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— ¿Cómo se encuentra mi banda favorita? —El joven les sonrió con los brazos abiertos, era Roy con un excéntrico atuendo que lo hacía lucir un poco gracioso. Esperó alguna reacción de los miembros de Queen, sin embargo, no obtuvo más que un trío de miradas expectantes—. ¿Qué pasa?, ¿acaso Bri no les dijo que vendría?
— ¡Oh, eh, claro que sí nos dijo! Brian nos avisó apenas llamaste. No te preocupes —Freddie se levantó energéticamente de su sitio.
Todos saludaron a los recién llegados y al acabar esta fase, fueron al grano.
—Bueno, empecemos con lo que nos convoca.
  Brian comenzó por decir mientras caminaba hacia el reproductor para poner en marcha la cinta y empezar a escuchar la misma.
  Luego de unos deleitosos dos minutos con ocho segundos, los cuales terminaron con un solo protagonizado por el guitarrista, el productor aplaudió repetidas y cortas veces, aclamando la obra que escuchó, sacándole una sonrisa a todos en la habitación.
— ¡Es maravillosa! ¿Qué quieren que les diga? Hicieron un uso magnífico del dinero que disponían —John, Brian y Freddie, se miraron entre ellos, sonrientes por lo que estaban diciendo de su reciente obra—. Pero como toda maravilla, esta no se encuentra exenta de fallos.
La felicidad de dos de los tres compañeros de equipo presentes, se desvaneció apenas Baker pronunció el «pero». Sin embargo, el vocalista, se mantuvo expectante a las críticas.
— ¿Qué hay de malo con la canción? —preguntó el bajista ciertamente afligido.
— ¡No es nada con la canción!, es más bien algo de pasión. La batería suena floja, casi sin emoción y la gente no va a pagar diez libras por un disco en donde la mejor canción y de paso la que es el single, tiene una batería que suena de esa manera. Deben volver a grabar esa parte.
  El persa suspiró al escuchar eso, mirando a sus compañeros al terminar, ellos le dieron una mirada que buscaba decir "no hay nada qué hacer ahora mismo". Molestándose por la ausencia del culpable del problema que se presentó, habló.
—Sí, claro, siempre y cuando el baterista llegue... —Freddie miró la hora, intentando mantener la compostura frente a Roy.
— ¿A qué te refieres?
—Hemos tenido ciertos problemas con Roger este último tiempo —habló John.
—Ah, ¿está enfermo?
—No, pero ahora mismo desearía que ese fuera el impedimento, así lo tendríamos controlado, por lo menos —continuó.
— ¿Entonces?
—El problema está en que a mitad de las sesiones de grabación se desaparece sin dar explicaciones –especificó Brin.
— ¿No estará metido en algo malo? Digo, como Fred me respondió la llamada de esa manera hoy en la tarde —volteó hacia el pianista—. Deberías cuidarte más, viejo, yo solo digo.
— ¿Que yo qué? —Mercury se vio interrumpido debido al ruido de un portazo.
Todos giraron a ver el origen de aquél estruendoso ruido.
—Hola perras —Roger sonrió a sus amigos, sin darse cuenta de la presencia de Roy hasta que Freddie se lo señaló con los ojos—. ¿Y este quién es?
John miró al cielo, pidiendo piedad, mientras que Brian puso su mano en su cara, avergonzado. Borrando su felicidad, tosió incómodo y se paró derecho, dejando su chaqueta colgada en el perchero. Se ruborizó.
—Lamento la tardanza —Roger buscó la mirada de alguno de sus amigos, velando por alguna respuesta a cómo diablos se llamaba ese tipo.
—Me llamo Roy Baker, Taylor. Por si no lo sabías, soy el productor de este álbum y por lo que veo, llegaste demasiado tarde. Este es un comportamiento muy poco profesional a decir verdad.
—Profesional mis... —alcanzó a percatarse de que todos estaban aún escuchándole por lo que miró el piso avergonzado. En su cabeza no paraba de repetirse el «hola perras» que había dicho al entrar.
—Como iba diciendo, hay otra parte en donde la batería falla; justo antes del solo de guitarra. La batería... se escucha descordinada en relación a los demás instrumentos. Esa es otra parte que deben grabar de nuevo.
Todos excepto por Roy, dirigieron su mirada hacia Roger, quien estaba sentado mirando a la nada, sin reaccionar.
—Hombre, te están hablando —John tironeó la manga de la camisa que Taylor llevaba puesta, haciendo recuperar el sentido de la realidad al baterista.
— ¿Qué dijo? —el de ojos azules intentó mirar casi pidiéndole compasión a Roy, sin embargo, éste no se la dio, en vez de eso suspiró y se removió de su lugar.
—Veo que no están en condiciones de hacer nada hoy —hizo una pausa dramática— y eso es una lástima a decir verdad. Pero como soy buena onda les voy a dar una segunda oportunidad, y esta vez más les vale que no fallen porque o si no mi papá se meterá en esto y... créanme que nadie quiere eso. Ehm, volveré en cuatro días, me mandarán con la secretaria que me asignará mi papá así que deben comportarse —volteó hacia Roger—, si la canción no está lista para ese entonces, simplemente no podré hacer nada más por ustedes.
  — ¿Eso sería todo? —preguntó Freddie.
  —Ajá.
  —Bien..., gracias, Roy.
  —Cuando quieran.
Baker, sin decir nada más, se dirigió a la puerta, miró a los demás una última vez antes de salir, y sin despedirse, se fue junto con su asistente. Se formó un incómodo silencio dentro de esa habitación, escuchándose nada más que el sonido de las manijas del reloj que había allí. John se encongió de hombros, mirando al suelo, sabía muy bien que iba a haber una pelea entre todos.
—Hola perras... —el vocalista imitó la voz del último que había llegado, haciéndola parecer tonta. Suspiró frustado y miró al culpable del retiro del productor, quien aún seguía avergonzado por lo que dijo.
—Escuchen, pido disculpas. Ya, lo dije.
Mercury, indignadísimo por lo que había escuchado hace unos minutos, se levantó de su asiento y se apoyó en el tablero de control, preguntándose cómo es que su compañero podía ser tan poco profesional.
—Véanle el lado positivo, ciertamente pudo haber sido peor —el menor de los cuatro intentó calmar las vibras en la habitación pero no lo logró. Los gritos de Freddie se pronunciaron.
— ¿Peor?, ¡esto no puede empeorar! Esto ya es horrible: Roy acaba de decir que debemos tener la canción en cuatro días, y por cómo vamos, no veo que podamos aspirar a algo más que al fracaso —volteó hacia el rubio y le habló—. ¿Te das cuenta que todo esto es tu culpa, no? Todo esto, literalmente todo, es tu culpa. Roger, sabes bien que no podemos perder a Roy.
—Ni siquiera sabía quién era.
— ¡Pues es momento de que lo sepas! Si Queen muere, quédate en paz, porque en ese entonces habrás conseguido lo que querías.
—Yo nunca he querido matar a Queen —hizo una expresión de confusión y se rió.
  —Pues por como actúas veo que deseas lo contrario.
  —He cometido errores, ¿está bien?, pero no es como si quisiese hacerlos.
— ¿Y qué quieres que haga al respecto?, ¿darte un premio al baterista más irresponsable en la historia de las bandas de rock? —el pianista empezó a hacer señas con las manos, cosa que hacía que el rubio cada vez, se enojara más—. Si seguimos así, nuestra decadencia será catastrófica, ¡no, incluso peor!
—Al menos no hemos dicho nada malo que nos... nos deje con un perfil público dañado —continuó Brian.
—Gracias por el apoyo, Bri... —sus compañeros se quedaron callados, pero su silencio venía acompañado con caras de desagrado y de aburrimiento. Al no escuchar a nadie hablar, Mercury se cruzó de brazos, y continuó— pero ¿saben qué? Yo me voy.

CigarettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora