Capítulo 74⚓

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Jennifer y Kelsey, suben al escenario, Nick ya está acomodado en la silla, de vez en cuando cruzamos unas miradas, y eso logra ponerme nerviosa. Sus ojos azules, como la combinación del cielo y el mar, se clavan en los míos, unos simples ojos marrones oscuros. Su mirada recorre todo mi cuerpo y tengo que ver hacia otros lugares, me pone mi incómoda, y siento un zoológico en mi estómago.

Kelsey viene subiendo al escenario. No puedo dejar que Nick me intimide después de lo que Kelsey y Jennifer le harán

—La primera en bailar muy pero muy sensual, es Kelsey Romero —digo.

Se escucha una canción y ella comienza a mover sus caderas en el cuerpo de Nick, eso logra enojarme y no sé porque. Las piernas de Kelsey están a ambos lados del cuerpo de Nick, y él le toca las piernas muy descaradamente. En menos de dos minutos, Kelsey ya tiene una sonrisa pícara en sus labios, y ya sé la razón: Nick tiene entre sus pantalones al Empire State.

Kelsey le deja un beso en los labios y se para muy feliz de haber cumplido su metido. Ella me quita el micrófono de las manos y comienza a hablar:

—¡En menos de dos minutos, Nicholas Delacroix está como una roca!—me devuelve el micrófono, todas las personas presentes comienza a aplaudir y gritar cosas vulgares a Kelsey.

No sé que decir, así que lo mejor será solamente presentar a Jennifer.

—¡Bien, ahora la chica que sigue es la guapa Jennifer Benson!—termino por decir.

Jennifer sube muy coqueta al escenario y lo primero que hace es sentarse en las piernas de Nick. La rubia comienza a bailar cuando la canción se escucha por el lugar. Ella mueve sus caderas muy descaradamente como Kelsey, aunque admito que la chica pelo de unicornio, se movió mejor. Jennifer besa el cuello de Nick, mientras ella baila como una zorra. No sé pero, no quiero ver más de estas cosas tan vulgares, intento bajarme del escenario pero Jordan, me lo impide.

—Deberías de quedarte arriba, eres presidenta estudiantil, espera sólo unos minutos más—dice en mi oído. Quizás este paranoica o algo por el estilo, porque sus labios estaban muy cerca de mi oído.

Siento sus ojos clavados en mi espalda: Nick está viéndome. Y Jordan sólo le dá una sonrisa de suficiencia. Regreso a mi lugar y Jennifer parece esforzarse mucho, pero no consigue nada. Creo que por mi culpa, si Nick no me hubiese visto hablando con Jordan, todo hubiera sido diferente. Pasan tres minutos y nada.

Antes de que todo termine mal para ella, voy a su rescate.

—¡Lo hiciste bien, Jennifer!—todos le aplauden, pero las amigas de Kelsey, comienza a gritarle cosas horribles.

Como la niña malcriada que es, se baja del escenario rápidamente. Ashley y Charlotte, le dan una mirada de compasión.

—Eso fu intenso—digo aún en el escenario—. ¡Creo que la ganadora es Kelsey!—digo, ella sube al escenario.

—¿Y cuál es mi premio por humillar a la zorra de Jennifer?—pregunta. Nunca pensamos en un premio, así que lo mejor será improvisar.

—Puedes llevarte a Nick a cualquier habitación disponible—respondo. Ella asiente y se va con Nick.

Pero Nick le dice algo a Kelsey y regresa. Me arrebata el micrófono y habla.

—Antes de irme, quiero decir que jamás hemos visto a una virgen en acción—dice ella, ¡mierda! Sé que se refiere a mí—, así que nuestra querida presidenta estudiantil bailará para cualquier chico.

Nick parece furioso y antes de que otro chico tome asiento en la silla, él toma ese lugar. Kelsey me ve algo molesta, pero a los tres segundos se le pasa. Ella siempre me ha dicho que sea un poco más extrovertida, y que salga con chicos, pero nunca lo he hecho. Hoy parece ser el día ideal para Kelsey, porque al fin logró lo que quería: trataré de ser extrovertida.

Se escucha una canción, y Kelsey toma mi mano para llevarme al centro del escenario en donde está Nick. Las luces todo los estudiantes esperan a que yo mueva mi cuerpo de una manera vulgar. Sin verlo venir, Nick agarra mi mano, y me sienta en sus piernas.

Trago en seco, no sé como moverme, sólo sé que tengo todas las miradas puestas en mí y en Nicholas. Intento hacer un recordatorio de lo que Jenni y Kels le hicieron a Nick, hago lo mismo. Comienzo a moverme como puedo, Nick agarra mi cintura y hace una ligera presión en ella, él se muerde los labios. En menos de treinta segundo estoy sentada en el Empire State. Se siente algo incómodo y a la vez un calor en mi vientre.

A Kelsey no pareció gustarle eso, porque rápidamente habla:

—Bien, Ludmila, creo que fue suficiente—hace una sonrisa forzada.

Intento pararme y disimuladamente, Nick dice algo en mi oído:

—Te veo en una hora en mi carro—sus labios rozan partes de la piel de mi cuello y me envía descargas eléctricas.

Yo asiento, porque así puedo hablar con él. Me alejo de él y Ashley y Charlotte comienzan a cobrar para que las chicas les bailen a los chicos. Sin duda recaudaremos mucho.

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Después de la actividad de los striptease, voy a llenar un vaso con cerveza. Veo que Kels sale de una habitación con Nick. Ella se arregla el vestido y no puedo evitar sentir una punzada en mi pecho. Descarto la idea de hablar con él y me dedico a beber un vaso detrás de otro con cerveza.

—¿Qué pasa?—pregunta la chica de cabello verde oscuro, Rita.

—Nada —respondo cortante. Otra vez están mis ataques de bipolaridad.

—¿Todo bien con Nick?—inquiere Rita.

—No lo sé, y no lo quiero pensar—le digo.

—¿Sabes que el mal de amor se quita con alcohol?—asiento ante su pregunta—. ¿Y también sabes que bailando?—niego. Ella toma mi mano y vamos a bailar.

Ambas nos movemos al ritmo de la música. Mónica se nos une. Que lindo, el trío, de vírgenes, pienso. Rita nos dice que nos subamos en una mesa y así lo hacemos. A esto le llamo los efectos del alcohol pasando factura. Las tres nos movemos, pero obviamente, Rita y Mónica bailan mucho mejor. Las luces están apagadas, pero sí hay luces como en una discoteca.

Rita empieza a quitarse la blusa y Mónica tambien, todos comienzan a gritar que yo también haga lo mismo, y así lo hago. Mis manos quitan la chaqueta de cuero, y van a los bordes de mi blusa, poco a poco siento la tela subirse en mi torso.

No termino de quitarme la blusa, porque alguien agarra mi cintura y me baja de la mesa. No puedo ver muy bien todo, sólo sé que alguien me está cargando como si fuese un costal de papas.

Salimos, y vamos a donde están los carros, estacionados. Veo un carro rojo, en particular: un Ferrari. En ese mismo momento sé quien es la persona que me traía como un costal de papas.

Mis pies tocan el suelo.

—¿Qué quieres Nick?—inquiero molesta.

—¿Qué es lo que quiero?—se acerca a mí. Él y yo observamos para verificar que no nos vean—¡Qué los demás no vean lo que me pertenece!—se acerca a mi oído—. Eres mía, y tú lo sabes muy bien.

Sus palabras me quitan el aliento y en ese momento siento que mi respiración irregular.

Él me besa, y lo hace de una manera muy lujuriosa, que provoca el deseo en mí. Él me levanta del suelo y quedo sentada en la parte delantera de su carro. Nicholas besa desesperadamente mi cuello, lame, chupa. Sus boca sabe a alcohol, menta y cigarrillos.

Nos separamos por la falta de aire, y ambos estamos jadeando. Él coloca su mano en mi mejilla.

—¿Quieres que vayamos a otra parte?—pregunta muy cerca de mis labios. Yo asiento.

Ambos entramos a su carro y él lo pone en marcha. No sé lo que hago, pero me dejaré llevar por la intuición.

Desastre ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora