siento nerviosa y expuesta, pero a la vez me da mucha confianza estar con él.

Me mira directamente a los ojos y suelta una de mis muñecas. Con esa mano libre, sujeta mi rostro por varios segundos mientras observa mis labios. Noto que vacila entre acercarse o no, pero se retira.

—No estás lista, lo sé —me dice.

Por dentro, agradezco que no me haya besado, porque en estos momentos mi mente y sentimientos están hechos un lío.

Me deja en mi casa y, solo hasta el anochecer, pienso en Naruto al momento de mirar el cielo estrellado.

(...)

Una semana después, no he visto a ninguno de mis compañeros de equipo. Kakashi nos reúne en un pequeño puente para decirnos algo que ya sé: los exámenes chuunin.

Cuando llego, todos están ya, incluido Kakashi-sensei. Se me hace raro verlos después de una semana sin noticias suyas.

Sasuke se percata de mi llegada y sonríe. Siento mis mejillas arder y tiemblo; pero cuando veo el azul intenso de los ojos de Naruto, el mundo se hace más lento y siento confianza.

Kakashi nos explica poco de los exámenes y después nos deja en nuestras manos la decisión si ir o no; obviamente estoy obligada a ir por mi equipo, aunque eso no signifique que no quiera ir porque claro que sí quiero.

Finjo observar la hoja de inscripción para ser la última que se vaya del lugar y para evitar que alguien me detenga, como siempre sucede. Después de varios minutos sin que nadie se vaya, se me acaba la paciencia, me desespero y actúo.

—Me voy a casa. Adiós —digo y me dispongo a irme.

—Te acompaño —dicen al unísono y después se miran. Pareciera que salen chispas de sus ojos.

Sin decirles nada, salgo corriendo y los dejo solos. No creo poder soportarlos en estos momentos. Entonces, cuando corro por la aldea, me doy cuenta de mi realidad: me gusta Sasuke tanto como Naruto.

Una Llama CongeladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora