Capítulo 25

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Narra Malú

-¿Mi... mis... mis suegros? ¿Para qué o qué quieres que hable con ellos?- Pregunta Vanesa nerviosa.

-¿Cómo que para qué? Tienes que dar la cara, como yo lo hice con mi suegra.-

-Pero mi madre es mi madre, Malú.-

-Y la mía es la mía, Vanesa ¿y eso qué?- Me cruzo de brazos.

-Es que, no sé, habla tú y dícelos ¿no?- Se rasca el cuello nerviosa.

-Vanesa Sánchez Benítez, tenemos que hablar las dos con ellos y lo sabes.- Digo seria.

-Ya, bueno, sí, lo hacemos cuando regrese de Bilbao.- Dice insegura. -O luego, no se.- Susurra pero la oigo.

-Óyeme no, no hagas esto, ya hablamos con tus padres, ahora tocan los míos.- Me pongo cada vez más seria.

-Es que Pepi me asusta.- Dice con su marcado acento andaluz.

Cuando quiere evadir algún tema, saca a relucir ese acento, no puede evitarlo y divaga en sus respuestas. Lo malo de conocerla tanto es que se muy bien cuando no le apetece hacer algo, se llena de excusas y me enoja.

-¿Será posible? Tú y tu tonta fobia al compromiso, es que parece mentira que no sepas que tenemos que hablar con mis padres.- Protesto.

-¿Fobia? ¿Es broma? Me he casao, dormimos en la misma cama, ¡vivimos en la misma casa! ¿Y tengo fobia?-

-¡Uy, que comprometida la niña! Solo porque fue sin saberlo...-

-Pero ahora lo sé y estoy contigo porque quiero ¿que no?- Interrumpe seria.

-Pues entonces, te dejas de dar vueltas, vamos a hablar con mi familia, porque vamos a hablar con mi familia.- Sentencio ya muy enojada.

-A ver, a ver, a ver Malucita, tú podrás ser la jefa de tus músicos, la jefa de toda España si quieres, pero a mí no me mandas.- Dice firme.

-Es que no te quiero mandar ¡joder! Solo te pido que dejes de comportarte como una niña.-

-Pues no quiero y ya.- Se encoje de hombros y se cruza de brazos.

-Te vas a la mierda, entonces, idiota.- Grito y me voy. Odio cuando se pone a la defensiva, me saca de las casillas completamente.

Narra Vane

Sé que tiene razón en este asunto y que debo hablar con mis suegros, pero no soy la clase de persona que recibe bien una orden, detesto que quieran mandarme y Malú es particularmente mandona. Me quedo en el sofá un rato, se que tengo que arreglar las cosas con ella, el error es mío y lo odio, otra cosa que no me sale bien... pedir perdón.

Voy a buscarla, está en la bañera, la puerta está abierta, por suerte. Tiene una copa de vino a su lado, escucha música de Adele, su cabeza está apoyada en el borde y tiene los ojos cerrados. Golpeo el marco de la puerta, me recuesto por él.

-Vete, no quiero verte ahora.- Dice sin abrir los ojos.

-Ya, sabes como soy. No te enojes.- Digo en tono suave.

-Ajam, ¿hablarás con mis padres?- Pregunta mirándome al fin.

Resoplo, tomo aire, la miro achicando los ojos, ella me desafía con sus gestos, me acerco, me siento a su lado.

-Sí, lo haré. Organiza una cena para cuando regrese de Bilbao ¿vale?-

-¡Eso!- Grita, se cuelga de mi cuello y besa mi mejilla.

-¿Me haces un lugarcito a tu lado?- Pregunto besándola.

Asiente, me hace espacio mientras me quito la ropa.

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