CAPITULO 12 - Parte 1: BAJO TIERRA

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Al llegar a la academia, Glenda se asomó a la recepción con cara de pocos amigos al verles entrar a esa hora de la mañana. Sin prestarle mucho caso a la recepcionista, se dirigieron rápidamente a la sala de entrenamiento donde se supone que debían estar dando clase con Ari Brock. Por el camino apenas había alumnos en los pasillos, puesto que era horario de clase aun.

Al doblar una de las esquinas antes de llegar a la sala, vieron a Dalia caminando hacia ellos, inmersa en lo que fuera que ponía en el papel que llevaba sujeto a la carpeta por unas gomas de la misma. Gracias a ello, tuvieron tiempo de dar media vuelta, esconderse en la habitacion de vestuario del servicio de limpieza y, cuando oyeron como se alejaba el taconeo de la sub directora, salieron y se dirigieron a su destino.

Cuando entraron en la sala poniendo cara de niños buenos, vieron como Ari Brock les estaba echando la bronca a muchos de los compañeros que habían despertado en casa de Owain esa mañana. Sirsa y Lance entre otros. Tras Ari, se encontraban los alumnos que no fueron a la fiesta y pudieron asistir a clase, como la pequeña Devi o Hawk. Y, como excepción, estaba Tharja, que pareció haber llegado a tiempo aun habiendo ido a la fiesta.

Ari miraba el trio con cara de pocos amigos, con los brazos apoyados en sus caderas. Les hizo un gesto para que pasaran y se colocaron junto a sus otros compañeros para que pudiera seguir echándoles la bronca. Sin embargo, Zack interrumpió de nuevo la reprimenda entrando en clase sin permiso.

—¿Qué pasa? Se oyen tus gritos desde el pasillo.

—¿Qué qué pasa? Que la clase está a punto de terminar y acaban de llegar porque ayer estuvieron de fiesta en casa de Owain Harvey.

—Bueno, bueno. Tampoco es para tanto mujer. ¿Nunca has hecho algo parecido con su edad?

—¿Que no es para tanto? —preguntó ella, sin poder creerse lo que acaba de decir su compañero de profesión.

—Siempre y cuando no haya habido ningun problema y los medios de transporte que hayan usado estén en perfectas condiciones... —Zack lanzaba una intensa mirada a Shiro, el cual le hizo un gesto de 'Ok' con la mano, a escondidas de la profesora.

—Tú sabias que esto pasaría, ¿verdad?

—Algo había oído, pero no me parecía mala idea. Están mucho tiempo tras estas paredes estudiando y trabajando, un poco de diversión no les viene mal. —Ari no respondia, en su lugar se cruzó de brazos esperando que rectificara lo que acababa de decir—. Mujer, estás un poco amargada. Necesitas un buen...

—Ni te atrevas a acabar esa frase —exclamó ella señalándole directamente con el dedo y con una mirada que podría hacer llorar a cualquier niño.

—¿Quieres que quedemos esta noche? —preguntó Zack sin presar atención a las amenazas.

—Aquí hay tema —le susurró Shiro a Owain acercándose a su oído.

Ari pareció haberlo escuchado, porque su mirada asesina cambió de objetivo. Pero antes de que pudiera decir nada, sonó la alarma que indicaba el final de clase. Los alumnos se dirigieron rápidamente a la salida y Shiro se acercó disimuladamente a Zack para darle las llaves del coche por la espalda. Cuando salieron de la sala, pudieron oir el inicio de una fuerte discusión entre Ari Brock y Zack Summers.

Una vez sentados en la parte interior del restaurante, todos se comportaban como si no hubieran comido en meses, devorando hasta el ultimo trozo minúsculo de comida o incluso rebañando el plato con pan. Era el efecto de la resaca. Se habían sentado por grupos en mesas contiguas, asi que aunque estuvieran separados, todos o casi todos participaban en una conversación común. Todos hablando de lo mismo: la fiesta.

—Fue una pasada, pero ahora mismo me quiero morir —dijo Sirsa medio desplomada sobre la mesa.

—Estuvo bastante bien, Harvey —confesó Kino con dificultad—, las cosas como son.

—Gracias —dijo él—, aunque en realidad no hice nada. Lo organizó todo éste —dijo señalando a Shiro que se encontraba sentado a su lado, con el brazo secuestrado por Liara.

—De nada. —Shiro se soltó de Liara por un momento y se levantó saludando con la mano al resto de compañeros—. Ha sido un placer. El mes que viene haremos otra. Temática quizás.

—Pero si te perdiste media fiesta, fantasma —repuso Vito.

—Es cierto, ¿dónde estuviste? Tras lo de la espuma no te vi hasta hoy. ¿Te fuiste? —preguntó Liara abrazando de nuevo el musculoso brazo de Shiro.

—Qué va. —Él y Lance intercambiaron una fugaz mirada—. Estuve en una de las habitaciones. Solo, descansando.

—Te perdiste lo mejor. La guerra de espuma fue un caos, pero un caos muy divertido. Buena idea esa, Kino —intervino Piers—. Y gracias, Liara, por crear una máquina de la nada. Fue alucinante.

Owain miraba a Piers, que estaba en la mesa de al lado, sentado; como no, al lado de Mina. La vista se desvió hacia ella, que lo notó pero evitó mirarle.

—Pero el que mejor se lo pasó fue Owain, ¿no es cierto? —dijo Kino con retintín—. Estuviste toda la noche con Rinka, LA piba del Jardín.

—Bueno...

—¿De qué habláis? —interrumpió Rinka, que se acercaba a le mesa de Owain.

—De nada —contestó Owain rapidamente—, ¿de dónde vienes tú?

—Me encontré a Dalia por el pasillo, me ha transmitido datos a la pulsera que vale para todos —explicó ella—, son los nuevos grupos de misiones para esta tarde.

Rinka activó la pulsera y la luz azul mostró un diagrama con los diferentes grupos que habían formado, junto con las ubicaciones de cada una de ellas. Owain buscó rápidamente su nombre y vio que era una misión para cuatro personas: Devi, Piers, Mina y él mismo.

«¿Por qué con Piers?», se preguntó él. Seguramente esté todo el dia pegado a Mina como una lapa y ni siquiera le dirija la palabra. En cuanto a Devi, ya había realizado una misión con ella y había salido todo bien. Su magia era realmente útil y la niña era muy dulce y buena. Pero dependiendo de la misión podría convertirse en un lastre. Pensándolo detenidamente, se sintió mal por pensar asi de la pobre Devi.

En cuanto a la ubicación, Espligar. También había estado allí con sus padres en uno de sus viajes de ocio cuando era pequeño. Aunque apenas recordaba nada, sabía que era una ciudad costera en el Distrito Tierra, al sur de Y'thaka.

—Qué bien, estaremos juntos en esta misión —le dijo Piers a Mina con una amplia sonrisa.

Owain imitó el gesto de vomitar, de manera que nadie le viera. Para ser un tio tan grande, sus palabras eran demasiado cursis y pastelosas. No le pegaba nada. Sin embargo, a ella parecía gustarle eso, porque sonreía. Y era una sonrisa de verdad, podía percibirlo con claridad.

—Espera, ¿en Espligar? —intervino Tharja —¿En qué consiste vuestra misión?

Tharja se acercó a la zona donde se mostraba la misión de Owain, apartándole a él hacia un lado. Parecía intranquila y Owain miró a Mina con la intención de buscar una explicación. Pero ella no dijo nada. A él.

—¿Está todo bien? —le preguntó ella a Tharja.

—No, no lo sé —respondió ella, que seguía leyendo la descripción de la misión una y otra vez—. Según esto, un grupo de niños ha quedado atrapado en unos tuneles. Podría ser mi hermano.

—No te preocupes, seguro que él está bien.

—Y en el caso de que fuera él, nosotros estemos ahí para ayudarle —dijo Owain, que recibió la confirmación de Mina y ya era más de lo que esperaba recibir de ella hoy.

—Tengo que ir yo también —repuso Tharja, que se daba media vuelta y dejaba su plato de comida a medio terminar.

El Sello de CainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora