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El desayuno había sido del agrado de Roger, quien después de lo que había pasado en la habitación del dueño de casa, se había dirigido a regañadientes al baño para acabar por su cuenta en la ducha con lo que Brian había dejado a medio camino.
El rubio, enojado por el hecho de que una vez más cayó en el juego del mayor, cortó el agua brúscamente para finalmente salir de la regadera, secarse y arreglarse.
Se miró al espejo y salió del baño ya cambiado, dirigiéndose al garage. Cuando llegó a este, se encontró con sus amigos, quienes lo estaban esperando.
Sintió que la mirada del guitarrista reposaba sobre él, y al darse cuenta de esto, le devolvió el gesto para segundos después desviar sus ojos hacia su batería, actuando distante hacia Brian, quien sonrió al notar las intenciones del —al parecer ahora— relajado rubio.
Roger tenía claro que después de la situación vivida con él, se le haría difícil tener que hacer cualquier tipo de contacto con May, sin embargo, decretó que si se daba la oportunidad de continuar con la sintonía que había en aquel tipo de momento, no se dejaría caer por los encantos que el otro tenía.
  —Vaya, sí que te demoraste. —acotó Freddie.— ¿Hubo algún problema o algo por el estilo?
  —No se quería levantar, es todo. —dijo Brian.
  —Bien, entonces podemos comenzar, ¿no?
Taylor dio una respuesta positiva, por lo que la banda, una vez su baterista estaba en posición para tocar, se puso de acuerdo para comenzar a tocar la canción.
Todo iba en orden hasta que Freddie hizo una dramática pausa.
—¡Detengan todo!
Los instrumentos se detuvieron segundos después de que alzara su mano en un movimiento el cual era digno de director de orquesta.
Era el de guardar silencio.
  —No podemos continuar...
—¿Ahora qué? —Roger dejó sus baquetas sobre la caja de su batería, irritándose un poco por la acción de Freddie ya que todo iba bien hasta que el vocalista decidió que debían parar.
—¿No se dan cuenta que nos falta lo más escencial en la canción? —miró a sus amigos. Ellos lo miraban confundidos.— La cereza del pastel, el toque mágico, el efecto especial... no sé, como quieran llamarle. Lo que le da el factor «eso»
—¿A qué te refieres exactamente? —Brian apagó el amplificador para detener el sonido de la interferencia que se causó en él debido a que no estaba tocando.
—¿Cómo no se dan cuenta? —Freddie sacó lentamente algo de su bolso, todos lo miraban curiosos de saber qué era la razón por la cual estaba haciendo tanto escándalo.— Chicos, nos faltaba el triángulo.
Al anunciar esto, mostró el pequeño instrumento como si fuera la reliquia más cara del mundo.
En John se despertó una chispa que hizo que de estar completamente tranquilo, le diera un subidón de energía. Por otro lado, Roger rió al ver las verdaderas intenciones del vocalista.
—¿En serio detuviste todo... solo para eso? —rió, aunque después hizo una mueca de desagrado.
Todo esto era una cosa muy tonta a la que Mercury le tomó demasiada importancia.
—¡Yo, yo, yo! ¡Yo puedo hacerlo! Déjame a mí, ¡lo haré bien! —John daba pequeños saltitos mientras alzaba la mano.— No me costará nada, ¡lo juro!
—Debes hacer un intercambio entre el bajo y el triángulo, ¿estás seguro de que puedes hacerlo? —el vocalista caminó lentamente hacia Deacy, por consecuencia acercando el instrumento a él.
En seguida, John se lo arrebató de las manos.
—¡Por supuesto que sí, Fred! No me subestimes. —John dejó el instrumento a un lado, volviendo a su posición con el bajo.
—Está bien. Desde arriba. Roger, ¿podrías marcar el tiempo?
A quien le habían pedido el favor asintió y chocó sus baquetas entre sí, haciendo un trabajo de «marca tiempo» al simular los chasquidos iniciales de la canción.
El vocalista, empezó a cantar la misma, y al llegar al punto estrella de la canción, John se apresuró en hacer sonar el triangulo, haciendo que su bajo hiciera un horrible sonido por un pequeño descuido.
Mercury detuvo todo.
—Debería hacerlo Roger. —habló Brian.
Sabía que Taylor odiaba tocar ese instrumento, lo encontraba básico y sin gracia alguna.
—Vete al carajo. —le dijo mientras le mostró su dedo de enmedio, sacándole risitas a quien estaba insultando.
  —En realidad... —Freddie se rascó la nuca, intentando no mirar a Deacon.— sería una buena idea, tesoro.
—¡No! Lo haré bien la próxima, lo prometo.
  —¿Seguro?
  —Sí, Fred, ¡es solo que ahora no estaba preparado!
Brian dio unas palmadas en el hombro del bajista quien luego de hablar, volvio a su trabajo.
—Está bien. Una vez más, sino, tendremos que ver a alguien más, querido. —Freddie aplaudió dos veces seguidas, dando a entender que ya debían prepararse.

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