46. Las finales comienzan

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Cuando amanece, lo primero que me pasa por la cabeza es: «hoy es el día». Me levanto temblando de mi cama. ¿Cuál será mi participación en las finales de los exámenes chuunin? ¿Cambiará algo?

Camino hasta el baño y me doy una ducha rápida. Después, me pongo la ropa nueva que compré para entrenar (una blusa de manga larga color verde, unos pantalones cortos como los que usaba antes y mis botas negras de siempre), ya que la otra estaba rota y desgastada. Cuando estoy lista, cepillo mi corto cabello negro y me pongo la banda en la frente. Salgo de mi casa con dirección al lugar donde se realizarán las finales. No me encuentro con nadie en mi camino durante un buen rato, pero después, me encuentro con Hinata.

—¡Hola, Hinata! —saludo de la misma manera en que lo haría mi padre.

—Ho-hola, ______ —baja la mirada al suelo—. ¿No de-deberías estar en...?

—Aún no inicia —la interrumpo y ella se sonroja.

Pienso que es porque cree que ella se vio tonta al preguntar tal cosa, siendo que no han pasado de las once de las mañana.

—¿Qué me cuentas? —le pregunto y camino a su lado, para alejar ese pensamiento de su cabeza. Ella no merece ser atormentada, es alguien de bien.

—Pu-pues nada —dice tímidamente.

—¿Y qué tal con Kiba?

Su cara se torna roja como un tomate y parece que está comenzando a sudar. Suelto una risa al ver su timidez.

—Tranquila —le digo—, él te quiere.

—No —susurra y me detengo en seco para mirarla con impresión—... No siento na-nada ya po-por él —dice con una cara triste.

—¿Por qué lo dices, si hace un mes los vi bien, juntos?

—En un mes, todo cambia —suelta, sin tartamudear.

Son prácticamente las mismas palabras que le dije a Naruto cuando se enteró de lo mío con Sasuke.

—¿Y Kiba? ¿Qué dice él? —pregunto, con timidez por entrometerme demasiado.

—Él...

—¡Hinata, ______! —escucho una voz muy conocida para mí.

Veo a una pelirrosa de cabello tan corto como el mío corriendo hacia nosotras. Nos abraza al llegar y se cuelga de mi hombro. Entonces, recuerdo sus sentimientos hacia Sasuke y siento algo de celos hacia ella.

—¿Vamos juntas a las finales? —pregunta Sakura.

—Sí, claro —respondo.

Entrelazo mi brazo con el de Hinata cuando Sakura comienza a caminar, tirando de mi cuello. Hacemos unas bromas en el camino, pero no puedo evitar el pensamiento sobre Sakura y sus sentimientos. «Si tan solo supiera que soy novia de Sasuke, me mata».

No tardamos en llegar a la arena. Me quedo un rato con ellas hasta que llega Ino, y ella junto con Sakura, comienzan a pelear. Me desespero y veo que Hinata también huye. Salgo corriendo hasta que me encuentro con Shikamaru.

—Qué bien que te encuentro —le digo.

—No digas eso en frente de tu novio.

Se me corta la respiración. «¿Cómo sabes eso, si sólo le he contado a Naruto?».

—Naruto ya nos contó al equipo 10 —responde mi pensamiento y luego, escucho:

—¡______, VEN ACÁ QUE DEBO HABLAR CONTIGO! —me grita Sakura.

—Huye —me aconseja Shikamaru con burla en su rostro.

Me giro asustada hacia mis amigas y veo que éstas corren hacia mí. Tomo a Shikamaru del brazo y lo uso como escudo humano, logrando que la rubia y la pelirrosa tropiecen con él y caigan. Después, corro hasta la zona donde deben encontrarse los peleadores del torneo. Suspiro aliviada cuando veo que estoy a salvo.

Pero mi alivio no dura mucho: un pelirrojo entra en la sala de descanso. Y aquel pelirrojo, es Gaara. Cuando entra, su mirada se posa en mí varios segundos y después se desvía. Trago saliva cuando pasan delante de mí, él y sus hermanos. Me siento en una banca a esperar el inicio del torneo final y analizo la sala; los que han llegado son: Gaara, Temari, Kankuro, Shino, Shikamaru (algo golpeado por las chicas), Neji y yo. Los que faltan: Sasuke, Dosu y Naruto. Pero justo cuando pienso en ellos, un rubio aparece por la entrada. Su mirada azul me busca y no tarda en encontrarme. Me ruborizo y recuerdo nuestra última plática.

«—No dejaré a Sasuke —logro articular.

Él se aleja de mí y tira de su cabello.

—Lo necesito y él me necesita. Créeme que tú estás bien, solo —afirmo, no muy convencida.

Él asiente y veo otras lágrimas salir de sus ojos. «Como lo vea derramar una más, me estallará el corazón». Decide alejarse y, antes de cruzar y perderse entre los árboles, me dice:

—Necesitar y querer son cosas distintas, así como lo fácil y lo correcto. Define tus conceptos para esas palabras antes que nada »

Nos llaman a los que participaremos y nos formamos en una fila, en medio de la arena donde pelearemos. Entonces, recuerdo que Dosu no vendrá gracias a Gaara. «Estoy sin contrincante, genial», pienso. Sasuke tampoco está, pero él vendrá más tarde; así que no me preocupo. Dan las reglas y muestran el tablero de peleas, pero no veo mi nombre ahí.

—Debido a la falta de un peleador que... —se calla el instructor para escoger las palabras correctas— no se presentará —«bien hecho», pienso sarcásticamente—, ha quedado la última peleadora sola. Por lo que haremos un sorteo improvisado en este momento.

«Eso no me lo esperaba».

—______ Hatake —me llama.

Siento mi rostro arder cuando dicen mi nombre. Ahora que yo sé la verdad, no hay nada que ocultar; así que, ahora todos me llamarán así: ______ Hatake.

Escucho murmullos de todos los espectadores y algunas miradas de los demás peleadores. Camino hasta el instructor, que lleva una caja en su mano. Cuando estoy a su lado, me detengo.

—Sacarás una pelota de esta caja —me indica—. Esa pelota contendrá el número que algún peleador sacó al final de las preliminares para el sorteo de estos puestos. Dependiendo del número que salga, será el peleador con el que lucharás.

Asiento a sus indicaciones. Suspiro profundamente y meto la mano en la caja. Muevo mi mano, intentando escoger alguna pelota que no sea tan importante. «¿Es mi imaginación, o todo el mundo está callado?». Luego, elijo una pelota. La saco y, sin mirarla, se la entrego al instructor. Él la mira y observa el tablón con el nombre de los peleadores y su orden. Luego, dice:

—Salió el número uno: pelearás contra Naruto Uzumaki.

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Un aviso: el siguiente lunes entro a clases, así que no si se me vaya a complicar lo de actualizar.

Les iba a decir algo más..., pero lo olvidé :v

Si lo recuerdo, les digo en el siguiente capítulo. ¡Gracias por leer, de veras!

Una Llama CongeladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora