Prólogo

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Casi siempre pensaba que mi vida era una mierda, desde que mi mamá había muerto, todo se había ido a la mierda. Mi mala relación con mi padre y madrastra cada día empeoraba más. Es algo tan estúpido tener miedo de las personas que se supone, son mi familia.

Mi hermana, Eliana y mis estudios, son mi prioridad, aunque tenga que trabajar para poder tener lo necesario en la casa. Que tus padres sean unos alcohólicos no ayuda en mucho, y más cuando no reciben mucho dinero en su trabajo.

A mis dieciséis años aún no daba mi primer beso, y probablemente era porque no soy como las chicas del colegio, no tengo nada de femenino. No soy de expresar mis sentimiemtos, así que ocultaba todo lo malo que me pasaba entre frases sarcásticas y probablemente entre buenas calificaciones. Tenía la suerte de estar en un colegio en donde la mayoría de estudiantes tenían dinero hasta en los calcetines, pero eso también involucra problemas.

Sí, problemas, porque cuando él comienza a meterse en mi vida de una manera que nunca pensé que podía llegar a pasar, todo cambia, es como si los libros que leía se hubiesen convertido en mi vida.

Pensaba que Nicholas era el escape a mis problemas, pensaba que cada vez que estaba con él de una manera que jamás había estado con un chico, todo desaparecía, él nublaba mi juicio.

A veces veo un poco atrás y me pregunto en donde se encuentra mi yo inocente, mi yo a la que el amor le parecía algo que solo sucede en los libros.

Puedo asegurar que una parte de mí cambió, y él sólo vino a alterar el desastre colateral que ya era.

  

Desastre ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora