Capítulo 3⚓

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A pesar de todo la clase de Biología no estuvo tan mal. La profesora Clavery sabe como entretenernos en su clase.

El en contabilidad, profesor Ventura nos observa con atención, todos en silencio haciendo el examen, de lejos veo Nick y sé que se le está haciendo difícil el examen, él me ve y sólo sonríe con superioridad, yo le saco el dedo corazón.

Le entrego mi examen al profesor Ventura y con eso salgo de la clase directo al baño, así arreglo mi cabello que está hecho un desastre.

Me veo en el espejo y me quedo observando el color morado de mi mejilla izquierda que me recuerda la pelea que tuve con mis padres esta mañana. No se nota mucho gracias a mi tono de piel pero igual duele. Ahora que recuerdo la pelea necesitaba ver a Eliana, quería saber cómo estaba y cómo le había ido en los exámenes.

Antes de salir del baño me hago una trenza, la verdad mi pelo se veía muy desordenado por eso decidí trenzarlo, no me lleva mucho tiempo.

¡Hoy tengo que ir a trabajar! No se me había olvidado pero no quería dejar sola a Eliana con mis padres, quizás tenga que llevarla conmigo al trabajo. No todos los días trabajo, sólo dos días entre semana y los fines de semana que a veces solo es de medio tiempo.

Me lavo mis manos y me veo por última vez en el espejo y salgo del baño directo a mi casillero para sacar algunos libros. Cuando voy saliendo del baño para mi mala suerte otra vez observo que Nicholas está en su casillero, esta vez no tiene compañía. Mi casillero está a solo dos casilleros más que el suyo, lo voy a ignorar a cualquier estupidez que diga.

Paso muy casual a la par suya hasta llegar a mi casillero, le quito el seguro a mi casillero. No sé por que siento su mirada todo este tiempo en mi, eso hace que me ponga muy nerviosa pero no de esos nervios que te provoca la persona que te gusta sino de esos nervios normales que en cualquier examen o situación intimidante puedes tener y eso me molesta tanto que cierro mi casillero de un golpe.

Me llevo un susto cuando veo que él esta cerca de mí y creo que eso me molesta más.

—¿Qué haces? ¿Ahora quieres matarme de un susto o qué?—le digo molesta, casi lo mismo le digo a Abby cada vez que ella llega y me asusta así de la nada.

—No me agradas, niña pero tampoco soy capaz de hacer algo tan ruin como matarte de susto—frunce el ceño mientras ríe.

—No me digas, ahora eres una versión de Gandhi, qué es razonable y pacifico, para tener paz conmigo.

—Muy graciosa—dice sarcásticamente.

—¿O es qué te sientes solo sin tu grupo de zorras?

—La verdad no. Pero supongo que tú si, además tengo hora libre así que hago lo que se me da la gana, niña. No te metas en mis asuntos—me replica dando un paso hacia mi. Creo que a la par de él parezco un jodido minion, admito que tengo que ponerme disimuladamente de puntillas para al menos verlo y enfrentarlo un poco mejor.

—Tus asuntos me vienen valiendo nada—le digo teniendo un contacto directo con sus ojos.

—¿En serio?—se pone en frente de mi y coloca sus dos brazos en los casilleros de modo que quedo atrapada entre él y los casilleros. Tengo miedo. ¿En qué problema me metí?

—Deja de ser un dolor de cabeza—me siento intimidada, cómo quitarlo de enfrente si tiene músculos prominentes a comparación mía.

—Ni me interesa lo que piensas y lo que dices, así que me da lo mismo, ¿entendido?—dice Nick dando un paso hacia atrás mientras yo asiento con la cabeza—Nos vemos—y con esa última frase lo veo irse del pasillo.

Desastre ColateralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora