Miraba hacía la nada, pensando, analizando muchas cosas de la vida, pensando en como sería mi vida sino hubiera nacido en la familia que tengo ahora, pero a veces me siento mal por ello porque seria como darles la espalda a mis padres de alguna manera, aunque no sé si debería sentirme mal, pero igual lo hago. Me levanto de mi pequeña cama para ir a verme al espejo y lo que veo no me sorprende: un desastre. Tengo algunas ojeras y mi pequeño moretón aún se ve un poco visible en mi cuello, estoy algo delgada, cosa que me frustra mucho y detesto, mi cabello negro medio rizado y medio lacio esta desordenado en el moño y no digamos de mi atuendo: shorts algo flojos, la blusa holgada y los Crocs. Pero dejando todo eso veía algo más, veía cansancio.
Me sentía cansada.
No solo cansada físicamente sino mentalmente. Había estado estudiando todo la tarde para el examen de Matemática que tendría mañana en el colegio. Estaba apenas en el último año de Bachillerato, sentía que el tiempo pasaba muy pero muy lento. A veces consideraba mi vida como una mala historia, me sentía realmente cansada por muchas cosas, pero trataba de poner mi mejor cara ante ello y ni solo por mi. Mi habitación no era como la de muchas chicas, con sus grandes espacios o con un armario lleno de ropa. Mi habitación era pequeña pero si lo suficientemente espaciosa para tener los típicos muebles de una habitación normal. La verdad no podíamos permitirnos muchos lujos, a mi familia no nos sobraba dinero, pero si teníamos al menos para lo necesario.
La ropa que tenia, muy poca era nueva, es decir que no comprábamos en las tiendas o el Centro Comercial muy seguido. La mayoría era de segunda mano o algunas personas nos regalaban ropa, casi siempre de segunda mano, pero su intención era buena y eso realmente lo valoro y aprecio. Tal vez esas personas que nos querían ya se darían cuenta que no tenemos la vida que ellas llevaban. En el vecindario casi nadie sabia de todo lo que pasaba dentro de nuestra casa.
Decidí bajar a cenar por que ya era algo tarde. Mi hermana estaba haciendo la cena, era la menor de la familia, tenía doce años, mientras yo tenia dieciséis.
-Hola, Eliana-le digo a mi pequeña hermana. A veces quisiera darle una mejor vida para que haga cosas de cualquier niña de su edad como ir a jugar al parque y hacer pijamadas.
-¿Qué paso Ludmi?-responde ella sonriendo. Así era como solía llamarme, poca veces me llamaba Ludmila o Mila.
-¿Qué hay para cenar, pequeña?
-No mucho. Sabes que últimamente no estamos bien, además papá y mamá no nos dan mucho dinero para la comida-dice ella, de una manera algo triste-Además creo que el dinero que les queda se lo gastan...
-En alcohola-agrego. Sí, en eso. En vez de preocuparse por su dos hijas van a gastarse en alcohol. Está bien que beban pero que recuerden que tienen ¡dos hijas a las que cuidar y mantener!. Gracias a Dios yo tenia un empleo de menos de medio tiempo, pero igual no era suficiente para mi hermana y para mi, teníamos cosas en las que gastar que eran muy importantes, como material para las tareas, material que pedían en el colegio o a veces comida.
-¿Algún día dejaremos de ser una especie de Cenicientas en un mal cuento o una mala historia?-¿dice ella con algo de tristeza mientras sirve un poco de huevos revueltos y pan en un plato.
-¿En serio nos comparas con Cenicienta?-respondí con una sonrisa-para empezar cenicienta es rubia, nosotras no. Ella es tés blanca, nosotras no. Y sino estoy mal ella es alta, nosotras...definitivamente no.
Y pues así era. Mi hermana y yo no éramos el "prototipo" de niñas que todos quieren, de es especie de Barbie que es muy linda y todo, aunque mi hermana es hermosa, de eso no hay duda. Ya saben, rubias o castañas, delgadas y altas, etc. Nuestro cabello era negro, nuestros ojos marrones llegando a negros, nuestra tés...pues yo la veo entre una especie de blanca y morena, las revuelves y obtienes café con leche. La altura la teníamos en lo promedio, obvio ella es un poco más baja que yo por eso de la edad.
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Desastre Colateral
Teen FictionLudmila, ella se definía como un desastre colatetal. Sus problemas son la mayor carga sobre sus hombros. Pero ella tiene un ancla a la vida, su hermana, Eliana. Nicholas, egocéntrico y la competencia intelectual de Ludmila. Un chico que vive entre...