La cortina fue desplazada lentamente de su lugar, causando que la tenue luz del sol parisino entrara por la leve apertura y que golpeara el rostro de Roger, haciendo que frunciera el ceño debido a esto. Gruñó y se dio media vuelta, insinuando con esto que podría evitar la iluminación natural que ahora chocaba contra su espalda.
—Noo... —alegó, pero le hicieron callar apresuradamente.
—Despertarás a los demás si hablas tan fuerte —susurró una voz suave, se podría decir que hasta dulce.
Quien se encontraba recostado se dio la vuelta, frotó sus ojos y los abrió de inmediato a penas acabó la acción anterior. Primero veía borroso, luego menos, después menos... y así, hasta ver a qué o quién tenía en frente. Era Brian.
—Ah, eres tú... —habló susurrando. Su voz inspiraba que el chico aún era víctima del sueño.
Se miraron por unos segundos, para después dar paso a un corto beso que dio como resultado efímeras sonrisas acompañadas de ligero rubor en las mejillas de ambos.
— ¿Qué hora es? Siento que me quitaste cuatro horas de sueño.
—Nueve de la mañana en realidad, no es temprano pero tampoco tarde.
—Hmm —asintió—, ¿y podría saber para qué o por qué me despertaste?
May, antes de replicar, acarició los cabellos del otro, el cual, a gusto con el sutil contacto que estaban teniendo, permitió que éste se llevase a cabo. Taylor resopló mientras que cerraba sus ojos y una sonrisa involuntaria se tallaba en su rostro. Volvió a abrir los mismos al instante.
—Hace mucho que no salimos los dos juntos y quería saber si te gustaría... salir conmigo hoy —preguntó a la vez que apoyaba su mentón en el colchón y dejaba de lado los cariños.
— ¿Adónde?
—Donde quieras. Aunque debes tener claro que hay solo una advertencia.
Roger se estiró mientras hablaba y esbozó una sonrisa de comodidad al terminar con la acción.
— ¿Y te apetecería dejarme saber cuál es? Acabas de abrir mi curiosidad y no me agradaría para nada que me dejases con la duda —habló bostezando.
—Me tendrás que perdonar, pero por ahora te dejaré con la incógnita —tuvo la corazonada de que con quien dialogaba iba a alegar por ello y, anticipándose a esto, siguió hablando sin dejar espacio a que lo interrumpiesen—. Cuando estés listo ve al lobby, te esperaré ahí.
El menor se sentó en su cama, se destapó y luego se desplazó hasta el borde del colchón. Observó el piso, luego a Brian, después el piso y por último a Brian otra vez. El guitarrista extendió sus brazos y abrió sus manos indicando que Roger las tomara. Taylor, haciendo esto, las utilizó como soporte para poder bajar de la altura en la que se encontraba. Ahora estaban frente a frente mirándose a la vez que sus manos negaban hacer la acción de soltarse. Sin embargo, soltaron sólo una de ellas, caminando así hasta llegar a la puerta del cuarto de baño.
—Será mejor que te apresures, los chicos pronto se van a despertar y sabes cómo están las cosas con ellos...
Abriendo la entrada de la pieza que estaba frente a él, Roger se soltó del agarre y entró en la habitación pero no sin darse vuelta una última vez antes de encerrarse por completo. Extendió su mano, intentando alcanzar el rostro del ruloso y, logrando esto con éxito, le dio un corto beso en los labios.
—Te veo abajo —sonriéndole con ojos brillantes, cerró la puerta.
Roger dio un largo suspiro a la vez que se dejaba deslizar por la puerta, cayendo en el piso sonriente. Comenzó a desvestirse con lentitud, sin sentir cómo los segundos pasaban gracias al ensimismamiento en el que se encontraba gracias al momento que acababa de vivir. Encendió la ducha y volviendo a suspirar, se metió, pensando en todo lo que haría.
Por otro lado, ya habían pasado unos minutos y May abrochaba la corbata que colgaba desamarrada de su cuello mientras tarareaba caminando en dirección a la cocina. Cuando terminó, abrió la nevera y sacando unas cuantas cosas de ella, se dispuso a prepararse un sándwich.
— ¿Puedes hacerme uno también, corazón?
Brian volteó dando un sobresalto, sintiendo que su corazón se detuvo por unos segundos al oír la repentina voz de Frederick, quien bajó el periódico entre sus manos para dirigirle la mirada al castaño.
— ¡Carajo, Fred!
—Siento haberte asustado —rió un poco con sus ojos cerrados, mas al volver a abrirlos examinó al contrario de pies a cabeza. El castaño lo miraba desconfiado—. ¿Qué haces vestido tan bonito y perfumado? Diría que se puede oler a millares tu colonia...
— ¿En serio? —acercó su chaqueta a su nariz, intentando comprobar si lo último que el persa había dicho era verídico—. Quizá me excedí un poco —murmuró.
—Andas tan bien vestido que parece ser que Zandra te eligió la ropa —le causó carcajadas suaves—. De todas formas, ¿qué haces despierto tan temprano? Que yo recuerde el fin de semana lo tenemos libre...
Brian sintió sus sentidos ponerse en alerta, frunció el ceño y entrecerró los ojos, mirándolo. Sabía cómo manejar la situación.
—Te devuelvo la pregunta, ¿Qué haces tú —lo apuntó con el cuchillo, el cual estaba usando para cortar la orilla de su pan— despierto a esta hora?
— ¡Y-Yo pregunté primero!, así que debes responderme a mi primero.
—Tenía planeado dar un paseo en la mañana —sonrió, mirando el pan a punto de ser finalizado—. No me quiero ir sin haber visto nada de esta ciudad.
— ¿Tan arreglado?
—Uno nunca sabe cuándo un paparazzi puede sacarle una foto —dijo.
—Bueno, tienes razón... pero hablando de París, es maravillosa, te lo digo yo —el comentario hizo al ruloso soltar unas risitas, pero por más relajado que Mercury se viese, él tenía un plan y ahora mismo estaba desarrollándose. Llevarlo a cabo exitosamente, en estos momentos dependía netamente de él, por lo que buscando ponerlo en aprietos comenzó con el primer paso de su plan—. ¿Te molestaría si fuésemos todos juntos?
—Hmm, si están listos ahora, pues yo creo que no habría problema... ¿por qué de pronto andas con tantas ganas de salir?
—Oh, ¡solo quiero pasear con todos juntos! No veo nada de malo en ello... —se levantó de su asiento y poniendo sus manos en la mesa, arqueó una de sus cejas e hizo contacto visual con quien dialogaba mientras éste comía de su sándwich—. ¿Por qué, tú sí?
Brian tragó y respondió.
—Para nada.
—Hmpf —lo observó tal como un policía que miraba al ladrón de quién sospechaba. Ya a punto de rendirse, se comenzó a retirar de la estancia, sin embargo se detuvo al oír el sonido característico que retumbaba una vez la cañería del baño dejaba de ser utilizada, mirando al más alto con los ojos entrecerrados, y él, sudando fríamente por el nerviosismo. Se devolvió sobre sus propios pasos, caminando hacia el guitarrista con el cuidado y sigilo característicos de una pantera a punto de cazar a su presa—. ¿Acaso hay alguien más despierto?
—Debe ser Deacy —comió otra vez, cuando se ponía nervioso y tenía algo que comer a mano siempre terminaba comiendo a causa de la ansiedad. Evitó la mirada penetrante del persa.
—Ah, Deacy no es —se cruzó de brazos—. Él ha estado escuchando todo este rato nuestra conversación —con su cabeza hizo un ademán, apuntando a que detrás de la entrada a la cocina se encontraba oculto el bajista. Por la puerta apareció lentamente Deacon. Sonrió al ver que el dúo le tomaba atención a la entrada que había practicado más de una vez.
— ¿Te gustó mi entrada? —le dijo al guitarrista, quien más confundido no podía estar— La llamo ninja-Deacy.
— ¿Quién será? —preguntó de nuevo.
Al recibir la pregunta, el guitarrista supo que su plan se fue a la mierda.
May no se volteó, sino dio un mordisco a su sandwich y luego, miró a Freddie por el rabillo del ojo. Tragó con dificultad lo que estaba masticando.
—Es Roger, él está despierto también.
Se formó un vasto silencio. El persa sonrió victorioso, sabiendo que su corazonada era cierta.
—Qué oportuno, querido —Freddie se sentó de nuevo, echándose en su lugar, poniendo sus brazos detrás de su nuca y sonriendo ladino—. ¿Por qué no le dices que venga también? Será mejor que hablemos los cuatro...
— ¿Los cuatro? ¿De qué?
—Temas de interés público —le informó Deacon sentándose consiguiente al cantante.
—Bien, ya que tanto quieren conversar sobre... quién sabe qué —Brian observó con aire sospechoso a sus dos compañeros, quienes ahora se encontraban sentados en la mesa, esperando a que los dos restantes miembros de la banda se les uniesen—, iré a buscar a Rog —dejó lo que comía sobre donde lo preparó y caminó hacia la puerta, sin embargo, se detuvo junto a esta, de espaldas. Murmuró—. Chismosos.
— ¿Qué?
—Nada —le sonrió a John quien era el que había hablado. Ss retiró de escena, caminando con tranquilidad hacia el baño y golpeando dos veces la puerta de éste, esperando sin prisa a que le abriesen. Esperó unos segundos y por fin vio la entrada ser desplazada de su lugar, mas el baterista lo agarró de su camisa y le hizo entrar.
La puerta se cerró de nuevo, la expresión que tenía en el rostro el menor era ciertamente una pícara. Se le comenzó a acercar con intensiones de besarlo.
— ¿Quieres ser parte de un interrogatorio?
— ¿Qué? —el rubio esbozó una de sus típicas muecas de confusión, alejándose al mismo tiempo de su pareja.
—Demoraste mucho, Fred y Deacy se levantaron y nos están esperando para hablar de temas de interés público, como le hacen llamar ellos... ¿podrías salir del baño ya? Ya estás vestido, así que supongo que estás listo.
—Claro que no, me falta secarme el cabello, ponerme colonia, echarme crema...
—Rog, ¿qué parte de la palabra «apresúrate» no entiendes?
—Toda en realidad —agarró el cepillo para su cabello y peinándolo se miró al espejo mientras que con la otra mano se aplicaba crema en su rostro—. Verás, no tengo el cabello seco y si no lo seco, se me pone ondulado y no...
— ¿Crees que me importa?
— ¡Claro que te tiene que importar! —golpeó el pecho de su novio y después volvió a lo suyo—, me estoy arreglando por ti. Por mi yo seguiría en mi pijama.
Se quedaron callados, Brian se recargó en la puerta y viendo que el contrario hacía todo con suma tranquilidad comenzó a mover su pierna. Pasaron unos minutos, May ya se había desesperado.
—Roger, mierda, apúrate.
—Agh —tiró lo que estaba haciendo y observándolo con ligero enfado cedió por fin—, bien, vamos.
Brian se hizo a un lado, dejándole espacio al rubio para que saliera y, éste, haciendo lo esperado, se puso su chaqueta para al final terminar por ponerse su mochila.
— ¿Cuándo fuiste a sacar la mochila?
—No lo sé, la magia de la escritura supongo —se alzó de hombros y se dirigió hacia la puerta principal de la habitación con suma discreción.
— ¿Llevas llaves?
—Sí —asintió y abrió la puerta sin cuidado alguno, haciendo más ruido del necesario, atrayendo al bajista y vocalista a donde estaban ellos.
— ¿Dónde van? —interrogó Mercury.
—Amigos, no les vamos a mentir... —Roger habló en tono serio, asegurando que le diría la verdad al par mientras abría con su pie aún más la entrada. Salió corriendo junto con el castaño de la habitación.
— ¡Se escapan! —gritó Deacon asomándose por el pasillo del hotel.
— ¡Pues si se escapan no te quedes ahí mirando cómo se alejan, John, por Dios! —regañó Freddie.
La puerta de las escaleras de emergencia se abrió, dejando pasar a la pareja que se escapaba.
— ¡Au revoir, estúpidos! —dijo Taylor antes de cerrar e irse junto con Brian.
El pasillo se quedó en silencio por fin, el cual fue roto al instante.
— ¡Rápido —exclamó Frederick—, a la ventana de la habitación! —fueron corriendo hacia allí, intentando abrir la misma al tenerla al alcance.
Mientras tanto, los fugitivos habían preferido bajar por el ascensor del piso inferior, llegando de esta manera más deprisa al lobby del hotel. Cuando se encontraban dejando éste, Roger, con más calma, tomó aire y retomó su papel de chico enfadado.
—Sigo enojado contigo —le habló cruzándose de brazos y evitando la mirada del otro.
— ¿Por? —se rió.
—Por apurarme y no dejar que me prepare en paz.
—Lo siento... pero es que de verdad eres muy lento. Además, ya viste cómo estaban los chicos, no podíamos demorarnos más o si no nos iban a ahogar en las preguntas que sé que ni tú ni yo queremos responder aún.
—Hmm... tienes razón en eso —aceptó entre dientes. Cuando dejaron por completo el hotel, recordó que su pareja le debía una respuesta, fue allí que le preguntó al contrario lo que le causaba curiosidad—. Entonces —se puso en frente de Brian, impidiendo que avanzara—, ¿me dirás la condición ahora?
El otro simuló pensar unos segundos y cuando pareció tener respuesta, contestó.
—Que no volveremos acá hasta mañana.
— ¿Qué? —se rió otra vez— ¿por qué?
Tomó con suavidad al rubio de sus hombros y volteándolo hacia el frente le hizo observar que una motocicleta los esperaba lista para ser montada.
Quienes miraban de arriba, conversaron acerca de esto.
— ¡Qué detallista que es Bri!, aunque no lo es lo suficiente para Roger. A la rubia no le gustará.
— ¿En serio? Pero si hasta a mi me gustaría que me llevaran a pasear en moto...
— ¿Que acaso no te has dado cuenta de Roger es complicado?
La charla abajo continuaba.
— ¿Un paseo en moto? Wow —se recargó en sus caderas y le observó cruzándose de brazos—, qué original.
—Quizás no es lo suficientemente original —le entregó un casco, acercándose por esto más a él—, pero sí es suficiente para hacerte sonrojar.
El rubio, sosteniendo el casco con una de sus manos, tocó su cara con la otra. Maldijo en su mente al darse cuenta de que lo que dijo el mayor era verdad.
—Tampoco es como si sacar a pasear en auto a las chicas sea una mejor opción...
— ¿Sabes?, mejor cállate y enciende la moto —se colocó el casco, el contrario hizo lo mismo. Se sentó atrás del castaño, sobresaltándose una vez el motor del vehículo se encendió.
— ¿Listo? —sintió una corriente correr por todo su ser cuando percibió las manos del otro agarrarse de su ropa.
—Cuando quieras.
Partieron.
Frederick y John, observando a la pareja, despegaron su vista del exterior una vez vieron que la motocicleta desaparecía entre las calles adoquinadas de París. El cantante y bajista se quedaron al lado de la ventana sin decir nada, al parecer, aún procesando la información.
—Tenías razón —dijo el más alto, guardando silencio por unos segundos—, sí que son algo.
—Pues, parece ser... esto no cambia tu percepción de ellos, ¿cierto, cariño?
—No, claro que no —negó apartándose de la ventana—. ¿Y la tuya?
Mercury hizo lo mismo y respondió.
—Para nada.
Hubo silencio otra vez, pero el persa habló.
—Así que... ¿dónde están mis diez libras? —extendió la mano el de pelo negro hacia el castaño, quien suspirando con sus ojos cerrados, se las pasó.Este capítulo va dedicado a @imnotlucyboynton GRACIAS POR ESTAR AHÍ WAPX, NOS ENCANTAN TUS COMENTARIOS KSJSGS
Si usted quiere mención, solo dígalo
FELIZ VIERNES, SALIMOS DE VACACIONES!!!!!! ESO SIGNIFICA:MÁS CAPÍTULOS 🥺🥺🥺🥺🥺
BIENNNNN AKAJSJAAAAAAAAAA
AMO.
Como sea, estos niños ya fueron descubiertos. TODO SE VA A IR A LA VERGAAAA A.
Ya.
Como sea.
Si se me ocurre escribir más aquí entonces lo haré, por ahora xaoooo
Besitos
-Ella
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Cigarettes
FanfictionSiendo casi ya la mitad de la década de los setenta, la banda en auge de fama, Queen, empieza su dominio sobre el rock y otros géneros musicales, comenzando a ser gracias a esto los integrantes de ésta, conocidos artistas en la industria musical. A...