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A pesar de la ligera incógnita que tenía en mente, la ignoró, no dándole más importancia y cerrando el libro, ahora más interesado en la explicación que le daría el baterista sobre por qué tenía un texto que no era de su pertenencia y, por sobre todo, que era de Brian. Pero la voz del bajista diciéndole que dejara de entrometerse resonó en su mente y le hizo comprender que estaba siendo un metiche de primera. "Yo, Frederick Mercury, ¡no soy un metiche!" se dijo en su mente, decidiéndose en no preguntar sobre el raro trueque entre May y Taylor, dejándolo de esta forma como un tema olvidado y poco importante que ahora solo se había quedado en su memoria.
Mientras, la interacción de los demás entre sí continuaba.
  —Rog, ¿estás bien? ¿Dónde te golpeaste? —consultó Deacon viendo desde su lugar lo que en su momento fue una divertida escena.
  —La rodilla —observó con enojo que Brian se reía ahora abiertamente. Esta vez con cuidado suspiró y volvió a su lugar, sobando el sector en donde supuestamente se había golpeado—. Ugh, este bus es una mierda. ¿No podíamos irnos en avión? —preguntó aún adolorido.
  —Pues no, el dinero, escasea —reveló el representante sin preámbulos—. Si nos íbamos en avión todos nuestros ahorros de emergencia podrían haber estado en peligro.
  —Oh...
—Así que La Ruina En Roma, ¿eh? —leyó el título de la obra Frederick, sonriendo por recordar que la conocía—. ¿Qué sigue: Orgullo Y Prejuicio?
—Hay mucho más que Orgullo Y Prejuicio, para tu información —increpó—. Además, ese libro ya lo leí y no fue la gran cosa, también, es el típico texto que todos leen para decir que han pasado por las líneas de literatura clásica.
—Vaya uso de vocabulario —dijo Deacon un tanto asombrado por el habla del rubio.
—Silver Stein ha hecho efecto en mí —sonrió levemente—. Y otra cosa, Fred... ¿Quién carajo te dio permiso para tocar mis cosas? —le quitó el texto bruscamente de las manos, haciendo sobresaltar al vocalista.
"¿Tus cosas?" Pensó el persa en responder, pero se retuvo al darse cuenta de que si lo decía Roger se daría cuenta de que hizo una rápida revisión de las hojas del libro. Soltó una risita nerviosa y le replicó.
—S-Solo lo recogí: se había caído y estaba abajo de tu asiento.
  —Gracias —le dijo desinteresado—, aún así no tomes más mis cosas.
  —Como si ese libro fuera tuyo... —se murmuró, cruzándose de brazos y liberando la frase lejos del oído del otro.
  — ¿Ah?
  —Nada —volteó rápidamente, mirándolo fijamente con una sonrisa fingida—. Bueno, no te lo había dicho ¡pero adoro que te estés poniendo en el ambiente ahora que vamos para allá! —cambió de tema—. Te envidio de alguna manera: se sentirá mucho más genuino leer La Ruina En Roma mientras estamos en Roma a que a leerlo en Inglaterra encerrado en tu cuarto... Agh, ¿me lo podrías prestar cuando acabes?
  —Claro que no —rió como diciendo «ya quisieras». Abrió el libro en donde se encontraba puesto el marca páginas y volvió a su lectura.
  — ¿Y por qué no?
  —Porque es mío y tú ya lo leíste —argumentó débilmente sin despegar su vista de las hojas amarillentas con textura levemente rugosa.
  —Porque es mío y tú ya lo leíste —lo imitó en voz chillona.
  —Vamos, ¿cuál es la gracia de leer un libro por segunda vez? Ya te sabes el final y no te causará sorpresa alguna.
  —El final no es lo que importa, Roggie —Freddie negó sonriente, dispuesto a darle una lección de vida, casi como que la situación era una fábula y lo que le iba a decir la moraleja de esta—: lo que importa es lo que entiendes. Mientras más relees un libro, más interpretaciones hay ¡tal como El Principito! Cuando acabas de leerlo crees haberle hallado un sentido, pero si lo vuelves a leer ¡pam! No es lo mismo. Es como si las líneas hubieran sido re-escritas o algo por el estilo.... parece magia.
  —Vaya consejo de vida —seguía leyendo, desinteresado en lo que Mercury decía pero aun así procesando lo mismo. Continuó hablando cuando se sintió capaz de responderle—, lo tomaré en cuenta.
  —Ah y hablando de El Principito... Si te pusieras una chaqueta azul rey, unas botas y te cortases esa mata de cabello que tienes, te parecerías bastante a él.
  Roger dejó de lado lo que hacía y unió su mirada con la de Frederick, arqueando una ceja y comenzando a reírse, extrañado de lo que su compañero acababa de decir.
  — ¿Qué mierda contigo? —golpeó el brazo del vocalista, riendo junto con él.
  — ¡Las semejanzas son muchas más de las que piensas, cariño!
  Siguieron riéndose por unos minutos, aunque al acabar estos cada uno volvió a lo suyo, hablándose de vez en cuando y estableciendo conversaciones con los demás pasajeros del autobús, en ello se consumieron los segundos y minutos hasta que llegaron a conformar dos horas, quedando así doce de viaje.
  Freddie dormía cómodamente descansando su cabeza en el hombro del baterista, quien en esas dos horas que sucedieron no había dejado de lado su lectura, llegando sin darse cuenta hasta la página ciento cincuenta del texto, sorprendiéndose de lo rápido que había llegado a esta misma.
Sin embargo, no solo leyó en ese trecho de dos horas: de vez en cuando despegaba la mirada del texto, dirigiendo la misma hacia la ventana, pudiendo apreciar de esta forma la rústica carretera por la que iban viajando. Pareció ser hechizado por la imagen borrosa de los pinos, también la de los peladeros repletos de algún tipo de fruta que sería cosechada en la próxima temporada y de igual forma por el bello escenario que tenía de protagonista al cielo matutino sobre ellos.
Continuó leyendo, fijándose en el diálogo remarcado con una línea de lápiz color negro al inferior de la frase; «Y al verla de nuevo fue como si el cosmos explotara o como si el universo hiciera suceder un segundo Big Bang». El lector mordió su labio inferior, evitando soltar una risita al pensar lo exagerada que era la comparación, pero, ¿de verdad lo era?, debía comprobarlo, mas sus pensamientos se vieron interrumpidos por un ligero dolor en lo que mordía por lo que tocándolo con suavidad notó que no tenía nada notable excepto un pequeño tajo vertical, sabía cómo lo había conseguido y por esto apretó sus labios, sonrojándose. Resopló, esbozando una sonrisa y continuando con su lectura.
  Pasaba página tras página como si solamente viera de reojo el contenido de estas. Y de pronto, página ciento noventa contando una hora menos de viaje.
Con su mano libre sobó sus ojos y tapó su boca al bostezar, intentando meter el mínimo ruido. Miró la carretera y se fijó en que habían llegado a una zona pavimentada, con signos claves de ser una parada, esto se vio confirmado cuando el bus empezó a parar suavemente frente a una estación de servicio —se dio cuenta de esto al mirar por la ventana que estaba consiguiente a Paul—.
Suspiró y bajó su mirada, con la promesa de leer hasta terminar el párrafo en el que estaba, esto le causaba una leve sensación de satisfacción. Las líneas que marcaban el final del párrafo, se encontraban destacadas con un fuerte amarillo neón, lo que había hecho que la tinta de las letras bajo la influencia del estrambótico lápiz colorido se corriera un poco, la línea citaba «Silver —lo llamó—, ¿sabías que solo toma 8,2 segundos caer enamorado?».
El vehículo en el que viajaban se detuvo completamente. Todos los que lo abordaban comenzaron a pararse para salir del bus y bajar, ya fuera a estirar las piernas, hacer sus necesidades, comprar, tomar aire fresco o fumar. Excepto Roger y Freddie, quienes se habían enajenado un tanto de la situación.
— ¿No bajarás? —le preguntó Deacon a Brian.
—Te alcanzo al rato, no encuentro mi billetera... —le dijo mientras la buscaba por el suelo de donde se encontraba su asiento.
—Siempre te pasa eso —rió John, dirigiéndose ahora hacia la mitad restante de la banda—. ¿Y ustedes? —habló en tono bajo, aunque fue lo suficientemente alto como para sacar de su transe al único despierto de la dupla.
—Ah, sí —asintió, cerrando el libro. Acto seguido empezó a buscar sus lentes de sol—, en un momento. Despertaré a Fred y bajaremos en cuanto podamos.
El bajista asintió, yéndose del lugar en cuanto acabó de charlar con el rubio, el cual ahora estaba en la tarea de despertar a su compañero de asiento. Lo logró con éxito.
  — ¿Ya llegamos? —consultó claramente desorientado Mercury a la vez que se removía de la posición en la que estaba. Cuando lo hizo completamente hizo sonar su cuello y cada hueso posible para re-acomodarlo.
  —No —negó con su cabeza—, estamos en una parada.
  Con movimientos lentos el persa se levantó de su asiento y se estiró. Sacudió su cabeza, moviendo en consecuencia su cabello casi de forma majestuosa y tocó sus bolsillos, asegurándose de que en uno de ellos se encontraba su billetera. Cuando la encontró por fin continuó la conversación.
  — ¿Cuánto se supone que dormí?
  —Unas dos horas quizá... —se quitó el cinturón de seguridad y se levantó con delicadeza, poniéndose una vez parado sus lentes de sol. Desordenó un poco su cabello, dejándolo como prefería, viendo que ya iban quedando sólo él y Frederick en el bus.
  — ¿Dos? Oh, a veces me sorprendo a mi mismo —agarró su bolso y sacó de este sus lentes de sol, bostezando antes de seguir hablando—. Como sea, iré a tomar aire fresco ahora que me despertaste. ¡Ta-tá! —movió su mano en forma de despedida, a la vez que se dirigía a la salida del bus y desapareció finalmente.
  Se formó un silencio llano, escuchándose únicamente cómo Roger se arreglaba la chaqueta que acababa de colocarse y se dirigía también a la salida del vehículo, sonando sus pasos en la estancia, mas los suyos no fueron los únicos que se oyeron. Estaba por girarse cuando Brian tomó su mano, lo detuvo y lo volteó, apegándolo a él. Sobresaltándose un poco, observó las manos de May dirigirse a su rostro y despojarlo de sus gafas de sol para poder mirar detenidamente sus azules ojos, al final le sonrió.
  —Tiempo sin verlo, señor May —dijo utilizando innecesaria formalidad, riéndose en conjunto con el guitarrista al dejar de hablar y perdiéndose en el avellana de los ojos que éste poseía.
  —Acepto que tres horas se pueden sentir largas, pero aún así ¿usted cree que es una eternidad?
  —Cuando no lo tengo a la vista, un poco...
  — ¿Un poco? —tomó los brazos de Taylor e hizo que éstos rodearan su cuello, invitando al baterista a acercarse aún más a su persona, empezando ligeramente a encorvarse sonriente, con el objetivo de llegar a los labios de su novio quien entendiendo las señales elevaba su rostro cada vez más.
  —Un poquito... mucho, mucho —admitió con su sonrisa amplia, percibiendo los labios del mayor besar su mejilla derecha—. Bri, creo que aún está el conductor...
—No —negó, continuando con los besos—, lo vi salir antes.
—Entonces ¿nos quedamos solos?
—Sí —lo apegó aún más a él, con suavidad y lentitud—, y supongo que ya tienes claro lo que pasa cuando nos quedamos solos —Brian lo miró travieso, sabiendo que el menor captaría que el doble sentido de la réplica abarcaba lo que había sucedido anoche.
  Intercalando sus ojos entre la mirada y los labios del ruloso, se acercó lentamente al último lugar, deteniéndose en seco cuando estaba lo suficientemente cerca de ellos, provocando que una sonrisa pícara se le escapara a su pareja.
  —Pues, ahora estamos solos —susurraba—, entonces supongo que debe... pasar algo ¿cierto?
  —No juegues a hacerte el inocente —resopló entre suaves risitas.
  —Que no lo sea no significa que no pueda —se acercó lo suficiente como para por fin besarlo, haciendo chocar las puntas de sus narices levemente y bajando uno de sus brazos para unir su mano con la de Brian, encontrando esa coincidencia bastante tierna.
  Sonrieron mientras aún se besaban y al final se separaron, pero continuaron a corta distancia logrando escuchar sus corazones latir y mirar sus ojos mutuamente a la vez que las pupilas de éstos se dilataban, detalle del que no se percataron.
  Roger bajó su mirada, viendo vivamente la unión de los delgados dedos de su compañero con los suyos. May besó los dedos y la antemano de su pareja, logrando que el rostro de Taylor se sonrojara solo para él.
  —Me gusta cuando te sonrojas —murmuró Brian.
  El rubio se rió tímido, uniendo su mirada con la del castaño, ahí fue cuando sintió que éstas casi se transformaron en una. Se puso de puntillas de nuevo, sintiendo que el otro se agachaba y unía su frente con la suya.
  Ambos cerraron sus ojos, al poco tiempo unieron sus labios y volvieron a besarse, fue allí cuando Roger lo confirmó; solo toma 8,2 segundos caer enamorado, segundos que vivió hace ya un par de años, segundos que vivía ahora mismo. Porque verlo, tenerlo y besarlo era como si el cosmos explotara o como si el universo hiciera suceder un segundo Big Bang, repentino, inexplicable... casi mágico.
  Pero mientras todo eso sucedía Frederick y John conversaban tranquilamente fuera de la entrada de la estación de servicio, el mayor estaba fumando. Le daba lentas y cortas caladas al cigarro, aprovechando al máximo su duración, la cual le permitía tener una excusa para estar afuera del autobús y respirar el aire fresco y ligeramente frío de las carreteras europeas.
Cuando el cigarro cumplió su ciclo de función, el cantante lo tiró al suelo y lo aplastó, aunque al final, se agachó, recogió la colilla y la botó en un basurero que había por allí cerca, comenzando a caminar de vuelta hacia al autobús con su amigo, ya no había mucho más que hacer afuera.
  —Sentarse con Paul es aburrido —aseguró Deacon mientras pateaba lejos de sí las pequeñas piedras que se cruzaban en su camino y comía papas fritas de bolsa—. No me mal entiendas, me agrada, ¡pero se fue todo el camino durmiendo y no tengo con quién conversar!
  —Noté que estabas a punto de explotar, si no hablabas pronto quizás qué te hubiera pasado —se rió—. Pero al menos te entretuviste con una buena cantidad de crucigramas.
  —Oh, sí —habló con su boca llena, pero tragó antes de seguir conversándole a Frederick—. Te lo juro: dudo que alguien pueda resolver más crucigramas que yo, digo, ¡merezco un tipo de premio por eso! Que me reconozcan en algún libro de récords mundiales o... ¡ey, no te di el permiso de poder sacar de mis papas! —alegó a la vez que veía al mayor echándosela a la boca, pensó que era una verdadera falta de respeto hacia su persona.
  Cuando el vocalista la masticó y tragó, le respondió.
  —Regla número uno de la amistad, ¡compartir es amar!
  — ¡Para nada!
  Comenzó una persecución que llegó hasta la entrada del bus, las risas del pelinegro y los alegos sutiles del bajista se oían a la distancia, mas se detuvieron al llegar al interior.
  —Ya supéralo, tesoro —resopló subiendo las escalinatas, el trecho que había corrido lo había dejado un tanto exhausto, reconocía necesitar más actividad física que moverse como loco en un escenario—, fue solo una mísera papa.
  —Aún así, es mi dinero —subió detrás de Mercury, hablando mientras se movían—. Sabes, si me hubieras pedido cordialmente que te diera papitas entonces yo con gusto... —John se vio interrumpido de pronto al chocar contra la espalda del vocalista, quien se había detenido sin previo aviso bajo el umbral de la puerta que daba acceso hacia los asientos de los pasajeros.
  Volvió a alegar, esta vez debido a la repentina acción del contrario, la cual le hizo tirar la bolsa de su snack al piso pero su compañero lo hizo callar poniendo su mano encima de su boca, escondiéndolo junto a él detrás de la pared que separaba la cabina del conductor con el resto del bus, cosa que obviamente extrañó al bajista, haciéndolo querer obtener respuesta de su acompañante, pero lo único que obtuvo fueron los in-entendibles balbuceos del persa intentando explicar lo que había presenciado.
  — ¿Acaso fue un fantasma? —susurró y aburriéndose de que Freddie no le respondiera, emprendió su camino hasta la zona de los asientos, abriendo sus ojos de par en par cuando vio lo que el pianista también—. Oh, por Chogokin, ¡Fred tenía razón!
  El último y estrepitoso exclamo de sorpresa que John emitió acabó por alertar de inmediato a Brian y a Roger, quienes se habían separado en cuanto oyeron al bajista hablar, experimentando ligero alivio de que fuesen sus amigos y no alguien más.
  Mercury se sumó a la escena ya repuesto de la sorpresa y emoción de que desde un principio tenía razón, sintiéndose hasta un poco orgulloso de lo bien detective que era.
— ¡¿Cómo que "Fred tenía razón"?! —preguntó un tanto exaltado el baterista queriendo saber ahora cuál era la perspectiva de sus compañeros en cuanto a este tema.
— ¡No- no es nada malo! —le replicó con otro grito John—. Además, ¡no nos dijeron y eso está mal!
— ¡P-Planeábamos decírselos pero, nosotros, ustedes, agh!
— ¡¿Que acaso no se pueden calmar?! —alzó un poco la voz el guitarrista imponiendo el orden haciendo que el silencio que antes había retornara al lugar haciendo que en consecuencia las respiraciones agitadas de los integrantes de la banda se escucharan claramente ahora. Brian se volvió a pronunciar, retomando el control de la situación mas no sabiendo cómo expresar que lo hizo—. S-Solo, queremos- ¿podemos...?
—Hablar, solo hablar. ¿Si? —lo ayudó su pareja, Roger sabía que bajo presión se le hacía un poco difícil actuar.
Frederick y John se miraron, analizando si aceptar o no la oferta, terminando por asentir y decidir llevar la conversación hacia afuera cuando algunos integrantes del staff subieron al bus y retornaron a sus asientos, esto se debía hablar en privado.
Tomaron asiento en las sillas que habían en un tipo de terraza que la estación de servicio poseía, dando paso a un silencio cuando todos estaban frente a frente esperando a que alguno del cuarteto hablase.
—Bueno, em, esto... —el persa intentaba buscar las palabras adecuadas para empezar, al no encontrarlas resopló y se recargó pesadamente en el respaldo de la silla en la que estaba—. Debo admitir que esto es incómodo.
  —No eres el único que lo piensa—admitió el baterista a la vez que evadía la mirada de sus compañeros al examinar las puntas de su cabello.
  —Bueno..., lo seguirá siendo si nosotros decidimos que así sea —Brian se encogió de hombros, extendiendo sólo un poco más la conversación.
  —Sí... —dijo el bajista y al terminar hubo silencio. Durante éste se dio la libertad de observar de reojo a todos sus amigos y golpetear sus dedos contra la mesa intentando suavizar el tenso ambiente, notando a todos bastante incómodos—. Entonces —infló sus mejillas dejando de lado lo otro que hacía y pestañeando varias veces sin quitar la mirada de sus tres compañeros—, Brian y... Roger —captó la atención de los involucrados a medida que decía sus nombres— son- son...
El rubio arrugó sus cejas algo preocupado por lo que diría Deacon, volteándose hacia May y brindándole esta misma expresión, consiguiente ambos establecieron contacto visual con el vocalista quien los miraba con su atenta y minuciosa mirada, haciéndoles bajar un tanto la guardia.
  —Homosexuales —Freddie habló, completando de una vez la frase del menor.
—Sé que la noticia no les agrada, después de todo a quién le gustaría saber que sus amigos son...
— ¡No es eso!, es solo que esto era mucho más fácil imaginar toda esta revelación a que vivirla en carne y hueso. Aaaagh —se echó en la mesa, escondiendo su cabeza entre sus brazos.
—No crean que nos tomó por sorpresa, todo esto era muy evidente —arqueó una de sus cejas Mercury—. No «evidente» en el sentido de que se notaba que son así, si no que de verdad no saben guardar secretos.
—Entonces si lo sabían ¿por qué quisieron hacer todo este escándalo?
—No es que queramos hacer un escándalo, lo que queremos es que nos dejen de ocultar toda su situación —levantó su rostro John con lentitud—. Somos amigos desde hace un largo tiempo ya, ¿que acaso no le tienen confianza a sus amigos? —su tono desprendió algo de tristeza.
Abriendo un poco sus labios, Roger tomó aire, no estando preparado para responderle. Aún así habló con aire decidido.
—Pues sí, somos pareja y todo esto comenzó el año pasado ese día que...
—Cielo, sabes que no fue así —Mercury lo interrumpió—. Bien sabes que ustedes empezaron con esto de mucho antes y también tienes claro que ya no tienes razón alguna para escondernos los hechos. Simplemente sé sincero con nosotros y de paso contigo mismo.
  —Joder —dijo esto entre resoplos Taylor cubriendo su rostro con sus manos—, esto no es fácil, Fred.
— ¿Qué cosa?, ¿decirnos la verdad? Bueno, si se te hace difícil entonces...
— ¿De verdad tenemos que decirles todo? ¡También queremos privacidad! —se quejó el baterista no permitiéndole terminar su oración.
El vocalista se quedó descolocado, acomodándose en su silla y cruzándose de brazos, suspirando y pidiendo paciencia a Dios para lidiar con el asunto.
Se formó un armonioso silencio, en el que solo se escucharon las hojas de los árboles meciéndose por el viento que había.
—Smile —dijo de pronto Brian, evitando observar a cualquiera de los presentes en la conversación—, empezó en Smile.
Por fin el vocalista se vio satisfecho con lo que le habían dicho, sin embargo, no lo estaba del todo aún. Se desplomó en el asiento, dejándose caer de pronto en el respaldo de su silla.
  —Quién lo diría, convivíamos con el tema desde antes que supiéramos de su existencia —habló con la mirada perdida. A pesar de lo secas que demostraban ser sus palabras y de lo tercas que se oían, Freddie entendió la situación y decidió ser un factor positivo en esta.
—Hay tantas cosas que pasarán por culpa de esto, ¡ni siquiera estoy seguro de que ustedes aceptarán esta mierda! Ahora tengo un sentimiento de que consolidar toda esta mierda  justo ahora fue un puto error, ¡bromeo, estoy seguro de que esto fue un error!: la prensa se enterará y toda la gente se va a ir en contra mía y de Brian, después irán a por la banda, los comenzarán a atacar a ustedes y después las ventas bajarán, y moriremos recordados como una de las tantas bandas que fracasaron y todo se irá a la puta por nada más ni nada menos que ¡la culpa mía y la de Brian! —el rubio estampó su cabeza contra la mesa, sorprendiendo con la acción a sus compañeros. Una vez sumido en su mundo de oscuridad, repitió varias veces la frase «Queen morirá y será por nuestra culpa».
  —Cariño, por favor, estás siendo dramático.
  — ¿Con qué derecho me lo dices tú?
  —Para que veas lo dramático que estás siendo: ¡hasta yo creo que te estás sobrepasando! Por otro lado ¿«toda la gente»? —hizo que el baterista levantase su cabeza, acabando en que se miraran a los ojos.
  —No estoy siendo dramático, solo digo la verdad... —aclaró Roger, triste por aquello.
  —La única verdad aquí es que en todo caso catastrófico tú y Bri no actuarán solos. Ya no son los dos contra el mundo, ¡somos los cuatro contra el mundo, como siempre lo ha sido y debió ser! —sonrió ampliamente Deacon, ofreciéndole amparo a sus amigos—. ¿Cierto, Fred?
  —Así es —asintió, sonriendo también—. Tú y Brian no van a estar solos en esto, no lo permitiremos.
  —Si se meten con uno se meten con todos: ¡tal como pasa con la liga protectora espacial de los súper robots! —hizo una pose que normalmente hacían estos superhéroes, recibiendo miradas extrañadas aunque mezcladas con ternura. El bajista rió nervioso, recobrando la compostura después de saber que aún tenía la atención del resto—. Lo lamento, me dejé llevar; Lo que quiero decir es que lo que les afecta a ustedes nos afectará a nosotros y si necesitan nuestra ayuda no duden en pedirla. Seguirán siendo nuestros amigos, no importa qué.
  —No podemos juzgarlos por amar, tesoros —tomó la mano de Roger y dándole palmaditas en la zona de su antemano hicieron contacto visual—. Y si es que se van al infierno por esto,
no hay problema alguno, digo, ¿a quién engañamos? Todos nos vamos a ir al inframundo, así que nos volveremos a ver todos allá y le daremos un concierto en vivo al mismísimo Belzebú.
  El grupo rió, liberando con ello tensiones las cuales ya no eran necesarias de tener. El ambiente se sintió ligero de inmediato, casi como que la charla anterior, la revelación y los momentos incómodos no hubiesen existido en lo absoluto. Finalmente las risas cesaron.
  —Bueno, yo... nosotros —se corrigió Brian—agradecemos un montón su compresión y el apoyo. Todo esto no ha sido nada fácil y tampoco creo que lo que nos queda por delante lo sea.
—Pues es lo más probable —Frederick resopló, cerrando sus ojos mas abriéndolos de inmediato—. ¡Pero centrémonos en el ahora, en lo bonito! Por fin están juntos y se ven mag-ni-fi-cos como pareja. Digo, uno es alto y castaño y el otro es rubio y bajo, ¡Dios, tan perfectos!
  —Todo castaño necesita un rubio a su lado. Deacy, 1975 —con lo último que dijo, John firmó su frase, la cual soltó casi como si fuera una gran oración filosófica que perduraría a través del tiempo.
—Pff —soltó una risita Roger, manteniendo una sonrisa mientras hablaba—, ¿quién dijo eso?
— ¡Recién se me ocurrió! Debería ser poeta o algo por el estilo...
—Tendrás que expander tu vocabulario.
—Oh, después del maratón de crucigramas que hice, creo que conozco todas las palabras del universo, Bri —aseguró John—. ¡Ah, hablando de crucigramas! ¿Han visto a Paul? Quiero preguntarle si le gustaría cambiarse de puesto.
—Creo que andaba con John en la zona de fumadores —especuló Freddie—, deberás ir a revisar si están por allá.
—Hmm, gracias por el dato —agradeció, se levantó y por último observó a May—. ¿Me acompañas? No quiero ir solo.
—Claro, pero si tú después me acompañas a comprar algo para comer y después vamos al baño.
—Es un buen trato —alzó los hombros, aceptando ser parte del mismo. Esperó en donde se encontraba parado mientras que el guitarrista se removía de su presunto lugar y, cuando terminó la acción, se fueron de donde estaban.
El baterista se cambió de lugar, quedando ahora al lado de Mercury, empezando a cuchichear de inmediato como un par de chicas hablando del niño que le gustaba a una de ellas.
—Pensé que nunca pasaría —admitió Roger—, pero, ¡ah, sí sucedió!
—Ay, mi vida, estoy tan feliz por ustedes dos —movió sus manos en símbolo de emoción—. Pero dime, cuéntame el chisme, ¿qué tan bien besa?
—Demasiado bien, te juro que me superó.
—Uy, qué vanidoso —rieron ambos—. Y... ¿ya se besaron románticamente?
—Sí, sí —asintió repetidas veces.
— ¡Santa madre de la papaya!, ¿cómo fue?
—Agh, es que no ha sido solo una vez, él... agh, Brian es muy romántico para sus cosas —se sonrojó ligeramente—. Como que cruza sus manos por mi espalda baja y después me mira, y yo lo miro, y nos miramos, y... pasa.
Él y Mercury chillaron por la emoción que les causaba la situación. Freddie tomó aire para calmarse y seguir con la interesante plática.
—Bien, ultima pregunta, una seria —ambos se enderezaron en sus lugares y se miraron con la expresión más seria y madura que pudieron hallar. Tomaron aire al mismo tiempo y no lo botaron hasta que el persa habló—: ¿ustedes acaso ya...? —hizo una seña en donde su dedo índice pasó por un círculo improvisado con el pulgar y el dedo índice de su otra mano.
—Nnnnngh —algo tímido por la pregunta Roger sonriente solamente asintió. No podía decir nada, le daba un poco de vergüenza compartirlo aún. Se preocupó al pensar que de ahora en adelante para él hablar de aquello se convertiría en un tabú.
— ¡Oh, santo Dios, Roggie! —agitó sus manos con emoción y sonrió mientras aún lo hacía.
—N-No lo hagas ver como la gran cosa, ¿si? —rió, poniéndose uno de sus mechones de pelo detrás de su oreja izquierda—. Quiero decir, es solo sexo, no es distinto... ¿o si? —miró algo consternado a su amigo, pasando sus dedos de arriba a abajo en el mismo mechón de pelo nombrado anteriormente, pidiéndole a Freddie que le diera la respuesta.
—Oh, no, cariño, claro que no. Sexo es sexo, pero el por qué de esta vez es distinto.
— ¿Distinto? Claro que no.
  El vocalista negó con su cabeza cerrando sus ojos a la vez que también chasqueaba su lengua. Abrió sus ojos y se cruzó de brazos, respondiéndole.
— ¿Acaso no te das cuenta de con quién estás ahora y con quién lo hiciste?
  — ¿Con Brian?
  — ¡Exacto, fue con Brian, Roger! El que fue alguna vez tu amigo de infancia, tu confidente —lo agarró de ambos brazos— ¡y ahora TU-NO-VIO! —lo agitó.
Taylor, soltándose del agarre del cual estaba siendo víctima, reaccionó a lo que quien ahora era algo así como su consejero le había dicho.
Pestañeó varias veces.
—Vaya —enarcó una de sus cejas—, no me había puesto a pensarlo.
  —Obvio que no, y para que te pongas a pensarlo te sentarás con él el resto del viaje y no acepto un no como respuesta. Se amarán, conversarán, reirán y se besarán, ¿entendido, hijo de puta?
—Pero puede ser algo... no lo sé, ¿incómodo?
—Roger, por favor, lo conoces desde hace mucho, no puede ser incómodo. ¡Lo que pasa es que estás nerviosito!
—Claro que no —rodó sus ojos y después miró a su izquierda, se encontró con que John y Brian venían caminando hacia a ellos.
— ¡Claro que sí!
— ¡Ah, mira! Los demás ya regresaron —se excusó, distrayendo al persa—. ¿Encontraron a Paul?
  —Ajá —respondió el bajista poniendo su mano en el respaldo del asiento de Frederick quien volteó a mirarlo y cuando terminó de hablar le respondió—, dijo que no tenía ningún problema con cambiarse de asiento.
  —Entonces qué, ¿corro mis cosas al asiento de Paul?
  —Sí —asintió, dirigiéndose después a sus otros dos amigos—. Ustedes se tendrán que sentar juntos.
  —Hmm... —May corroboró que era afirmativo—, me agrada la opción.
  Taylor esbozó una sonrisa, ciega al alcance del guitarrista.
  Cuando la charla acabó, se levantaron de la mesa y emprendieron viaje hacia el bus.
La pareja de novios se sentía aliviada, ya habían pasado exitosamente la primera etapa ahora, solo les quedaba esperar por el futuro que sin darse cuenta ya les estaba casi pisando los talones y no solo a ellos, si no que a la banda completa.
Las tensiones parecieron dejar de existir, las peleas que alguna vez tuvieron parecían igual de lejanas que el fondo del océano, los problemas se hundieron y los complicados pensamientos de confusión también.
¿Acaso era éste el punto en al que deseaban llegar?
No, había más, mucho más. Era igual que una montaña cuya cúspide real estaba cubierta por nubes espesas: aún no llegaban al final y ni siquiera lo sospechaban.
Lo mejor estaba por llegar.

[...]

Ayuda me acosté a las 4 de la mañana me desperté porque tenía ganas de vomitar después no vomité después me quedé dormida y el proceso se repitió cuando me desperté así que por fuerzas mayores me puse a editar KSJKKAKA
Como sea
SABEN QUE LLEGAMOS A LAS 9K DE LEÍDAS WEONNNNN KEEEE XUTXA
AMO SKSJAK HOY DÍA 27 DE ENERO SKKSKS
Lxs amamos, de hecho nos creamos tiktok para hacer tiktoks de este fanfic KSKSKJ, lo cual he hecho pero tienen puros spoilers así que ahí se quedan.
COMO SEAAaaa otra noticia es que de ahora en adelante los capítulos van a ser más largos 😎😎😎😎😎 por miedo a falta de espacio porque queda mucho por escribir y no sabemos cuántos capítulos ocupe esta wea así que
QUE LES PARECIÓ EL CAPPPPPP COMENTENNNN
Eso
Xaiiii
-Ella

CigarettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora