Capítulo 41⚓

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Guardo mis cosas en la mochila y las tres salimos al jardín y nos sentamos a tomar un poco de aire.

—¿Qué hacías sola con Nick, hermana?—por el tono en que Eli lo pregunta, sé que está molesta. No tiene nada de mesura para demostrarlo.

—Nada, él solo pasa molestándome como siempre—respondo, neutral. No quiero comentarle lo que ha pasado con Nick, no quiero que me vea como la típica chica que cae a sus pies.

Para mí Nick solo es un juego, un juego que me lleva al efecto placebo. No hay sentimientos involucrados, solo es una distracción y ya.

—Ludmila, no lo niegues—dice acusatoriamente Rita.

—¿El qué?

—Los vimos besándose—suelta Eli de golpe.

¡Mierda! Siento mi cuerpo más helado de lo normal, ¿cómo ellas pudieron vernos? Nadie estaba en la biblioteca ¿o sí?.

—¡¿Qué!—es lo único que puedo decir.

—Sí, yo estaba en la biblioteca. Escuche cuando se estaban peleando, fui a ver y a los segundos ya se estaban besando—dice Eli, probablemente decepcionada de mí.

Me quedo pensando las palabras correctas para responderle, pero en este caso no hay nada correcto nada. Mi inmadurez va más allá del sol y la luna.

—Y yo iba a buscar a Nick, ya que Jennifer estaba como loca por no encontrarlo en ninguna parte, pero ya veo que estaba muy ocupado—dice Rita mientras hace una mueca de disgusto.

¿Cómo es eso posible?

—Había encontrado a Rita cuando yo iba de regreso a mi mesa en la biblioteca y me pregunto por Nick, yo le dije que estaba haciendo tareas en una de las mesas y que no fuera a interrumpirlo. Aunque la tarea la estuviese haciendo en tu boca y tú encima de él—Eli me ve de pies a cabeza. Siento que mi propia hermana no puede reconocerme. Eliana me ve con un rostro inefable.

Para está situación veo que Eli, poco a poco va entiendo sobre estas cosas de jóvenes. Aunque siga molesta conmigo.

—Perdón por no haberte dicho quien era la persona que me había dado mi primer beso, Eli—agarro su mano y le doy un leve apretón—No sabía como lo ibas a tomar, en serio, perdóname.

—Por supuesto que te perdono, Mila, aunque espero que sepas lo que estás haciendo—Eli me devuelve el apretón.

Rita parece estar procesando todo.

—Espera, ¿le diste tu primer beso a Nicholas Delacroix?—pregunta Rita, yo asiento—¿Por qué él? Nunca busca nada serio, Ludmila, eres un ángel que vio un infierno que le gusto, espero no te quemes en el intento—su voz se vuelve muy suave. Como cuando yo le hablo a Eli—Créeme que soy una de sus mejores amigas y sé que también tiene un hermano, Neale, aunque también está Nate, él es el más grandes de los Delacroix, es mejor no meterse con ellos.

—¡No, él no me gusta!—grito. Ambas se asustan ante mi reacción—A Neale ya lo conozco y me parece una persona amable.

—Sí él no te gustara no lo hubieras besado otra vez—sisea Rita. Eli es una espectadora de todo el drama—Neale y Nate son lo mismo que Nick—espeta Rita.

—Tiene razón, Rita, son la misma familia, las mismas costumbres, todo, pero absolutamente todo puede ser igual, en lo que a besos y mujeres se trata, hermana—Eliana decide hablar—, pienso que es mejor que se lo digas a Mónica, Abby y Sofía, ellas tienen mucha más experiencia que tú y obviamente que yo—Eli me habla de una manera muy dulce—Espero no te confundas de ancla, porque esta te puede soltar y dejar naufragar.

Rita no parece entender nada de lo que Eli me dice. Así que decide preguntar:

—¿Confundirse de ancla?—el rostro de Rita es de confusión total.

—Sí. Ludmila tiene una metáfora que todos tenemos un ancla que nos sujeta a la vida—Eli me ve con sus ojos marrones, como los míos.

—Pero Eli, tú eres mi ancla—le digo viéndola a los ojos.

—Sí, lo sé, pero a veces la marea está demasiado fuerte que necesitas otra ancla para sujetarte a la vida y no irte para naufragar y luego hundirte.

—Eso fue muy profundo, Eliana—Rita le toma la mano.

—Tranquilas, tengo que hacer algo para evitar todo está situación. He salido de muchas, sé que puedo salir de está—afirmo.

—Solo espero que en el transcurso de está situación no pierdas lo más valioso que tienes—Rita suena muy preocupada.

—Tengo a Eliana, Rita. Sé que ella no se va a ir—la reconforto.

—No, Ludmila, no me refería a eso—la voz de Rita es tristeza, preocupación y decepción.

Veo la hora, así que es mejor ir a la cafetería a recargar energías. Rita ya no pudo terminar lo que iba a decirme porque Charlotte fue con nosotras a molestarnos y Rita se fue con ella. Nadie sabe que Rita y yo volvimos a ser amigas, quizás no tenemos el lazo que teníamos antes, pero poco a poco ella va reconstruyendo lo que daño. Eliana no lo sabía, pero se alegró al enterarse de la noticia.

Cuando llegamos a la cafetería Eliana decide comer con mis amigos. A veces me siento como si fuera otro hombre en ese grupo a parte de Anthony, que a veces almuerza con nosotras. Es decir, no me visto como mujer, a veces por molestar eructo frente a ellas y es muy gracioso, mi cabello casi siempre anda despeinado, soy reservada pero cuando Anthony habla de chicas es como si tuviera un hombre viviendo en mi mente...no soy bisexual ni lesbiana, por si alguien lo piensa. Cuando llegue a este colegio de pequeña, me juntaba solo con los niños, mi primaria fue solo juntarme con niños y Abby, hasta después me hice amiga de Mónica y Sofía. 

Caminamos a nuestra mesa y veo que Nick ya tiene otra persona con la que se puede quitar sus ganas. Jennifer y él no tienen nada serio, así que no me sorprende ver a unicornio Kelsey en sus piernas. Su cabello de muchos colores está atado en una coleta haciendo que se vea muy guapa. Nick muerde el piercing que ella tiene en la ceja. Él se fija en que yo lo veo y sus ojos azules se posan en los míos, siento la vergüenza en todo mi cuerpo. Veo hacia otro lado, evitando hacer esto muy incómodo. 

—Hola—digo cuando llego a la nuestra mesa—¿qué hay de nuevo?

—Nada, recuerda que los profesores tuvieron una reunión de emergencia, así que solo nos pusimos a charlar, pero faltaste tú y todo por adelantar las tareas—dice Mónica.

En ese momento los ojos de Eliana conectan con los míos, y con la mirada le suplico que aún no diga nada de lo que paso con Nick.

—Tenía que adelantar para poder darme un respiro, Abby—le digo. Mi estómago pide comida—Tengo que ir por mi almuerzo—aviso. Y con eso Eli y yo nos vamos a hacer fila.

Eliana va delante de mí, la verdad cuando se trata de comida soy muy impaciente, pero gracias a los espíritus de la comida y del hambre, no hay muchas personas en la fila.

Alguien se coloca detrás de mí, pero se pega disimuladamente demasiado a mi cuerpo, así que me volteo para gritarle a la persona que está detrás de mí, pero mis palabras no salieron para evitar miradas sobre mí. Nick acaricia mi espalda, ya que nadie se fija, se acerca a mí y su respiración llega a mi cuello, mi cuerpo se estremece y comienzo a pensar sobre lo que dijo Eliana, sobre si se sé lo que estoy haciendo y en este momento no creo saber lo que hago, mi mente queda en blanco y creo que esto al final será lo de siempre, un desastre colateral.      

Buena noche, pandicornios. Aquí otra cap. Veo que ya no tengo muchos lectores, no sé si seguir la historia porque al fin y al cabo, es para ustedes.

Pasen por mi otra historia: Inefable.

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Besos derivados e integrados.

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