34. La protegeré con mi vida - ESPECIAL 2/8

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Kakashi se queda sin palabras y, a la vez, cae de rodillas. Unas cuantas lágrimas caen de sus ojos y se sujeta la camisa, justo por encima del corazón. No sentía dolor, sino todo lo contrario. Su cuerpo entero estaba colmado de felicidad pura. Pero entonces, analiza la situación. «Solo tiene 10 años...», piensa, «...es muy joven para entenderlo». Así que, se levanta y le dice a su superior:

-Dígale a toda persona mayor que ella por al menos diez años o que sepa la historia del clan Umi, que no diga nada sobre ella o a ella -se seca las lágrimas-. Yo también guardaré el secreto.

-Pero Kakashi, si ella es tu hija, deberías pasar tiempo con ella. Es la última familia que te queda...

El peliblanco baja la mirada. Siente dolor, pero lo hace por el bien de la niña de ojos púrpura, su hija.

-Es muy joven para entender su historia -explica-. Y claro que quiero pasar tiempo con ella -levanta su mirada y observa al Hokage con firmeza-, así que le ruego, lord Hokage, que la deje entrar a la Academia y que, cuando sea la selección de equipos, me deje ser el sensei de su equipo.

El Hokage guarda silencio y, con un toque de indiferencia, dice:

-Creo, Kakashi, que si verdaderamente es el legado de la Viajera, deberías limitarla.

El corazón del jounin se encoje. ¿Cómo es que el Hokage podría condenarlo de esa manera, sabiendo que es la única manera de que él esté cerca de ella mientras espera el momento correcto para decir la verdad?

Kakashi se acerca y su mirada cambia, de firmeza a desesperación. Cae de rodillas frente al Hokage.

-Por favor, lord Hokage -suplica-. Sé que el kekkei genkai es muy difícil de controlar, por lo que le pido que me deje ayudarla. Me ocurrió lo mismo con...

Pero calla. Él no ha mencionado su nombre desde hace años, por lo que decirlo sería como abrir una vieja herida.

-... Sé qué hacer en esos casos -continúa el peliblanco-. Por favor, lord Hokage. Es la única manera de estar cerca de mi hija...

Y, terminando esta oración, rompe en llanto. El amor que él tenía por la niña que resultó ser su hija era incondicional e inexplicable. Sin haber sabido de ella durante más de una década, siente el mismo amor que un padre le tiene a su primogénito.

-Te encargarás de ella -responde el Hokage-, cuando se te sea asignada como alumna.

Kakashi levanta la mirada, con asombro. El Hokage le sonríe y le dice que si no tiene nada más que decir, que le traiga a la niña para verla.

-Sí, lord Hokage. Muchas gracias.

Kakashi seca sus lágrimas y sale con dirección a Ichiraku Ramen. Cuando llega, se ha calmado del llanto, pero se altera al ver a su hija rodeada de niños. Pero no es lo que primero cree, sino que ella está involucrada en una pelea. Se oculta detrás de una casa.

-¡Niño tonto! -un niño empuja a otro niño rubio.

«Pero si el rubio es el que lleva al Zorro de las Nueve Colas», piensa.

-¿No tuviste suficiente con lo de esta mañana?

Los niños empujan poco a poco a ______ hacia atrás, mientras que ella se encuentra atónita mirando la escena.

-Tus marcas son como los bigotes de una rata.

-Una rata sucia y asquerosa.

-Que nadie quiere cerca -éste último empuja al poseedor del Zorro, haciendo que cayera hacia atrás.

-Una rata como tú.

Aquel que dijo eso, se prepara para patear al rubio. Kakashi sale de su escondite con las intenciones de detenerlo, pero su hija se le ha adelantado: ella estrella su pequeño puño en el rostro del que insultó y éste cae, con sangre en la boca. Kakashi vuelve a su escondite, viendo que ella tiene todo bajo control.

-¡Si te atreves a golpearlo o insultarlo una vez más en mi presencia -dice ella-, juro que te romperé todos y cada uno de tus dientes!

Kakashi deja de mirar, asombrado, y se gira hacia el suelo.

«Ella es fuerte, y valiente cuando es necesario», piensa. «Se parece demasiado a su madre». Una sonrisa escapa de su boca y mira el cielo. «Desde donde estés, quiero que sepas que la cuidaré con mi vida», le dice a su amada.

Vuelve a mirar hacia donde se supone que se desarrolló la pelea, pero se sorprende al ver que solo está el niño del Zorro. Éste sale corriendo hacia el bosque. «¿La estará siguiendo? ¿Dónde estará ella?». Sin otra pista, decide seguirlo hacia el bosque. Llegan a un claro en el bosque y el niño cambia de dirección. Después de varios minutos, ven a la niña dormida. Kakashi siente el impulso de correr y llevarla a un lugar seguro, pero se contiene y observa. El rubio se acerca a ella y la mira de cerca. Siente aquellos celos de padre sobreprotector, pero como no puede demostrarlos, se queda en el árbol en el que está. La niña despierta y golpea al rubio. Después, vacilando un poco, se acerca a él.

-¡Perdona! Yo no quería despertarte -dice el niño y seguido, se rasca la nuca.

La hija de Kakashi acerca su mano a las marcas en las mejillas del rubio. El corazón de Kakashi se acelera y teme que él le quite a su hija. El niño se sonroja cuando ella se aleja y vuelve tomar su mano para colocarla en su mejilla. El corazón de Kakashi se acelera aún más.

-Está bien -le dice el niño.

-M-me llamo... ______ -balbucea su hija-. Seamos amigos.

-¿De veras?

Ambos se miran y él la abraza. Este era un acto de cariño muy grande para ambos, puesto que los dos crecieron sin el amor de alguna persona. «También tiene un buen corazón», piensa el peliblanco. «Cada vez le encuentro más parecido a Natsuki». Siente un revoltijo en su estómago al pensar en su amada y decide retirarse de la escena que montaba su hija con su nuevo amigo. De regreso a la aldea, no puede evitar sentir nostalgia. Su amada ya no está, pero le ha dejado un precioso regalo: su hija.

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Capítulo 2 de 8 del especial. ¡5 votos y continúo!

Una Llama CongeladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora