La vuelta en tren había sido, por primera vez en las últimas semanas, muy tranquila. El único incidente fue que casi llega tarde a la estación por quedarse dormido. Nana tuvo que despertarle y recogió las cosas en tiempo record para poder llegar a tiempo.
Fue a su habitación a dejar su pequeña maleta y allí estaba Mina tumbada en la cama boca arriba leyendo su libro, con Scarl tumbado a su lado. Se intercambiaron un breve resumen sobre su día libre y ella le avisó de que Shiro había estado preguntando por él esta mañana. Owain aprovechó para contarle a Mina lo de su casa en la ciudad y las intenciones de Shiro de montar una fiesta, pensando que le parecería una chorrada. Pero para su sorpresa, apoyó la idea de Shiro.
Cuando salió de la habitación, una alumna le agradeció su invitación a la fiesta. Owain no entendía a qué se refería y ésta le enseñó un folleto que ponía 'fiestón Harvey'. Mientras lo asimilaba, Jero también se acercó y le agradeció mostrándole su folleto. Cuando miró alrededor, la gran mayoría tenía ese dichoso folleto en la mano.
Lo buscó donde sabia que podía encontrar a más gente, en la cafetería. Allí estaba Shiro repartiendo invitaciones a todo el que se cruzaba con él. Al verlo, detuvo el reparto y se acercó con una sonrisa en la cara.
—Por fin apareció el anfitrión —dijo Shiro.
—¿Qué estás haciendo? —exclamó él.
—Organizándote la fiesta —contestó él dubitativo—. De nada, eh.
—¿Cuándo he aceptado lo de la fiesta?
—No me dijiste que no.
—¿Y eso significa que me parece buena idea?
—Si, ¿no? —Shiro se llevó la mano a la nuca pensando si la había liado.
—Eh, Harvey —dijo una chica de la clase con la que nunca había hablado—. Te veo esta noche en la fiesta. —La chica le guiñó un ojo y se fue zarandeando su invitación en la mano.
—¿Ves? Esto te ayuda a ser popular. Y no solo por ser 'el que no puede usar la magia'. Hasta has ligado y todo.
—¡Chicos! —Sirsa era esta vez la que se acercaba, acompañada de su hermano—. ¿A qué hora es la fiesta? Nosotros nos apuntamos.
—¿Los dos? —preguntó Shiro mirando a Lance—. Pensaba que a los enfermos de migraña no les sentaba bien el ruido, las fiestas y todo eso.
—No, yo no creo que vaya —respondió Lance con la cabeza agachada.
—Claro que vas —le dijo su hermana, descolocándole la bandana de la cabeza—. Necesitas distraerte.
—Bueno, pues a las 10 en el nuevo casote de Owain. Luego te mando la ubicación.
—Vale, pero mi móvil se ha estropeado. Mándasela a Lance.
—No... no tengo su móvil —Shiro le hablaba nervioso a Sirsa como si Lance no estuviera delante.
—Pues apunta, atontado. Dáselo, Lance.
Lance hizo caso a su hermana, no sin antes buscar la aceptación en la mirada de Shiro, que se resignaba y sacaba su teléfono del bolsillo trasero de su vaquero.
—¿Necesitáis ayuda con los preparativos? —preguntó Sirsa—. Podríamos quedar esta tarde y comprar todas las cosas.
—Me parece bien —aceptó Owain.
A lo largo del dia, Owain perdió la cuenta de cuanta gente se le había acercado llamándole por su apellido, y en ocasiones por su nombre, para hablarle sobre la ya famosa 'fiesta Harvey'. Si Nana se enterase de que lo primero que va a hacer con su casa es montar una fiesta...
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El Sello de Cain
Science FictionEn un mundo en el que la magia ha sido recientemente liberada de la opresión, Owain Harvey, el único superviviente de su familia que porta una maldición en su pecho, ingresa en El Jardín, la academia de magos de Y'thaka. Él, junto a otros alumnos de...