Capítulo 8⚓

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—Entonces, obviamente haremos el trabajo en mi casa—anuncia Ashley, cruzando una pierna sobre la otra.

—Me parece más que bien—dice Ryan, casi babeando por Ashley. Aunque ya sabemos que el babea por cualquier chica linda.

—¿Tienes algún problema con eso, Ludmila?—me pregunta Anthony, muy amablemente.

—Pues no—yo niego con la cabeza también.

—Entonces está bien—Ashley se ve en su pequeño espejo poniendo los labios como si fuera a dar un beso.

Que grupo tan maravillosamente especial el que tengo. Notar el sarcasmo por favor.

—Entonces tenemos casi un mes para hacer ese enorme trabajo—dice Ryan.

—Pues si, pero eso no significa que vamos a hacer la tarea a última hora—digo, y saco mi libreta para ir escribiendo lo que haremos.

—Entonces hay que comenzar a hacerlo—dice Anthony y me guiña un ojo.

—Si nos reunimos mañana en la casa de Ashley, no podré ir, y sé que Ashley tampoco y tú, Anthony, probablemente no vayas—Ryan aclara de una vez, mueve si cabeza en mi dirección—Podrías adelantar un poco del trabajo.

Así que Ryan ahora me da ordenes a mi ¿qué rayos le pasa por la mente? Probablemente mañana, que es sabado, tengan una fiesta, como casi todos los fines de semana.

—Como dije, no haré todo el trabajo sola—levanto la vista de mi libreta—¿entendiste o no?

—Bueno, entonces empecemos a hacer esa tarea el domingo—dice Anthony.

—¡Domingo!—dicen Ashley y Ryan al unísono.

—El domingo se hizo para descansar en su totalidad, cero fiestas, cero estrés y cero tareas. La verdad el domingo es cuando se te tiene que pasar el efecto de la fiesta que pudiste tener un sábado por la noche—replica Ryan.

—Definitivamente estoy de acuerdo, la verdad tengo que ir al spa—dice Ashley viendo su perfecta manicura.

—Y ya sabes lo que tengo que hacer los domingos—digo, en especial a Anthony.

—¿Qué tienes que hacer los domingos?—pregunta Ashley como si nada.

—Nada que te pueda importar a ti—le respondo cortante.

—Lo siento, Ludmila. Me había olvidado por completo lo que harás el domingo—me dice Anthony.

Sí, como dice Ryan, los domingos se hicieron para descansar, pero en mi situación los aprovecho para poder trabajar. Aunque no trabajaba hasta muy tarde, solo a medio tiempo y a veces hacía horas extras para ganar un poco más de dinero.

—No hay problema, Anthony—digo dándole una sonrisa.

—Bien, entonces el lunes nos vemos en mi casa—dice Ashley finalmente.

Por primera vez en la vida coincido con ella. Aunque mejor me lo pienso por Eliana, casi siempre se encuentra sola en casa y no quiero que mis padres estén solos con ella. Si podría ir a la casa de Ashley, pero solo por poco tiempo.

—Bueno, me parece bien—digo, accediendo finalmente.

—Entonces el lunes por la tarde, será mejor—dice Anthony.

—Bien. Entonces los veré el lunes—dice Ryan, levantándose de su asiento.

—No ha terminado la clase, Ryan—le dice Ashley, aunque creo que parece como un regaño.

—¿Y quién dice que me quedaré hasta que termine la clase?—le replica sonriendo como todo un engreído.

Creo que desde ahora traeré palomitas de maíz y chocolates para ver como Ashley y Ryan discuten. Patético.

Desastre ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora