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[Tokio, Japón. 1975 – Estación de trenes de Tokio]

  — ¡Japón, sorpréndeme! —exclamó Frederick saliendo del tren, quitándose su sombrero y dejándolo alzado en el aire.
Tan pronto como salió se escucharon gritos emocionados de lo que eran en su mayoría chicas. Su expresión de felicidad y emoción cambió a una de terror al ver que la turba no pudo ser contenida por la policía y ahora se dirigía hacia su persona. Entró en el tren otra vez y con esfuerzo cerró la puerta, recargándose en ella una vez creyó estar a salvo. Vio a sus amigos dirigiéndose hacia donde estaba él.
  — ¡Por fin podré ir a comprar la nueva mercancía que salió del Súper Robot Chogokin que está exclusivamente en Japón! Además completaré mi colección de mangas comprándome el último de la temporada diez. Necesito que alguien me acompañe a comprar, ¡hay una tienda temática en Akibahara!
—Oí que hay cafés en donde erizos de tierra andan libres y puedes acariciarlos mientras comes. Quisiera ir para tener uno entre las manos, son tan lindos.
—También hay uno de perros y de gatos, y te puedo asegurar que el de perros será mucho más divertido que el de erizos —aseguró Roger casi desafiando a su novio. Al ver que Mercury bloqueaba la salida le habló autoritariamente— Déjanos pasar.
  —Por su propia seguridad, no puedo hacer eso —les recomendó bloqueando la salida con su cuerpo—. ¿Recuerdan cómo la gente estaba en el primer concierto en Estados Unidos? ¡Al parecer los japoneses están más locos que ellos!
  —Vamos, no puede ser tan malo —rió Deacon abriendo la puerta y viendo a las exaltadas fans intentando agarrarlo. La cerró rápidamente—. O quizás sí.
  — ¡Estamos atrapados! —exclamó Frederick desgarradoramente dejándose caer, siendo atrapado por el guitarrista.
  Brian soltó a Mercury y se dirigió hacia el manager cuando vio que éste, acompañado del asistente, se acercaba hacia donde estaban ellos. Le habló.
  — ¿El tren no puede seguir hasta la siguiente estación?, quizás allí las cosas estén más calmadas y podamos salir con facilidad.
  —Nooo, bajémonos aquí. Ya no quiero seguir sentado, quiero bajarme aquí —rebatió el rubio mientras se cruzaba de brazos y observaba a May. Se hizo a un lado para que el bajista pasara y llegara a la ventana, a donde en cuanto llegó se puso a observar lo que pasaba a fuera.
  —No te metas en las conversaciones de los adultos —le tapó la boca a su novio y le puso atención a John el cual le iba a responder. Soltó al baterista en cuanto éste empezó a morder su mano—. ¡Eso me dolió!
  —Era la idea —se miraron por unos segundos en silencio hasta que Roger enseñó sus dientes y frunció su ceño como perro enojado—. ¡Grr! —corrió hasta donde se encontraba Deacon y subiéndose a su espalda en modo de sorpresa, miró con él por la ventana, descubriendo que habían también fotógrafos esperando a su salida.
  — ¡Sal de encimaaa! —exigió el bajista.
  — ¡Oblígame! —se balanceó hacia delante, haciendo que John estuviera a punto de perder el equilibrio y en consecuencia caer.
  Cuando Brian vio que el dúo casi cayó de bruces al suelo, dejó salir un par de risas acompañadas de un ligero rodeo de ojos. Sin embargo retomó la conversación cuando escuchó a Paul entrar en la misma.
  —Quizás Bri tenga razón —le dio la razón al guitarrista—. De por sí ya se nos complicará salir, imagínate con las maletas y las mochilas en mano...
  —Estoy seguro de que si esperamos un poco podremos salir. Tal vez la policía recupere el control de la situación y puedan abrirnos paso a través de los fans y de la prensa.
  —No creo que eso suceda, las chicas se ven muy decididas de quedarse aquí hasta vernos salir y poder secuestrarnos —respondió el más joven del grupo mientras aún miraba por la ventana con Roger en su espalda—. Y en el caso de los paparazzis, ellos no se irán hasta conseguir fotos de nosotros en todos los ángulos habidos y por haber.
Se apartó de donde estaba con Roger en su espalda en cuanto se aburrió, dejando espacio a que el persa observara a través del ventanal.
  Freddie, al ver que lo saludaban movió su mano, devolviéndoles el saludo, cosa que emocionó más aún a las fans.
  —Se ven bastante amigables como para ser secuestradoras —dijo el cantante.
  —Sólo te recuerdo que los secuestradores de niños para llevárselos fácilmente y ganar su confianza los atraen con dulces —le recordó Roger.
  —Bueno, eso es cierto —rió el de pelo negro dirigiéndose a la salida del tren. Todos le miraron expectantes de lo que haría—. Caballeros, si no sobrevivimos a esto quiero que sepan que fue un honor tocar con ustedes... ahora hay que elegir al más bonito como sacrificio.
  Hubo un silencio incómodo en el que la mayoría volteó a ver a Roger quien dándose cuenta de que era el elegido comenzó a prepararse para hacer algo parecido a un berrinche.
—Bien, tengo una pregunta: ¿por qué mierda no voltearon a verme a mi? —indignado, Frederick volvió a hablar.
— ¡Ah!, ¿por qué yo? Deacy es más tierno, es mejor material...
  —Bueno, en eso tienes toda la razón —Mercury agarró la mano del bajista e ignorando las súplicas del mismo, abrió la puerta dejando ver a una pequeña sección del grupo de fans que parecían bastante emocionados—. ¡Chao! —lo empujó, echándolo del vagón como también dejándolo a su suerte. Cerrando al final la puerta, se dirigió a las personas restantes de la banda, exponiendo su decisión—. Bien, Roger es el siguiente.
  —No, no, Paul es el siguiente y por consecuencia John también lo es —abrió la puerta y empujó a los dos fuera del tren—. ¡Vayan a hablar con el supervisor para que nos dejen sacar las maletas después! —exclamó, cerrando la entrada de nuevo.
  — ¡Ya deja de evadir que ha llegado tu hora, Roger! ¡Tú querías bajarte aquí porque no querías viajar UNA estación más! —le habló un tanto exaltado ya al baterista.
  — ¡Sal tú primero!
  — ¡No, tú!
  — ¡No, tú!
  — ¡No...!
  —Chicos, creo que ahora sí debe salir el más guapo de los tres —vociferó May interrumpiendo la pelea de sus compañeros, haciendo que la situación se calmara. Se dirigió hacia su pareja y tomando una de las manos de éste, le habló—. Así que, Rog...
  —Aw, Bri —sonrió ampliamente, hasta sonrojándose un poco—, eso es tan romántico y...
  —Ábreme la puerta que voy a salir yo —lo interrumpió, viendo cómo la expresión de Taylor cambiaba a una enojada.
Mercury se empezó a reír.
  — ¡Eres un puto vanidoso! —le gritó enfadado.
—Ya, no te enojes —se rió poniendo las palmas de sus manos como una especie de inservible escudo contra Roger—. Ya, amor, era broma —seguía riéndose.
— ¡Nada que amor, ni tesoro, ni esas mierdas cursis! —le abrió la puerta y le pegó con su pie para que saliera, lográndolo—. ¡Más te vale ir y no volver!
  — ¡Ahora te toca a ti, Roggie!
  — ¡No es justo!
  —Claro que lo es: tu dijiste que nos bajáramos aquí y además debes ir a cuidar a Brian, quizás qué cosas le hagan esos fans locos si no lo cuidas. Además tú y Bri vienen como en un pack de dos, ¡al igual que Barbie y Ken! Así que fuera, fuchi, fuchi —abrió la puerta y salió con el baterista, empujándolo un poco.
Cuando las fans empezaron a rodearlos, Mercury se volteó para mirar a un par de admiradoras que al parecer le pedían un autógrafo. Agarró el lápiz que le ofrecían y firmó, avanzando sin perder de vista al baterista quien dificultosamente se abría paso a través del grupo. La policía parecía retomar por fin el control de la situación.
—Perdí de vista a los chicos —anunció Roger observando si podía divisarlos desde donde estaban.
— ¿Cómo es que pierdes de vista a tres rascacielos andantes? —agarró las piernas del menor y metiéndose entremedio de ellas lo sentó en sus hombros.
— ¡Suéltamee! ¡No me gusta que me tomen así!
— ¡Créeme que tampoco me gusta sentir tu pene en mi nuca así que si quieres bajarte debes encontrarlos! —lo incitó.
—Esto no funcionará —dijo a regañadientes girando su cabeza hacia el lado izquierdo y viendo a Brian, John, Paul y Reid quienes se encontraban en un lugar apartado de la turba y asegurado por la policía—. ¡Allá están!
  —Permiso, tesoros, permiso —habló Freddie caminando hacia sus amigos. Una vez se topó con Deacon bajó a Roger quien agradeció.
  — ¡Suelo, dulce, pavimentado y seguro suelo!
  — ¿Alguna novedad? —preguntó el vocalista.
  —No sé cuántas personas me tocaron el trasero, pero fueron muchas —replicó Deacon.
  —Yo perdí un zapato —informó May haciendo reír a quienes recién habían llegado. Puso sus manos en sus caderas y cerró sus ojos, lamentándose—. Me costaron caros.
  —Vele el lado bueno, tus calcetines de arcoíris combinan con tu bufanda —lo animó su pareja, sacándole risitas en consecuencia por la acotación.
— ¿Qué pasará con nuestras maletas? —consultó Frederick.
—El personal de la estación dijo que enviarían a nuestro hotel el equipaje. Yo y John iremos a dejar los datos para que lleguen sanas y salvas y si es posible llegaremos junto con las maletas —le respondió Paul—. Vendrán a por ustedes, así que será mejor que se empiecen a mover.
Comenzaron a hacer lo que el asistente especificó.
—Caminar sin un zapato es más difícil de lo que pensé —comentó el guitarrista.
—Debe ser raro ver a alguien caminando solo con un zapato y con calcetines de arcoíris —dijo Reid.
May dialogó con el representante a la vez que junto a él se quedó un poco atrás del grupo.
—Demasiado...
—Hablando de cosas más felices, estoy impaciente por ver nuestra habitación de hotel —habló el bajista sonriente.
  El de cabello ondulado se reincorporó al grupo.
— ¡Quizás sea un hotel tradicional japonés! —se agarró de las manos el pelinegro con el de cabello castaño claro.
— ¡Con fotones y todo! —dijeron al unísono y pegaron un grito de emoción acompañando de saltitos.
— ¿Cuántos de ellos habrán? —habló en un volumen medio el baterista, tanto que sonó como que se lo estaba preguntando así mismo. Sin embargo la respuesta vino de su pareja.
  —Supongo que unos cuatro... ¿Por qué preguntas? —lo miró ligeramente confundido, aquella expresión cambió a una de nerviosismo acompañada con un leve rubor cuando Taylor le miró y sonrió ladino.
  —Tengo mis razones, es todo  —replicó con la intención de que solamente Brian le oyera—. De todas formas —sonrió de lado a lado y se volteó en dirección a Deacon el cual estaba a su derecha—, si solo hay dos compartiré uno contigo.
  — ¡Ah, así nos vamos a poder quedar viendo la última película de Chogokin!
  — ¡De ninguna forma! —interrumpió dramáticamente el persa— Yo dormiré con Deacy, ¿cierto, cariño? —lo agarró de su brazo izquierdo y lo observó con ojos que insinuaban tener un plan. John lo entendió de inmediato y reaccionó con igual rapidez.
—Aaah... sí. Sí.



BITCH ESTE CAPÍTULO ESTÁ MUY FOME (aburrido) PERO CABRXS LES JURO QUE PASANDO ESTOS CAOITULOS SE VIENE LO BUENO SE LOS JURO PERDON POR TAN POCO 😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭
GENTE FELIZ CUARENTENAAA
Lávense las manos por favor por favor por favor y quédense en su casa por favor 🙏🏻
Cuídense harto y perdón por no actualizar hace tanto 😣😣😣😣😣😣😣😣😣😣👊🏻👊🏻👊🏻👊🏻
¿Que han hecho en cuarentena xikes? Les juro que traeremos más capítulos en lo que continúe la cuarentena 😞💖
Estamos en deuda con ustedes
PORQUE SOMOS 10.000 LEÍDAS BROOOOOO DKDJDDJDJ 💕💕💕💕💕💕
Qué felicidad noooo k iennnnn 😍😍💕😍😍😍😍💕😍💕👊🏻👊🏻👊🏻👊🏻🤘🏻🤘🏻🤘🏻🤘🏻
Les amamos mucho y muchas gracias por todo este apoyo en serio o sea que chuchaaaaaaa
El fanfic tiene algunos puntos en qué reparar pero al parecer a ustedes les gusta y eso es lo que importa 🥺🥺🥺🥺🥺💖💖💖
Eso xikissss
De verdad lávense las manos Y MUCHAS GRACIAS POR TODOOOO TODO TODO
-Ella

CigarettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora