Capítulo 30⚓

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Después de esa horrible pesadilla, así decidí llamar yo a aquel sueño donde le daba mi primer beso a nada más y nada menos que a Nicholas, me fuí directamente al baño a lavarme la cara y poder quitar esa pesadilla de mi mente, después me fui directamente a mi ultima clase del día, evitando encontrarme con Nicholas, después de esa pesadilla no quería ni verle la sombra.

Mónica me había dicho que por unos problemas, que no sabía cuales eran, habían cancelado el partido de hoy y la pelea de esgrima, pasándolo para mañana en la noche, también cambiando la pijamada que tendría Eliana, para mañana. La pelea de esgrima había sido cancelada totalmente, ya que algunos estudiantes que iban a pelear pertenecen al equipo de fútbol americano.

Así que en resumen ese fue mi día en el colegio.

Escondido en mi habitación tenía una botella de whisky, ese había sido un regalo de Sofía, el día que hicimos una pijamada y pues habíamos jugado verdad o reto y habían dos botellas de whisky, la primera se terminó, la segunda Sofía me la regalo. Así que decidí tomar un poco el día de hoy para despejar mi mente y mis problemas, pero se me fue un poco de las manos. Ya después tomaría una Coca-Cola para que se me fuera un poco el efecto. Cuando Eli y yo habíamos llegado a casa, todo estaba muy tranquilo, ya que mis padres aún no habían llegado, se respiraba paz y tranquilidad en el ambiente.

Como puedo camino al baño de mi habitación. Me voy a dar una ducha para relajarme y poder quitar esa pesadilla de mi cabeza, que anda dando vueltas como carrusel en parque de diversiones. Escucho como tocan el timbre de la casa.

-¡Iré a abrir!-me grita Eli, fuera del cuarto de baño que está en mi habitación.

-Sí son las exploradoras, sólo puedes comprar una caja de galletas-le respondo ya con una voz ebria.

-Ok, después iré un rato a la casa de Karla, para pasar el tiempo con Cecilia-grita alejándose de mi habitación. Ella es muy amiga de la hermana de Karla; Cecilia, así que pasan el rato juntas a veces cuando Eliana no está con sus amigas del colegio.

Cinco minutos después cierro el grifo de la ducha y comienzo a secar mi cuerpo, luego lo cubro con una toalla para salir del baño.

Me coloco mi ropa interior, es sencilla con encaje, un regalo de Tania, pues no era de su talla y me lo regalo a mí.

De repente se abre la puerta de mí cuarto.

-Eli, cierra la puerta, joder. Me estoy vistiendo-digo de espaldas a ella. Volteo a verla y creo que quedé en shock, soy morena pero literalmente en ese momento creo que me puse blanca. No definitivamente no es Eliana, ella se fue a visitar a Cecilia.

Literalmente mi cuerpo estaba hecho gelatina, mis ojos estaban en unos ojos azules que podían hipnotizar a cualquier chica, pero siempre hay una excepción: yo. Él recorre mi cuerpo con la mirada y sonrie de una manera sexy. De un momento a otro Nicholas comienza a acortar la distancia que hay entre nosotros, como pude logre cubrir mi cuerpo con la toalla, que aún estaba sobre mi cama.

-Vete de mi habitación-apenas pude articular las palabras. Joder, él se seguía acercando.

-Tú todo lo haces mucho más difícil, eso elevado a la décima potencia.-su voz hace que mi cuerpo reaccione de una manera diferente. Su respiración está algo agitada.

-¿Por qué? Además, ese es tu problema, así que por favor vete de mi habitación-no sabía ni lo que trataba de decirle con mis propias palabras.

La toalla que cubría mi cuerpo me fue arrebata de manera rápida y ágil. Las manos de Nick tocaron mi vientre y mi estomago, haciendo una dulce tortura en mi cuerpo. Mis mejillas ardían, mis piernas se sentían como gelatina.

Desastre ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora