27. No es él

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El chico que está en frente de mí es Moitse. Es un chico de cabello castaño oscuro y ojos verdes, bastante decidido. A mi izquierda está Issei: un chico de cabello verde pastel y ojos negros. Quien me toma de la mano es Sakura. A ella... pues ya la conozco.

Moitse sale corriendo y ataca a los del Sonido. Ino, Shikamaru y Chouji ya están rendidos. La chica del Sonido, Kin, está inconsciente. Moitse está ganando la batalla él solo, pero llega un momento en que le lanzan una onda de sonido que lo aturde. En ese segundo, Zaku le lanza una ráfaga de aire que hace que se estrelle contra un árbol.

—¡Moitse! —grita Sakura.

Issei corre hasta su compañero y comienza a curarlo. Nos encontramos totalmente desprotegidos. Mi equipo está inconsciente, el equipo 10 está exhausto, el equipo 6 es débil, y yo estoy malherida. Sé que si no hago nada, podemos morir.

Dosu nos apunta con el arma en su brazo y no dudo en ponerme de pie en frente de Sakura y mi equipo inconsciente. No puedo permitir que les pase algo a esos tres. Solo me queda una opción: un ninjutsu que aprendí después de la misión en el País de las Olas. Hago la posición de manos y digo:

—Jutsu: creación de agua.

Me doblo por la mitad a causa de la fuerza que uso, y una cantidad considerable de agua pura sale de mi boca. Sakura retrocede y se topa con mis amigos. Después de que el agua paró de salir, hago otra posición de manos.

—Estilo de agua: mil proyectiles acuáticos —digo.

Del agua salen varios misiles que atacan a los del Sonido. Ellos no pueden defenderse, son demasiado rápidos los misiles. Para mi mala suerte, solo puedo crear pocos por mi cantidad de chakra. Caigo de rodillas y observo cómo el agua desaparece en la tierra. «Al menos... les hice unos cortes».

—¿Querías hacernos daño? —me pregunta Dosu—. No pudiste.

Comienza a caminar hacia mí. «Creo que... fallé».

Un chakra poderoso aparece detrás de mí. Cuando me giro, veo a Sasuke con el sello de maldición en progreso. Está despierto y me mira. En su mirada siento la sed de sangre.

—Sasuke —susurra Sakura, petrificada.

—¿Quién te hizo eso, ______? —su tono de voz es frío y firme.

No le respondo. Siento miedo. No de él, sino por él.

—¡Fui yo! —grita Zaku.

Es demasiado veloz como para captar sus movimientos. De un segundo a otro, golpea a Zaku en el estómago, haciendo que éste se doble a la mitad. Golpea su espalda con el codo y cae. Sasuke toma sus brazos y coloca su pie en la espalda del chico. Si pudiera hablar o siquiera moverme, lo detendría; pero mi cuerpo no reacciona ante semejante escena. Sasuke le rompe ambos brazos de un tirón. Hecho esto, lo lanza contra un árbol. Camina hacia él y sé que si alguien no lo detiene, matará a Zaku.

«¡Sakura!».

Miro detrás de mí y en ese instante me doy cuenta que todo depende de mí. La pelirrosa está llorando con los ojos cerrados fuertemente. «No se moverá. No lo hará».

Vuelvo mi vista a Sasuke. Solo está a metros del enemigo. La sonrisa que tiene el Uchiha me aterra. No es él...

«No supe cómo, pero un chico de cabello negro y camisa azul se posicionó frente a mí justo cuando corrí al lado de la Academia. No logré distinguir el rostro, pero el pobre chico cayó debajo de mí gracias a la velocidad con la que corría. Ni siquiera pude pestañear cuando sentí que cambiaba nuestras posiciones, poniéndose él encima mío, sujetando mis muñecas para inmovilizarme.

—Te tengo.

Aquella voz la reconocería en cualquier lugar. Abrí los ojos como platos y pude distinguir al fin de quién se trataba: Sasuke Uchiha.»

No es el chico que se sonroja cuando está conmigo...

«Cuando vuelvo a sentarme, él está de pie, apoyado contra la pared y mirándome.

—Ya, dime. ¿Qué quieres?

—Solo quería decirte que no me distraigas —advierte.

—¿Distraerte? —pregunto con incredulidad—. ¿Cómo? Y, ¿por qué?

Me mira y noto un leve sonrojo en sus mejillas. Noto la situación un tanto cómica.

—¿No me digas que...? —le pregunto, con la frase en el aire.

Una sonrisa aparece en mi rostro. Me levanto de la cama y camino hasta Sasuke. Él retrocede como un conejillo con miedo. Me detengo a centímetros de su rostro.

—Así que —digo al aire—, Sasuke Uchiha tiene una debilidad...

—No intentes algo conmigo, ______. No quiero corresponder.

Me sorprendo con sus palabras.

—No lo haré —le digo—. No me gustan chicos como tú.

Me fulmina con la mirada y me siento un poco mal por lo que hago. Retrocedo y me siento en la cama. Rasco mi cabeza, pensando que nuestra conversación terminó; pero no es así. Él se abalanza sobre mí y cae encima de mí en la cama.

—Si quisiera algo contigo —me dice y tiemblo ante sus palabras—, lo lograría sin dudarlo.»

No es el Sasuke que yo conozco...

«—Perdón —suelta después de un gran silencio. Logra confundirme.

—¿A qué te refieres? —le pregunto mientras cruzo los brazos.

—Por lo del primer día en el País de las Olas, cuando te ofendí.

—Espera un segundo —digo y me detengo—... ¿Sasuke Uchiha se está disculpando? —suelto una risita.

Al parecer, eso le irritó. De un segundo a otro, me toma de las muñecas y me acorrala contra la pared de una casa. Creo que se está haciendo costumbre entre nosotros esto.

—No me exhibas —advierte.»

No sé quién sea, pero no es el chico que se sonroja un segundo y al siguiente me desafía. No es el chico que solo muestra su lado cariñoso conmigo. Él no es Sasuke... No es mi Sasuke.

Una Llama CongeladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora