CAPITULO 9 - Parte 3: KATRINA SPARK

90 5 0
                                    

El sonido de la puerta al cerrarse, aunque no fue muy fuerte, le despertó. «¿Qué hora es?», se preguntó. En su pulsera pudo comprobar que aún era temprano, aunque si no quería llegar a tiempo tendría que levantarse ya. Cuando se disponía a hacerlo, observó que tenía el torso al descubierto. Mina la habría visto, seguramente. La preocupación se apoderó de él, pero se acordó que pensaba que era un tatuaje, como el resto de personas. Todas excepto Zack y Nana.

Nana. El recordarla le hizo echar de menos su casa, su comida, el olor de su habitación de verdad... Tenia que dejar de pensar en eso antes de que empeorara. Se levantó y se puso una camiseta de color blanca, unos vaqueros y unas zapatillas converse rojas. Se aseó rápidamente en el baño y se marchó a clase.

Hermes explicaba en clase la lección de 'magias prohibidas'. Cualquiera sabía qué tipos de magias eran ilegales en Heria: magia oscura, magia de muerte y magia tóxica. Pero nunca se había preguntado el por qué, así que vio la oportunidad perfecta para saciar su curiosidad.

—¿Por qué exactamente están prohibidas esas magias? Y no me digas que porque son peligrosas, porque hasta la magia de curación puede ser peligrosa.

Era cierto. Una vez vio en las noticias que un hombre usó su magia de curación para asesinar a su jefe. Aseguró que iba a curarle una herida, pero en su lugar, el exceso de magia curativa le provocó un coagulo de sangre que lo mató. Lo peor es que fue intencionado. Así que siempre ha sido consciente del peligro de todo tipo de magias. Además Nana, que es una carente, siempre le había advertido del peligro de la magia en general, sin excepciones.

—Tiene usted razón, señor Harvey —contestó el profesor—. Pero ¿cree usted que es natural y moralmente correcto dejar que los magos de muerte puedan jugar con la vida y la muerte? Por ejemplo, resucitando a su familia y manejándolos como si fueran títeres momificados.

Un escalofrió le recorrió el cuerpo al pensar en sus padres, con vida pero sin ella. en pie o andando, pero con la piel podrida. Espeluznante. No había otra palabra para describirlo.

—Tiene razón —intervino Lance—. Jugar con los muertos es algo inaudito y va en contra de los derechos de las personas, vivas o muertas. Hay que respetar eso.

—Dijo el comecocos —añadió Shiro—. Tío, tú te metes en la mente de las personas. Eso también va en contra de los derechos humanos.

—No es tan fácil de controlar como tu magia de mierda. Algunos tenemos magias más complejas —respondió Lance con cierta ira en su mirada a Shiro.

La sonrisa de Shiro se borró de la cara de golpe, perplejo por la respuesta inesperada de Lance. No fue el único al que le pilló de sorpresa, porque muchos de los alumnos, incluida su hermana, lo miraban con escepticismo. Otros, se reían de Shiro por haber sido ridiculizado.

—¡Ya está bien! —exclamó Elderwood—. La clase continúa. Como iba diciendo... La magia oscura, otra de las prohibidas, es incluso peor que la de muerte. ¿Alguien conoce la Ley Negra?

Todos sabían ya quién iba a responder, así que los que se situaban en las primeras filas se giraron para oír a Tharja explicar dicha ley.

—Cuanto más fuerte es tu magia oscura, más negra se vuelve tu alma.

—Maravilloso resumen señorita Larson. En efecto, la magia oscura podría convertir a un clérigo al servicio de los dioses en el más vil de los seres si su magia aumentara hasta cierto nivel. Tener esa magia es como estar en un callejón sin salida. Ya sabes cómo vas a acabar, porque no tienes escapatoria.

—¿Es reversible el efecto? —preguntó Rinka con seriedad.

—No, señorita Steel. Es prácticamente imposible. La magia oscura le pide al mago hacer actos malvados, éste los hace y su magia se vuelve más fuerte. Lo cual hace que sea más difícil resistirse a su susurro —continuó explicando Elderwood—. Lo único que puede hacer un mago oscuro es parar el proceso dejando de usar la magia para siempre. Esa es la verdadera razón de que esté prohibida, para darles un motivo de peso para anular su magia.

El Sello de CainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora