Capítulo 36⚓

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Limpiar el gimnasio del colegio no me llevó mucho tiempo, estaba preparada para irme cuando comienza a llover muy fuerte ¡Mierda! Necesitaba llegar a casa.

En lo que espero veo a un carro asomarse en la entrada del colegio, de él baja un tipo alto, vestido con unos jeans y una camisa en cuello V y una chaqueta a juego. La sombrilla que sostiene sobre él impide que se moje con la lluvia.

Se acerca a mí y pregunta:

—Hola, disculpa ¿Has visto a Nicholas?—su voz es grave y muy varonil.

Lo veo fijamente y tiene unos ojos azules preciosos, unas pestañas largas y un rostro bien perfilado. Su cabello castaño claro está despeinado, haciéndolo ver muy atractivo.

—Sí, creo que está—me quedo pensando en la última vez que lo vi, y digamos que no fue un encuentro para hablar como personas normales, bajo la mirada de la vergüenza—en uno de los pasillos, al fondo, cerca del gimnasio.

—Gracias.

Pasa a mi lado ¡Dios! Ese hombre es demasiado guapo. Mi móvil comienza a vibrar en uno de los bolsillos mis pantalones deportivos, en la pantalla veo con preocupación de quien se trata, contesto velozmente.

—¿Paso algo malo, Eli?—pregunto muy preocupada.

—No nada malo ¿Ya vienes a casa?—pregunta al otro lado de la línea.

—Aún no, Eli. Está lloviendo muy fuerte.

—Es que tengo miedo de estar sola, ademas, Lola llamó y dijo que me llevarás al partido de está noche contigo para después irme a su casa—da un suspiro.

—Esta bien, voy para allá—le digo para que se quede tranquila.

—Ok, te preparé cocoa caliente.

—Ok, mocosa. Te veo en un rato.

Me pongo un suéter azul y la capucha del mismo, meto mi móvil y mis cuadernos en una bolsa impermeable que siempre tengo para casos de emergencia como este. Me dispongo a irme cuando alguien grita mi nombre.

—¡Ludmila!—Nick está frente de mí acompañado del chico desconocido que bajo del carro.

—¿Qué pasa?—pregunto.

—Te llevaré a casa—anuncia. El chico desconocido sonríe de lado, Nick me atrae hacia él, pasa unos de sus brazos por mis hombros—¿Algún problema, Neale?

—Está muy niña, ¿no crees?—El chico que ahora sé que se llama Neale dice algo que yo no logró entender.

O quizá sí, pero mi mente no quiere procesar.

—Que te importa, es mi problema—Nick está molesto.

—Lo que tú digas, hermano—Neale pone los ojos en blanco.

¡Joder! Nicholas tiene un hermano ¡Y yo no lo sabía! Es decir, me ha besado tres veces, al menos me hubiera dicho que era su hermano. Mi confusión se ha de notar en mi cara.

—Ludmila—Nick dice mi nombre—Él es mi hermano, Neale.

Neale por educación  me tiende su mano, automáticamente yo también le tiendo la mía, él sonríe y tiene unos hoyuelos preciosos en sus mejillas. Puedo notar que ambos hermanos tienen rasgos similares. Se nota que el rostro y cuerpo de ambos hermanos, fueron tallados por los ángeles, y su forma de ser tan arrogante, probablemente el diablo se las heredó.

Cuando estoy a punto de retirar mi mano Neale la lleva a sus labios y deposita un beso en ella, como en las películas de antes.

Nick se molesta y toma mi mano

Desastre ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora