98. Tenemos que hablar

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¿Alguna vez han sentido un dolor pulsante en el pecho que indica que algo no va bien?. Pues bien, eso tengo justo ahora.

Tengo una creciente sensación en la boca del estómago con cada mirada que le doy a Ares mientras habla por teléfono fijo. Sus ojos viajan de un lado a otro, y su expresión no era exactamente de tranquilidad.

En cuando lo vi colgar y caminar con la mirada puesta en el suelo hacia mi comencé a preocuparme. Por un segundo encontré su mirada fija en mi pero de inmediato volvió a mirar al suelo.

—Tengo...que contarte algo.

***

Ares no aparto la mirada del suelo.

Nos separamos de los chicos hacia un lugar lejos de ellos, sentados en una banca debajo de un árbol.

—¿Y bien? ¿Qué querías decirme?— dije rompiendo el incómodo silencio.

—Prometeme que no me odiarás.

Esta intranquilo— Claro.

Dejo salir un largo suspiro de su boca con melancolía. Un frío me recorrió por todo el cuerpo en cuando por fin nuestras miradas se encontraron.

—¿Conoces la historia de los dos reinos?

—El reino caído, me la contaba mamá antes de dormir cuando era pequeña, siempre me gusto por alguna razón.

—No es una historia, es...algo real.

Fruncí el ceño— ¿Eso qué quiere decir?

—Que realmente paso. La historia es él señor Larsson dueño de industrias Larsson o el imperio caído— Ares miro a Golden —Él segundo imperio pertenece al Sr. Golden.

Mire a Golden— ¿Su abuelo lo provocó?— Espera.— ¿Toda la historia es real? ¿Hasta la hija muerta?

—Si— Me miro —Hasta el heredero perdido que todos pensaban que era un niño pero—

—¿Ares?

—Eres—

—¡Ares!

—Yo...—

—¡Ares, Maldita sea dilo ya!

—Eres una Larsson, la heredera de industrias Larsson.

No dije nada, solo lo mire con la boca abierta.— ¿Desde cuándo?

—¿Qué?

Mire el suelo —¿Desde cuándo lo sabías?

—Hace dos meses.

—¿Y no me lo dijiste?— Lo encaré— ¡No me lo dijiste Ares!

—Tenía miedo— Arqueo ambas cejas.

—¡Mierda Ares! ¿Te das cuenta lo que me dices? ¡Soy adoptada puta madre y lo sabías!

—Tú ya lo sabías— Su rostro mostró decepción.

Mi sangre hierbe derrepente. Mis puños se vuelven blancos debido a la presión que ejerzo. Ares por otra parte sube su pie a la banca abrazando la misma con el brazo mirando de vuelta el suelo.

Quiero golpearlo. Demonios ¡claro que quiero golpearlo!

—¿¡Por qué no me lo dijiste?!

—Tenía miedo ¿okey?— Se levantó de golpe llevando sus manos a su nuca.

—¿Miedo? Esa es la respuesta más estúpida. Nada de esto te afecta a ti imbécil.

—¡Claro que si! Sabía que decirlo arruinaría lo nuestro— Bufo — Si se le puede llamar así.

—¿Y por qué esperaste tanto para decirme?

—¡No lo sé! ¿Esta bien? ¡No lo sé!

Me levanté —"No lo sé"— Arrugue la frente enfadada —¿esa es tu maldita respuesta?— le di un empujón— Eres un maldito egoísta, solo piensas en ti.

—Si lo soy ¡Soy un maldito egoísta que esta enamorado de ti! Yo te amo ¿sabes? ¡Toda mi puta vida te he amado!— Abrí los ojos como platos — ¡Pero no eres capaz de darte cuenta! Sólo sigues tras ese estúpido fracasado ¿y para qué?— sus palabras son tan sinceras que duelen —Trate de encontrar el momento para decirte porque no quería lastimarte, por eso no lo dije.

—¿Y por qué esperar hasta ahora?— sentí mi garganta secarse.

Suspiro— Porque...Soy un maldito idiota — se dejo caer sobre la banca bruscamente escondiendo su cabeza entre sus antebrazos recargados sobre sus rodillas.

Me senté a su lado. La verdad dolorosa siempre es difícil de digerir en distintos aspectos. No es fácil, tampoco lo es controlar lo que sientes, lo que quieres decir y lo que quieres mostrar. Por una parte me siento traicionada por mi mejor amigo, él sabía mucho antes que yo sobre mi familia, y jamás me lo dijo; pero por otra, me parte el corazón de sólo pensar en que tal vez tenga razón y tenía miedo.

Todos tienen miedo. Yo tengo miedo. Y el amor. Es complicado.

Es como aquella ecuación de matemáticas que no sabes resolver, le das mil y un vueltas para encontrar el resultado correcto, y cuando crees haberlo encontrado aparece un coeficiente que no cuadra, haciendo que vuelvas al inicio. Una y otra vez.

El amor es como una tonta ecuación sin solución.

Bajo sus manos para ponerlas sobre su regazo, tome su mano.

—¿Qué sigue?— dije con voz serena.

—Pelearán por tu custodia.

Narradora

Louis el actual padre de ______ bajo la ley, entro acompañado de su abogado a la corte con la baga esperanza de seguir con la custodia de su hija.

Por otro lado, Nathaniel sostiene su mirada voraz puesto que sabe que la ley protege a los padres biológicos, además su abogado de nombre Yahir, está tan bien preparado que todo su argumento fue anticipado con antelación. Su preparación académica es fantástica y en sus 20 años de carrera jamás ha perdido un caso de cualquier índole.

—Doy por comenzaba la sección — hablo la jueza.

La sesión comenzó con un simple intercambio de palabras entre los abogados compartiendo la vista de ambas partes. Hasta que fue el momento de la parte de las preguntas a los testigos.

Yahir había comenzado con ventaja, tanta que desde el comienzo comenzaba a ganarse al jurado y a la jueza. Cosa que para el señor Louis no era nada bueno. Cuando fue llamado al estrado comenzó la guerra. Y si no era capaz de jugar bien sus cartas perdería la guerra, Yahir no se la pondría fácil y cabe la posibilidad de que encuentre un hilo del cual tirar.

Y así perder la custodia de su hija.

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¡Besos y abrazos, Gossip Girl!

Save Me【Freddy/Fred y Tu】#FNAFHS 《EDITANDO》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora