Michael me acompañó a llenar mi vaso nuevamente a la cocina. También fui por rebanadas de pizzas. Michael no me agradaba porque a veces se le subía un poco el ego, per otras veces no, y en este momento él estaba como alguien "normal", sin ego .
—¿Y cómo estás, Michael?—intento sacar una conversación. Ambos estamos en un sofá.
—Pues bien, ¿y tú? Ya tenía mucho tiempo de no verte.—da un mordisco a una rebanada de pizza.
No, no estoy bien. Necesito irme lejos de aquí, tener una vida nueva, llevarme a Eliana para que ya no le hagan daño, irme, para que mis padres, también, ya no me sigan haciendo daño.
—Bien—le respondo—.Yo estoy bien—enciendo un cigarrillo.
—Que bien. Te noto algo cambiada—añade Michael.
—¿Será por que tengo algunos mechones en el cabello de azul?
—No, no es eso—Michael se acerca a mí a causa de la música—Es como si todo el tiempo, no estuvieras aquí, es decir, hablas con las personas pero tu mente no está aquí, literalmente.
Es la primera persona que nota eso en mí. No es que mis amigas no se fijarán en eso, pero ellas saben que no me gusta que me hagan ese tipo de comentarios.
—¿Por qué lo dices?
—Cada vez que hablas, vez a un punto fijo, o cuando yo hablo te distraes igualmente.
—Es que siempre he sido así, quiero decir, antes no me prestabas tanta atención, porque casi siempre que te veía ibas con Tania—doy una mordida a mi trozo de pizza. Lo veo fijamente, nunca me había percatado en cuan azules eran sus ojos. Pero es novio de Tania, así que muevo mi cabeza para alejarme de cualquier idea tentadora que se me pueda ocurrir, además, Michael no es mi tipo.
—Tienes razón. Discúlpame por no ir a verte más seguido con Tania, pero he tenido mucha tarea de la Universidad—se pasa una mano por su cabello rubio.
—Entiendo. No hay problema—apoyo mi cabeza en mi mano para verlo mejor—¿Cómo es que Tania no esté aquí, y tú si?—pregunto demasiado curiosa.
—Ella sabe que estoy aquí, la verdad se sentía mal y no quiso venir. De hecho, ella me dijo que viniera, porque ella sabía que tú estarías aquí.—él aclara.
—¿Por qué por mí? No me digas que eres como mi niñero.—mi voz tiene un tono de sorpresa
—Algo así, y si te preocupa que yo pueda traicionar a Tania, no hay problema. Créeme que yo también tengo personas que me vigilan y cuidan de mí. Además ya le dije, que si algún día llega otra chica o simplemente ya no quiero estar con ella, yo se lo diré, a igual que ella a mí.—me ve directamente a los ojos. Me muevo un poco por la incomodidad que eso me causa.
—Si tú te llegas a casar con Tania, serás mi tío político,—le digo en broma—pero por ahora somos ¿amigos?
—Sí, somos amigos. Pero, por favor. No empieces a llamarme tío que me sentiré un poco viejo—ríe por la broma.
—Hasta que te cases con Tania, así que tranquilo—doy una calada a mi cigarro.
—Sí, eso espero—él mira a detrás de mi.
—¿Qué pasa?
—Creo que vi a Nick.
—¿Conoces a Nicholas?—pregunto, haciendo una mueca de disgusto.
—Te mentiría si te dijera que no—él se encoge de hombros.
—¿Cómo alguien como tú, puede ser amigo de alguien como él?—pregunto, muevo mi vaso que aún tiene un poco de soda y whisky. Aunque no me parecería raro que Michael y Nick se llevaran bien.
—¿Por qué esa pregunta? Aunque no lo creas Nick ha pasado por muchas cosas.
—Y también ha pasado por muchas chicas, y es fastidioso—aclaro.
—¿Te gusta?—él sonríe con picardía.
Antes de que yo pudiera responder el rotundo no, él susodicho se acerca a hablar con Michael.
—Hola, Michael—su voz es tan ostigante—Ludmila, no sabia que una virgen pudiera beber tanto. Yo que tú me cuidaba—se sienta entre Michael y yo.
¿Qué rayos le pasa? ¿Ahora me da consejos? Además, gracias al cielo nunca nadie se ha sobrepasado conmigo, y no bebo demasiado alcohol, así que tengo buen funcionamiento de mis cinco sentidos.
—Gracias, Nick. Pero sé cuidarme sola y sé cuidarme de personas como tú y tus amigos—levanto una ceja rápidamente.
—¿Qué te hace creer que yo te haría algo que no quisieras?—pregunta de un sólo.
—Nada, pero sé que hay chicos que sin importar qué, se sobrepasan con los chicas—veo entre toda la gente, y al fín encuentro mi objetivo—, Jennifer está por allá, deberías de ir con ella —la señalo.
Creo que Michael nota las malas vibras que hay por acá, porque se le ve algo incomodó.
—Iré por otra bebida—se para del sofá—Nos vemos luego, Ludmila—se despide de mi—, Nick—asiente hacia él.
—Michael, espera. Voy contigo—yo también me paro del sofá y me coloco a su lado. Sólo le llego un poco arriba del hombro ¿Por qué seré tan baja?
Le doy una mirada molesta a Nick y con eso sigo a Michael a la cocina por otra bebida.
Trato de buscar a Mónica y Abby por todo el lugar, pero sólo logro divisar a Abby con Anthony y otra chica que no conozco.
—¿Quieres whisky o vodka?—dice Michael, llenando dos vasos con soda.
—Vodka—respondo. Y él le agrega a mi vaso con soda un poco de vodka.
—¿Cómo te puede gustar el vodka con soda?
—Es delicioso. Aunque espero que sea soda de sabor a limón lo que hay en mi vaso.—bromeo. De cierta forma, si quería que fuera soda sabor limón.
—Sí, lo es—me guiña un ojo y me entrega el vaso.
Salimos a tomar un poco de aire y así alejarnos de todo la gente y el ruido. Comenzamos a hablar de muchas cosas, aunque una pregunta que él hace me hace recordar a alguien. Eliana.
Mi pequeña hermana.
Hola, hola, perdón por tardar en actualizar pero estudiar virtualmente es horrible, cada vez que veo mi classroom hay tareas, tareas y más tareas.
Espero les este gustando la historia. Gracias por leer y por favor #Quédateencasa no quiero que le pase algo a vos y a tu familia, y lava bien tus manitas lindas como si hubieses tocado a Jennifer o los padres de Ludmila.
Deja tu estrellita y comentario colateral.
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Twitter: DGLdeLeonBesos derivados e integrados 😘
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Desastre Colateral
Teen FictionLudmila, ella se definía como un desastre colatetal. Sus problemas son la mayor carga sobre sus hombros. Pero ella tiene un ancla a la vida, su hermana, Eliana. Nicholas, egocéntrico y la competencia intelectual de Ludmila. Un chico que vive entre...