[Océano atlántico norte – seis y media de la mañana.]
Con tres horas de vuelo ya completadas y seis por delante, la débil luz del alba que se filtraba por la ventana despertó al ocupante del asiento izquierdo de segunda fila que daba a la ventanilla que se había olvidado de cerrar.
Aún un tanto adormilado, dirigió su mirada hacia su lado derecho, viendo cómo Roger dormía tranquilo, tanto que hasta llegaba a roncar. Se estiró y luego de hacerlo, bostezó sin hacer ruido, para al final desabrochar su cinturón de seguridad, el cual se había puesto por las prominentes turbulencias que hubieron en las horas anteriores del viaje.
Se levantó de su asiento, después caminó en dirección al lugar vacío que tenía a su lado el baterista y quitando el ligero equipaje que había ahí, se sentó junto a él. Se sonrió a sí mismo al ver como el rubio hacía caras serias de vez en cuando, se notaba que estaba soñando algo, pero la incógnita aparecía al intentar adivinar qué era.
El menor dejó de roncar y abriendo levemente sus labios, permitió escapar aire por allí. El castaño observó los finos labios del chico dormido.
¿Qué buscaba al mirarlos? ¿Que quería hacer con ellos? Muchas cosas... un sinfín de acciones. Besarlos, acariciarlos... que fueran solo de él y para él. Se acercó a estos y los besó dulcemente sin parar. Acariciaba los labios del rubio con los suyos, le encantaba hacerlo, podría pasar años haciéndolo y aún así no se aburriría de cometer acciones de aquel índole.
Continuó haciéndolo, con la promesa de que se separaría pronto.
Quien descansaba, abrió lentamente sus ojos al sentir que se le acababa el aire; frunció el ceño y cuando se dio cuenta de la situación, sorprendido se quedó observando los suaves movimientos del guitarrista.
Quiso continuar, pero recordó los problemas que tenía con su compañero, por lo que puso su mano en el hombro de este, haciéndolo sobresaltar e interrumpiendo sus acciones.
Brian cortó el beso lo más rápido que pudo y se separó totalmente de Roger.
—¿Así que besándome mientras duermo, eh? —notó el sonrojo en el rostro de su amigo.— Me pregunto cuantas veces lo has hecho.
—S-Solo esta vez...
—Hmm... bien. Ahora que estás satisfecho con todo esto, ya puedes irte.
—Sabes... que no lo haré hasta que hablemos. No hagas esto más difícil de lo que es ¿quieres? —continuaba avergonzado por el hecho de que lo había descubierto, pero agradeció el hecho de que Roger se había dado vuelta para no dirigirle la mirada.
El baterista no dijo nada.
— ¿Desde cuándo?
— ¿Cuando qué?
— ¿Desde cuándo te gusto, Roger?
El último nombrado se dio la vuelta, quedando cara a cara con su acompañante. Se quitó su cinturón de seguridad y después, subió sus piernas al asiento, abrazándolas. Suspiró, y hundiendo su rostro en sus rodillas, lo sacó para responder.
—Smile.
—Eso... es hace un largo tiempo. —rió por lo bajo. Sus sentimientos también habían florecido por aquellas épocas.— ¿Principio o final?
—Hmpf, no responderé eso.
—Roger...
—Que no.
—Roger.
—Por la mierda, bien, está bien... —balbuceó lo siguiente evitando la mirada del ruloso— Final.
—¿Qué dijiste?
—¡Final! Sordo. —habló un tanto más fuerte, sintiendo sus mejillas calientes, sabía que estaba sonrojado. Ese hombre lo ponía mal, y Brian sabiendo eso, lo utilizaba a su favor— ¿Algo más que quieras saber? —continuó enfadado.
—¿Por qué crees que he estado jugando contigo?
El contrario chasqueó su lengua, y alzó sus cejas demostrando lo aburrido que estaba de la situación.
—Me besas y luego me dices que no te gusto. Me dices que tenemos que disimular, pero luego vas y me besas en público así de la nada... Después, te cuento lo confundido que estoy y me terminas diciendo que si no quiero estar confundido mejor haga como que si nada nunca pasó y... Y... ¡eso me confunde más aún, Brian! —Continuaba susurrando, pero eso ya era lo suficientemente alto como para sentir que estaba gritando—. Esa vez que nos besamos en el estudio pensé que no querías nada conmigo, pero cuando salí a fumar al patio de la cafetería y me acompañaste, ¡pum!, otro beso, y permitite que te lo diera, pero... Dios mío, Brian. Sí que sabes como confundirme... —Se quejó— ¡Además!, antes de viajar me dijiste que una de tus reglas era no besos y acabas de besarme. Otra cosa, estabas conversando con Julie y ella simplemente se acercó a ti de la nada muy coqueta y todo, y tú te dejaste y ya no entiendo qué eres Brian, ¿hétero, gay, una mezcla rara de los dos? ¡Decídete, me dejas mal! —su amigo lo miraba confundido, el rubio le devolvió la mirada y suspiró, calmándose por fin— Mira, sé que necesitas tiempo para esto... y que es difícil, lo digo por experiencia, pero por eso te digo, Brian, no vengas hacia a mi y no me beses mientras estoy dormido si al final me dirás que lo ignore, o que simplemente...
—Aunque no lo creas, en algún minuto estuve igual de confundido que tú y aquello aumentaba cuando hablabas sobre tus amantes de una noche. ¿Sabes por qué te decía que ignoraras los besos?, porque no quería interrumpir en tu vida amorosa pero luego de hablar con Jul, ya todo se vio claro y a pesar de lo que creas tú, yo ya no necesito más tiempo para pensarlo, Roger —apartó un mechón de cabello del menor de su rostro, y lo acomodó tras su oreja—. Ya no.
— ¿Desde cuándo sabes que todo lo que sientes es definitivo, Brian? Hace unas pocas horas dijiste que yo no te gustaba. ¿Qué mierda con tu bipolaridad?
Brian suspiró.
—Roger, desde que Tim se fue, reflexioné sobre ello. Creí que podría hacer algún avance contigo. Pero te miré, ¿y tú? Dios... —Se apoyó rendido en el respaldo del asiento—. Cambiaste tanto. No te conocía. Así que dejé de lado mis decisiones y opté por enterrarlas. ¿Qué querías que hiciera? ¿Cómo querías que me acercara si no podía comprender cómo hacerlo? Ya eras otro —hizo una pausa, cerrando sus ojos en ella—, éramos otros.
Se oyó un leve ruido de movimiento. Taylor cambió de posición. Brian abrió sus ojos, para después hablar otra vez.
—Y aquí estamos ahora, confundidos, enojados... Míranos, tengo veintisiete y tú veinticinco y estamos como un par de adolescentes de quince hablando sobre problemas amorosos... —Rió agotado—. Qué loco, ¿no lo crees?
Se quedaron en silencio pero a veces, se miraban para luego regresar hacia otras cosas.
El más bajo subió la cortina de la ventanilla y mirando el mar, continuó hablando.
—¿Ahora qué?
—Me causa gracia que me preguntes.
—Creí que sabías qué hacer... —dirigió sus ojos hacia a él—. Siempre sabes qué hacer.
—Pues podríamos intentarlo. Empezando de apoco, después tomando el ritmo y al final, si te agrada todo esto... podríamos decidir si seguir.
—Preferiría algo... que nazca —bajó sus ojos hacia el pecho de Brian y tocó el lado donde supuestamente el otro tenía su corazón— de acá.
—Al menos tienes una idea propia del amor.
— ¡Claro que sí! —Levantó un poco el volumen de su voz—. Sí me he enamorado, ¿está bien? No solo busco sexo.
—Pues eso parece ser.
Roger lo miró con el ceño fruncido
— ¿Qué? Solo digo la verdad. Si quieres que la gente crea tu versión, entonces empieza a actuar como el chico que quieres proyectar que eres.
— ¿Me estás diciendo que luzco como un tipo que nunca ha vivido el amor?
—Sí —lo observó—. Ahora que lo seas es otra cosa.
—Eso es lo que la gente dice. Pero ¿qué crees tú, Brian? —Pronunció el nombre en otro tono completamente distinto.
—Lo mismo.... Pero no quiero comportarme igual que las otras veces. No quiero hacerle caso a mis prejuicios.
— ¿Qué intentas decir?
—Que quiero descifrarte, Roger. Necesito hacerlo. Eres un misterio del que ya no estoy exento de querer aclarar.
—Eso tendrías que haberlo hecho antes de empezar con todo esto. ¿Cómo puedes decir que quieres intentarlo si no sabes cómo reaccionaré con todo esto? Esta no es la manera correcta...
—No hay una manera correcta de vivir las experiencias, esas son solo invenciones de la gente.
—Y de repente eres así... ¿Qué te pasa?
—Pasaste tú.
Ambos permanecieron en silencio.
— ¿Crees en el destino?
—Depende.
— ¿Y aquí? ¿Qué piensas de ahora?
—No lo sé. Es desesperante porque no lo sé.
—Te has puesto a pensar que si... Todo esto es destino, entonces no importe lo que pase, siempre vamos a terminar juntos. Siempre de alguna u otra forma terminamos juntos y solos, ¿no te has dado cuenta?
Los ojos del rubio se iluminaron al darse cuenta de la verdad expuesta ante él.
Se miraron frente a frente ahora, hasta que en un momento unieron sus frentes y continuaron observándose directamente a los ojos. Roger susurró al hablar.
— ¿Todo está pasando por algo?
—Sé que sientes que no es como tal.
—Tan solo digo que hay cosas que pueden cambiar en el trayecto y eso me da inseguridad. Siento que todo esto será distinto para mí, para ti... No somos una pareja perfecta.
—Esto no será distinto a las otras relaciones que has tenido o tendrás.
—Dios, ¡claro que sí! Suena malditamente repetitivo y es por eso que no caes en cuenta de la verdad. Esto es demasiado complicado. Sería mejor dejarlo así como está.
— ¿Así como está? Claro que no, Rog... —Vio como el contrario se removía, y lo detuvo—. Ya no quiero que se quede así cómo está. No quiero ver cómo te apartan de mí otra vez. Lo único que quiero es sentirte. Y no de la forma en que todos lo han hecho.
— ¿Entonces?
—Quiero tu amor, Roger —lo miró afligido, preocupado por la respuesta —. ¿Es mucho pedir aquello?
Taylor sintió a los pocos segundos sus mejillas calientes, estaba sonrojado. Acababa de ser víctima de la hábil elocuencia del mayor. Desconcentrado, casi hipnotizado, sintió los dedos del mayor acariciando su mejilla y, abriendo sus labios un poco, dejó escapar aire a través de la pequeña cavidad que creó gracias a esto.
Lo último que percibió fueron los labios del castaño presionarse contra los suyos. Se estremeció al darse cuenta de la embriagante sensación que besar al contrario le causaba. Terminó posicionado encima del regazo de May, culminando aquí el beso.
Se miraron.
Sonriente, Brian acomodó el mechón que anteriormente había posicionado detrás de la oreja de Roger y al finalizar la acción comenzó una nueva: acarició la mejilla de Taylor, este, cedió al cariño que le proveyó.
Besó los labios de su acompañante con máxima suavidad.
—Tenía miedo, lo sigo teniendo. Pero contigo puedo ser todo lo que no puedo ser solo. Si me pides que sea fuerte lo seré, sí me pides que esté feliz lo estaré. Puedo entregarme a ti tanto como quieras, Roger. Tienes que permitírmelo.
Ambos acababan de entrar en un juego, en un peligroso juego. Los dos perderían algo, lo tenían claro pero les aterraba averiguar qué sería. Sin embargo, lo que ganarían en él los impulsaba a seguir.
La dupla se quedó mirando el pedazo de océano que se podía apreciar por la ventana.
El ambiente era relajante, lo que orilló al baterista a dejar descansar su cabeza en el pecho del guitarrista haciendo que lo único que Roger escuchara fueran los latidos de su futura pareja.
Cerró sus ojos poniendo sus manos por detrás de la espalda de Brian, abrazándolo. Sintió como las manos del mayor acariciaban su cabello.
En silencio, sin decírselo al otro, lo decidieron por fin; así era como querían estar. Juntos y con nadie más.[...]
It's seven AM in Philadelphia, twelve noon in London, and around the world it's time for live aid!!!!!
CHIQUES, HOY HACE 34 AÑOS FUE EL LIVE AID!!!!!
Para celebrar esto les traemos el capítulo 34
Si, demasiado oportuno; hace 34 años fue y tocaba publicar el cap 34. Demasiado Justo no creen?
Como advertencia, les diremos que el Live Aid será un punto muy importante en el fic y por lo tanto será descrito eJEJJEJEJEJ
La opening scene de BohRhap es mi favorita, como que resume tanto en solo 2:00 mins.!!!!
Amo, amo mucho esa escena
Also salen Brian y Roger ahí y me da algo :"""(
Como seaUn ticket gratis para que todes viajemos en el tiempo y vayamos a ver a dAVID BOWIE POR LA CHCUHA T ELTON JOHN ah y a Queen obvio:(
Como sea1!1!!1 pasen su día bien bien y vean el live aid!
Chaitoooo
-Ella
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Cigarettes
FanfictionSiendo casi ya la mitad de la década de los setenta, la banda en auge de fama, Queen, empieza su dominio sobre el rock y otros géneros musicales, comenzando a ser gracias a esto los integrantes de ésta, conocidos artistas en la industria musical. A...