Cigarettes

[026]

Habían pasado ya dos semanas desde la próximamente icónica presentación de Queen en televisión nacional.
Los diarios, las revistas, los programas y los noticiarios en su apartado de «noticias del momento», estaban ahogándose en la nueva fiebre que próximamente llegaría a expandirse por todo Reino Unido.
Mil novecientos setenta y cuatro ya estaba acabando y, con ello, el nuevo año se esperaba con emoción, claramente abierto a nuevas modas, pensamientos y por supuesto tendencias.
Sin embargo, para acabar el año faltaban sólo dos festividades, y el ambiente de la más cercana de ellas, se percibía a flor de piel.
En los cruces peatonales, había un cúmulo de gente más alto que el normal, la cual, se encontraba realizando sus compras navideñas o regresando apresuradas de su hora de su receso, mientras venían ocupadas mirando la hora en sus relojes de mano. En aquél grupo, se encontraba John Reid, quien no era la excepción a aquella descripción.
Mientras el personaje esperaba en uno de esos cruces a que le dieran la pasada, se dio el tiempo de mirar a su alrededor; la noche anterior había nevado un poco, por lo que las calles de Londres trabajaban agitadas mientras un delgado manto de nieve fresca las cubría delicadamente.
Dirigió su mirada al frente, los característicos abrigos de piel de la época, hacían de la espera en el semáforo un popurrí de texturas y colores.
Todo aquello fue lo que notó el manager en su corta espera, la cual hizo mientras venía de vuelta hacia su oficina a causa de haber terminado ya su hora de receso.
Al llegar a su lugar de empleo, abrió la puerta y entró, dejando su alpargata colgada en el pechero que tenía junto a la entrada.
Se quitó también su gorro y en medio de esta acción, el teléfono que tenía sobre su escritorio sonó.
  —¿Si? —hizo una pausa, escuchando atentamente lo que decía la secretaria del edificio en el que su oficina se encontraba.— Déjalo pasar. —colgó.
Se sentó en la silla de la cual disponía su escritorio y abriendo un cajón del mismo, sacó su agenda.
Hendió la misma en una hoja en específico, esta tenía un post-it indicando donde se encontraba y lo importante que está era.
Escuchó la puerta de la habitación abrirse y elevando la mirada, observó al joven que con confianza entraba en la estancia.
  —¿Hay noticias sobre lo de los ratings? —dijo Paul mientras se quitaba su bufanda y la dejaba sobre uno de los sillones, el más grande.
  —Llamaron hace un par de horas. —le aclaró a la vez que veía como Prenter se sentaba en una de las sillas que estaban frente a su escritorio.
  —¿Y, qué fue lo que te dijeron?

[Residencia May. Inglaterra, Londres.]

La puerta se abrió, dejando ver a Taylor tras de esta, quien recargado en la pequeña verja que la entrada a la casa de su amigo tenía, se había dignado a aparecer después de tres días sin dar señales de vida.
En sus manos, tenía una revista, la cual, lo tenía a él y a la hermana de uno de sus amigos de portada. El ruloso, aún somnoliento, lo miraba con sus ojos entrecerrados, intentando ver claramente la pose de victoria en la que estaba su amigo.
El rubio sonrió satisfecho con sus actos, aclarando aquello con la acción de estampar sorpresivamente la revista contra el pecho del guitarrista, a la vez que lo apartó suavemente de su camino para entrar en su hogar.
Brian agarró la revista que sostuvo Roger anteriormente en sus manos y leyendo detenidamente la portada, cerró la puerta una vez que el último nombrado entró en la edificación. Buscó la pagina en la que el chisme recientemente esparcido estaba explícito y cuando la encontró, leyó que en ella, citaba lo siguiente;

«"El aparente baterista de la banda presentada en Top Of The Pops el día lunes, fue visto saliendo con una chica del estudio de BBC, al parecer aquél, mismo día.
Con esto tan solo nos confirma que de verdad es el sexo en piernas, como pocos –aunque los suficientes– dicen."
-Ursula Kensington, periodista de At Time.»

«"¿Acaso esta no es la séptima chica con la que lo vemos? Bueno, ¡eso sin contar las que nos ha escondido!"
-Robert Dawn. Comentarista.»