Capítulo 17

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Narra Malú

La oigo llegar, me alegro muchísimo, se acuesta y me abraza por la espalda, siento paz al sentir su calor, la paz que perdí al instante en que fue a ver a Inma.

-¿Qué pasó?- Pregunto sin girarme.

-Pensé que dormías.-

-No podía, no iba hacerlo hasta que regresaras.- Hago que me abrace más. -¿Qué pasó?-

-Discutimos, me pidió perdón y... y me besó.- Explica tranquila.

Trago saliva, me quedo en silencio unos segundos, ¿la besó? ¡Maldita sea! Tomo aire, no sé si quiero saber que más pasó, ¿por qué me invade el miedo ahora mismo?

-Vale ¿y?- Pregunto serena alejándome un poco.

-Y, mmmm, que no tenía ganas de quedarme, su cama no es cómoda ¿sabes? Nunca me ha gustado.- Dice riendo.

-O sea, ¿has vuelto por la cama?- Pregunto sonriendo aliviada.

-Totalmente, tu colchón es súper cómodo.-

-Ah ya, si es solo por eso, entonces te puedes separar de mi ¿no? Y dormir de tu lado, que hay bastante espacio.-

-No, no, gracias. Así estoy genial.- Dice pegándose bien a mí de nuevo.

-Mínimo podrías traerme el desayuno a la cama mañana, ya que me obligas a dormir así.-

-No va a pasar, ni en diez mil vidas, olvídalo.- Sentencia y me besa el hombro. -Ahora, duerme almohada parlanchina, que tengo sueño.-

-Óyeme. -Protesto.

Pero no me deja continuar, gira mi cara y me besa con dulzura, como no lo ha hecho antes y me hace sentir que el corazón va a salirme. Nos volvemos a acomodar en la posición de antes, sonrío, entrelazo mi mano a la de ella, me fascina tenerla así, no puedo creer lo bien que me hace y lo completa que me siento.

Narra Vane

Preparo el desayuno, sí, finalmente lo hago y se lo llevo a la cama, ella duerme plácidamente, ni se ha enterado que me levanté. Dejo la bandeja en la mesilla, me acerco a ella, destapo un poco su espalda y le doy un par de besos.

-Martín Mata, despierta.- Susurro a su oído y beso su mejilla.

Ella sonríe sin abrir los ojos, vuelvo a besarla, se gira mirándome por fin y estira sus brazos para que la abrace, lo que hago con gusto.

-Me gusta que me digas Martín Mata.- Susurra. -Buenos días, Sánchez Benítez.- Agrega y me besa.

-Esto te va a gustar más.-

Me levanto a buscar la bandeja, ella se sorprende y esboza una enorme sonrisa. Coloco la bandeja entre las dos y la miro orgullosa.

-¿No que no pasaría ni en diez mil vidas?- Pregunta tentando.

-Bueno, somos la excepción a toda regla, así es que, puedo hacer una más.-

-Gracias.- Sonríe y me besa.

Es la primera vez desde que nos conocemos que desayunamos así, mirándonos de manera cómplice, haciéndonos bromas en doble sentido, la tengo enfrente y no la veo como a mi amiga a quien me gustaba contarle confidencias, sino como una mujer maravillosa que me sonríe y me hace sentir viva.

Dejo de desayunar y me dedico a mirarla, tengo mis piernas cruzadas como indio, mi codo apoyado sobre una de ellas y con una de mis manos sostengo mi barbilla para observarla, ella habla y hace gestos graciosos que me hacen reír. Recuerdo todo lo que pasó con Inma, la traición, la llamada a mi madre, el beso, mientras la miro a ella que hace sus mil muecas. Noto como si nada que tiene que ver con Inma ahora me interesa, ni nada de lo que sea que esté pasando afuera. No recuerdo haberme sentido así antes, no puedo creer lo completa que me siento.

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