El guitarrista miró a su compañero por unos cuantos segundos más para después dirigir su mirada hacia la pared y suspirar un poco aburrido de la constante indecisión que Roger demostraba en su actuar. Volviendo hacia a él y examinándolo de pies a cabeza, se dio cuenta de cómo el rubio lo miraba; Taylor, intentando adivinar la respuesta del castaño, lo observó impaciente, esperando a que Brian hablara y diera su veredicto final.
— ¿Quién sabe lidiar contigo? —caminó con sus manos en los bolsillos en dirección a su amigo.
Cuando llegó frente a él, tuvo que mirar hacia abajo debido a la notable diferencia de estatura. Roger se cruzó de brazos observando la pared con el ceño fruncido y el mayor, al ver la disposición del otro, volvió a hablar.
—Anda —hizo que lo mirara, volteando el rostro del ojiazul con una de sus manos—, cambia la cara.
—No te pedí órdenes, te hice una pregunta —hizo un mohín con la boca—. Si me respondieras sería bueno.
—Pues... la respuesta es sí, sí me quedaré contigo. Pero solo para ver que estés trabajando y no flojeando, ni mucho menos haciendo algo tonto.
—Genial —agradeció sarcástico, mirándolo otra vez, alzando su cabeza para poder establecer contacto visual—, te quedarás a vigilarme como si estuvieras cuidando a un niño de cuatro años.
—Si dejaras de comportarte como uno entonces te dejaría solo —lo dejó callado por unos segundos—. Además, siempre es agradable la compañía.
—No cuando la compañía vigila tus movimientos y después los comenta con otros... ¿Sabes?, será mejor que me vaya.
—Deja de tener un doble discurso en tu mente, ¿si?: sé que has tenido contratiempos últimamente pero estás aquí para hacer música y si no te agrada la idea de dedicarle un poco de tu tiempo a esto, pues las puertas de la banda están abiertas para que te vayas y busques "nuevos horizontes" —hizo las comillas con sus dedos.
Roger lo miró casi diciendo «oh, no acabas de decir eso». Arrugó sus cejas y continuó el debate.
— ¿Te gustaría que lo hiciera, no es así? —parecía estarlo desafiando.
—A mi no me interesa, pero ten claro que no me sorprendería que lo hicieses —reveló.
Roger, ahora evitando la mirada del castaño, hizo a un lado a este último para luego entrar en la sala de grabación. Cerró la puerta y dirigiéndose hacia la batería, se sentó en el sillín del que disponía la misma, para empezar a improvisar un poco con la finalidad de calentar. Hace ya dos días no tomaba en serio lo de tocar batería.
Por otro lado, Brian se sentó en el gran sillón, tomando su guitarra y practicando el solo de la canción. Por el momento, le salía bien, aunque al trabarse en ciertas partes, se frustraba. Esto llamó la atención del rubio, quien lo miraba desde el otro extremo de la estancia. Se acercó a su micrófono y le habló.
—Al parecer no soy el único que tiene contratiempos —su voz resonó en la cabina de control.
Cuando hicieron contacto visual, Taylor sonrió victorioso, casi diciéndole con esta expresión a May que aceptara su derrota de una vez.
El afectado con la frase, sobando sus dedos, se levantó para ir al micrófono que permitía la comunicación, y respondió.
—Pues no —la forma en que lo observó cambió en un tris, haciendo sentir al rubio levemente atacado por esto mismo—, no lo eres.
Confesiones indirectas, algo propio que adquirió su amistad hace ya un par de años.
Brian, aún observándolo con esa forma tan suya, se alejó del comunicador para después mirar sus dedos: líneas de mediano grosor se veían marcadas en las yemas de los mismos, estaban rojos de tanta presión que había ejercido con ellos, pero May dejó de tomarle importancia y volvió a intentarlo, sin embargo, el dolor que sentía era mayor, impidiéndole continuar Dejando de una vez por todas la guitarra, se resignó a esperar unos minutos para después seguir ensayando.
La voz del ojiazul volvió a pronunciarse.
—Has trabajado mucho y se nota que estás estresado... deberías distraerte.
—¿Distraerme? —Roger no le escuchó. El guitarrista se acercó al micrófono y habló otra vez— No creas que no me tomo ratos libres, es solo que no lo hago mientras trabajo. Cuanto más haga aquí en el estudio menos tendré que hacer en casa, así funcionan las cosas. Deberías seguir mi ejemplo, no te vendría para nada mal.
—Mhm —jugó con sus baquetas, dándolas vueltas y vueltas en sus manos—, quizás.
—Al parecer la actividad fuera del estudio ha estado agitada... —notó que tocó un eslabón débil en su amigo al ver que este mismo lo observó de repente— ¿no? —sonrió misterioso, mostrando sus dientes. Dejando de presionar el botón del micrófono, se dio la vuelta y caminó hacia el sillón.
Taylor se levantó de su lugar y fue hacia el de ojos avellana. Debían hablar seriamente. Una vez frente a frente, el ojiazul le rebatió.
— ¿Qué mierda sabes, Brian?
—Astrofísica, matemáticas, teoría musical, geometría... ¿quieres que continúe?
Roger chasqueó su lengua.
—Del tema.
—Tengo mis teorías, es todo. ¿Deseas escucharlas?
—No, gracias —le dedicó un típico alce de ceja, cambiando de tema después de aquello—. Ya que no harás nada más que tomar el papel de charlatán, ¿por qué no mejor desapareces un rato y vas por algo para comer? Quizás el aire nocturno te renueve las ansias de ser más modesto. Además, tengo hambre y no planeo tocar con el estómago vacío. Ve por unas donas.
—Tsk, ¿soy tu sirviente acaso?
—No me molestaría.
May rodó sus ojos y después continuó hablando a pesar de la ligera molestia que la respuesta del menor le había causado.
—¿La palabra mágica?
—Yo pago, no te preocupes—hizo que su compañero extendiera su mano. Le pasó los billetes y en la acción, rozaron manos, cruzando por ello sus miradas—. Oh, ¿esa no era?
—Hubiera preferido un «por favor» pero esto está bien... Quédate aquí y sigue calentando. Espero no demorar —Brian, cortando el contacto visual, se dio la vuelta, yendo hacia la puerta.
Sin embargo, antes de terminar el movimiento, sintió algo impedir el movimiento de uno de sus brazos, provocando que se volteara.
—Bri, antes de que te vayas, debo hacerte un encargo especial.
Unieron sus miradas de nuevo.
— ¿Si? —miró su manga, la cual estaba siendo tirada débilmente por los dedos del ojiazul. Se soltó suavemente de su agarre.
—Pídeme una... —comenzó a decir. Escuchó como su amigo se reía mientras se disponía a llegar a la salida de la habitación. Quiso continuar hablando, pero no lo logró.
El otro ocupante de la estancia lo interrumpió a la vez que se detuvo.
—Dona con cubierta de fresa, rellena con chocolate y espolvoreada con chispas de colores, junto a un «a mí me gusta el latte vainilla, con tres sobres de azúcar» —Roger sonrió de lado al escuchar aquella frase. Golpeteó sus dedos en el marco de la puerta—. Digamos que de los "encargos especiales" no me olvido fácilmente.
La sonrisa de Taylor demostró que el mismo estaba recobrando la tranquilidad y el buen humor de poco a poco mientras se daba la vuelta para volver al salón de grabación.
Al notar que el mayor se giró para mirarle, experimentó cierto sentimiento de victoria al sentir la mirada de Brian sobre él.
El último nombrado se quedó observando atento los movimientos del más bajo y cuando finalmente terminó su pequeño transe, salió de la cabina y por último del gran edificio.
Entró en su auto y se dirigió al lugar predilecto de sus amigos y él, Coffee Time. La cafetería veinticuatro horas que usualmente concurría con Roger, Freddie y John y en otros tiempos, con el antiguo bajista del que disponían, Tim.
Al entrar, verificó que del lugar, no había cambiado nada en todo ese tiempo, y le agradaba que siguiera así, como en «los viejos tiempos»; buenas canciones habían para seleccionar en la rocola, las plantas que custodiaban la entrada seguían igual de verdes y frescas que siempre, el perro que tiernamente John nombró Mr. Nonnie Eyes dormía plácidamente junto a la pared de vidrio reforzado, donde dentro, se mantenía una gran pecera llena de peces que también, Deacon se encargó de bautizar.
El joven realizó su pedido, obteniendo todo fresco y caliente: donas recién horneadas y café de calidad. Con su compra ya en manos, salió del local, despidiéndose amablemente del chico que lo atendió.
Entró a su auto y cerró sus ojos un momento, sabiendo que probablemente al regresar, le esperaría otra disputa con el baterista.
"Este no era el plan" pensó Brian mientras miraba sus cansados ojos en el espejo retrovisor interior. Inhaló calmado, reflexionando a la vez sobre que su amigo tenía razón: salir y respirar aire fresco le ayudaría a relajarse. Ahora mismo se sentía aliviado.
Encendió el automóvil, y condujo tranquilo hacia su destino, esas calles tan pobladas en las tardes estaban completamente vacías a esas alturas de la noche, cosa que le traía tranquilidad.
Cuando llegó a los estacionamientos del lugar, se dio cuenta que el auto de Roger no se encontraba en donde anteriormente estaba, por ello, salió corriendo de su coche dejando la comida dentro de este y cerrando la puerta. "Mierda, se fue mientras no estaba" no descartó la idea que su conciencia le había dado.
Entró a pasos rápidos al establecimiento y entrando en la cabina, no encontró a nadie. Aunque sabía que esto iba a pasar, se lamentó por haber dejado a Roger ir, dándose cuenta de que no debió confiar en él. Ahora iba a ser culpa compartida si la canción no se terminaba ese día.
— ¡Llegaste! Qué bien, ya me moría de hambre.
Brian sintió una voz detrás de él, causando que volteara bruscamente. Vio a Roger sacudiendo sus manos mojadas, al parecer, venía saliendo del baño. Suspiró aliviado.
—Ah, estás aquí.
—Pensé en irme, pero después vi que dejaste la guitarra aquí entonces... tenía que cuidar a tu hija.
—Gracias.
—¿Por qué creíste que me fui?
—No vi tu auto afuera. Entonces vine a buscarte y resultó que aún estabas aquí, eso es bueno.
— ¿Que mi auto qué? —Roger salió corriendo con dirección al vestíbulo. Al llegar, se dio cuenta de que no había ningún otro auto si no más que el de su acompañante— No puede ser....
El afectado, corriendo, se dispuso a buscar su transporte por todas partes. Salió al estacionamiento pero no encontró nada.
— ¿Qué pasa? —Brian salió a reunirse con él, y apenas vio a su amigo, este se desvaneció en sus brazos— ¡Dios, Rog!, ¿te sientes bien?
—Se ha ido. ¡Mi querida se ha ido con otro hombre! —el ojiazul a punto de llorar se envolvió en los brazos de Brian, quien confundido, abrazó al contrario, intentando comprender la situación.
—No entiendo. ¿Estás viendo a una chica? ¿Quién se fue exactamente?
— ¿Q-Qué?, ¡no! —Se exaltó debido a la primera pregunta— ¿Además, cómo que quién se fue?, ¡Marilyn! Se fue con otro, ¡ya no me necesitaba! —Roger volvió a refugiarse en Brian, quien ya estaba incómodo por toda la escena que el menor había formado— Yo sabía que no era suficiente para ella. Ahora andará por las calles con sus hermosos parabrisas limpiados por otro... —habló afligido.
—Ok, pero... ¿quién es Marilyn?
El contrario dejó de abrazarlo para mirarlo directamente a los ojos. Se encontraba enojado por la pregunta que el ruloso acababa de hacerle.¡Amig@s! Feliz día de san Valentín. Espero que lo pasen genial con sus amigos, familia y/o pareja. Para conmemorar este día les habilitamos dos capítulos en donde hay puntos especiales en la trama del fic ❤️. También estamos muy agradecidas por lo rápido que han subido las leídas en la historia, tanto que estamos pensando en subir algunas otras novelas de autoría individual, pero por ahora, solo nos concentraremos en terminar Cigarettes antes de que las épocas pesadas en la escuela comiencen:(, de hecho, nuestras vacaciones están llegando a su fin y estamos haciendo tantos capítulos como podemos para publicar cuando no se pueda escribir. Y eso mis amores, espero disfruten el especial de dos caps 💕.
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Cigarettes
FanfictionSiendo casi ya la mitad de la década de los setenta, la banda en auge de fama, Queen, empieza su dominio sobre el rock y otros géneros musicales, comenzando a ser gracias a esto los integrantes de ésta, conocidos artistas en la industria musical. A...