Owain agarró el pomo de su espada, que colgaba sobre su espalda. El sonido de hierbajos siendo pisoteados, como el crujir de la paja, se escuchó detrás de ellos y ambos se dieron la vuelta sorprendidos. Un trasgo se encontraba tras ellos. Su piel era de un color marrón apagado, de aspecto áspero y lleno de costras y mugre. Sus ojos eran amarillos y sus colmillos inferiores sobresalían de sus labios. El centro de su mano izquierda estaba agujereado y con su mano derecha sostenía en alto un garrote de madera, cubierto de clavos en la punta.
Emitió un fuerte gruñido y bajó rápidamente el garrote sobre la cabeza de Mina, pero fue detenido por la espada de Owain, que apenas pudo moverse a tiempo por la rapidez del ataque sorpresa. A los pies del trasgo había varias frutas y una ardilla muerta cubierta de sangre. Owain pensó entonces que ese trasgo había ido a cazar y por eso no estaba en el interior de la caverna como se suponía que debía estar en un principio.
La aberración era fuerte y poco a poco iba venciendo a Owain. Mina reaccionó a tiempo y rodó por el suelo sobre si misma, con Scarl entre los brazos, permitiendo a Owain retirar la espada y dejar que el garrote golpeara el suelo con fuerza, provocando un socavón en la tierra, que salpicaba a Owain.
Se levantó rápidamente y canalizó su magia de fuego en la espada, cubriéndola de llamas. Era la primera vez que Mina le veía usar toda su potencia libremente. El fuego era intenso y transmitía calor aun estando a un par de metros de distancia. Y los ojos de Owain cambiaron de color, volviéndose intensos y brillantes como el mismo fuego que blandía.
A pesar de ser pirofóbica, se quedó maravillada con la belleza de su magia, siendo la primera vez que el fuego le había provocado otra sensación diferente al miedo desde hacía años. La expresión de Owain se tornó seria y furiosa, y atacó al trasgo, haciéndole un corte en el abdomen y haciéndole chillar de dolor y retrocediendo un paso, levantando de nuevo el garrote del suelo.
Owain no le dio tregua y se lanzó sobre él con unos espadazos llameantes que le provocaron al trasgo varios cortes sobre el cuerpo. Pero su piel era más dura de lo que parecía y resistía más de lo que esperaba. Owain se paró un momento, preguntándose por qué no caia el monstruo a pesar de haber recibido varios cortes. Pero fue el tiempo suficiente para que el trasgo le atizara con el garrote, que apenas pudo bloquear con la hoja de su espada, lanzándolo con fuerza al suelo.
El contacto del garrote de madera con el fuego de la espada había prendido también el arma del trasgo, que se dirigía hacia un Owain derribado. Pero detuvo el ataque en un gruñido de dolor, soltando el arma y llevándose las manos hacia atrás. Una bestia negra tenía clavados sus colmillos en el hombro derecho. Era una especie de mezcla entre un tigre y una pantera, de pelaje negro con toques azules que ondulaba como si estuviera bajo el mar. No era pelo, eran llamas negras y azules. Owain no lo reconoció hasta que no miró en sus ojos, donde encontró la pupila en forma de espiral de Mina. Era Scarl.
El trasgo finalmente cayó desplomado en el suelo, boca abajo. Estaba muerto, desangrado por el desgarro que el nuevo Scarl le había hecho en el hombro. Owain seguía en el suelo, con las rodillas curvadas y las manos apoyadas sobre la verde hierba. Scarl se acercaba lentamente, paso a paso, hacia él. Hacía tiempo que no sentía miedo, miedo de verdad.
Los ojos de espiral se encontraban frente a los suyos, y abrió la boca ligeramente, lo suficiente para poder apreciar lo afilados que eran sus colmillos. Su aliento, que era tan caliente como el vapor del agua hirviendo, le acariciaba la cara, de manera que los pelos de su flequillo se hubieran movido si no fuera porque estaban pegados a su frente por el sudor.
—Scarl... —dijo Mina en un tono amenazante—, para.
La bestia se giró y le rozó la cara con su cola, que era larga y voluminosa, como un abanico de fuego. La cara le hervía y soltó un leve quejido. Scarl se situó al lado de Mina y se detuvo, sentándose sobre dos de sus patas. Mina le acarició la cabeza y a Owain le pareció ver como sonreía un poco.
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El Sello de Cain
Science FictionEn un mundo en el que la magia ha sido recientemente liberada de la opresión, Owain Harvey, el único superviviente de su familia que porta una maldición en su pecho, ingresa en El Jardín, la academia de magos de Y'thaka. Él, junto a otros alumnos de...