«Es su sexto álbum de estudio y el primero que tardó menos de cinco meses en producirse. El single que lanzaron arrasó en ventas, están en el puesto número dos de los charts del Reino Unido y, por como se ve, van por el número uno en Billboard Hot 100. No es algo nuevo, menos que les dieron de qué hablar a varias revistas y críticos que aseguran que simplificaron su sonido en modo de respuesta a todo este movimiento punk que está surgiendo. ¿Es eso cierto? ¿O es que tratan de complacer a los medios? Pero únicamente Queen podría venir con una canción de sonido simplificado como We Will Rock You y un título como lo es el de We Are The Champions. ¿Dónde quedó la modestia, nos preguntamos nosotros?
«No hay modestia después de todo... Cuando pensamos que podría ser polémico o causar algún tipo de revuelo, ya era demasiado tarde, pero tampoco es como que nos arrepentimos. Al final, no creo que haya mucha gente a la que le importe y, si es que la hay, bueno, estamos de acuerdo en que.., ya no tenemos nada que perder».
[Richfield coliseum. Richfield, Estados Unidos – Noviembre de 1977].
Rondaban de allá para acá, siendo seguidos por algunos camarógrafos que documentaban los momentos anteriores del concierto: la prueba de sonido y el ensayo marcharon de maravilla, así que los músicos quisieron tomarse un descanso antes de irse a preparar para aquella noche, así que los dejaron de grabar. Se reunieron en las escalinatas de la tarima en que la batería de Roger estaba.
Quedaban dos horas para abrir las puertas.
— ¿Acaso no aman aquí? La gente es tan amable y miren, el sombrero que me dieron fue un toque, como lo es, uhm... ¡La cereza del pastel! ¡Luzco como un vaquero! Vengan a mi rancho, que a las mil cuatrocientas hay un duelo programado... —John imitó un acento que escuchó alguna vez en las películas estadounidenses con temática del lejano oeste. Volvió a su habla normal—. Igual..., es una pena que no puedo estar en casa con Verónica para ayudarla los primeros meses, debe estar tan agotada con eso de despertarse a la mitad de la noche, me desalienta más que no podré pasar con ella ni con mi mamá el día de las madres. Íbamos a pasarla con su familia y con la mía, siento mariposas en el estómago pensando que es la primera vez que le celebraré el día de la madre a alguien más que solo a mi mamá —se rió.
— ¿No te causa más emoción pensar en que este año te celebrarán el día del padre, tesoro? —Habló Freddie mientras se sentaba en un escalón.
— ¡Oh, claro! Ese sí lo podré pasar con ella, mi familia, su familia y Robert. ¿Y ustedes tienen algo en mente ya?
—Por mi lado creo que cenaremos en casa de mis padres y obvio estará Kash. Pensé en sacarlos a pasear a algún restaurante pero me desaliento con pensar en los fotógrafos.
Giraron hacia Roger porque siguió automáticamente la conversación.
— ¿Es por junio, por allá, por esas fechas si no mal recuerdo? No, no creo, estoy demasiado ocupado con mi disco.
— ¿Y tú, Brian?
El atacado emitió un ruido pensativo, salvándose de responder porque Roger lo hizo en su lugar.
—Me acompañará al estudio y saldremos a comer, ¿cierto?
Miró de reojo a Freddie, regresando a su novio por último, asintiendo.
La conversación se prolongó no durante mucho más, por lo que decidieron irse a los vestidores para comenzar a prepararse. Pronto no quedaron más de dos horas para que el concierto empezara.
John agradeció al estilista por arreglar su cabello y continuó maquillando sus mejillas cuando sus ojos miraron el reflejo del espejo, que presentaba una situación al otro lado de la habitación que hizo pararlo de dar toques sobre su piel con la esponja al notar las caras de disgusto y aburrimiento, al parecer involuntarias, a Roger frente a lo que conversaba con Brian, quien tenía una expresión seria frente al tema. Frunció el ceño al ver a este último solo en el banco de un rato a otro. Miró por encima de su hombro, yendo hasta a él, viéndolo sonreír inmediatamente
— ¿Vienes a decirme que soy una abuela porque no me arreglo rápido?
—Arruinaste lo divertido del asunto... ¿Em, y Roger, lo has visto?
—Salió a tomar aire recién.
Asomó su cabeza por al lado de la figura del guitarrista, notando a Roger poner un cigarrillo en su boca, tomar su chaqueta y salir de la estancia. Supuso que ya estaba listo.
—A fumar, querrás decir –lo corrigió.
—Supongo, ya no sé. Espero que no se escape ni nada.
— ¿Es que se enojaron?
—No, tuvimos un pequeño desacuerdo, pero fue mi culpa porque toqué un tema que no debí —Brian paró lo que hacía, apoyando su cabeza en una mano, volviendo a Deacon—. ¿No te molestaría escucharme un poco?
—Para nada.
—Ah, bueno —no supo por dónde comenzar por esperar otra respuesta—. Eh, desde el año pasado en mi cumpleaños que no hablo con mis papás. Intento llamar, no sé, mandarles alguna carta incluso, e igual no tengo respuesta.
— ¿Has intentado llamarlos en algún hotel o de un teléfono público?
—No se me ha dado la oportunidad, es que —tomó aire, soltándolo, volviendo a agarrarlo pero con rapidez. Suspiró— Roger no quiere que lo haga.
Veía la situación como una extraña, pero después de considerarlo en lo mínimo, supuso que podría haber una razón detrás de que Roger le dijera a Brian su parecer, también que existía una versión de la que no se estaba enterando y esperaba saberla por el baterista hoy en la noche después del concierto, porque favorablemente en esa ocasión los cuatro compartían la misma pieza.
En el hotel, se quedaron viendo una película y conversando por un buen rato hasta que Frederick anunció que se iría a dormir temprano, mientras que por otro lado, él y Taylor no paraban de reírse por la película que veían. Alegaron con fundamentos e igual no les sirvió, así que de mala gana terminaron acostándose a la misma hora que el cantante.
A mitad de la noche Roger se despertó por una molesta luz que venía desde el living, resoplando contra su almohada al notar que dormía solo en la cama. La idea era cerrar la puerta y devolverse a dormir, pero en vez de aquello pasó al otro lado, pestañeando varias veces por lo iluminada que estaba la estancia antes de ver claramente a Brian escribiendo en el cuaderno sobre la mesa, aún con la ropa del concierto.
—Date una ducha y ven a la cama, ¿quieres? —Bajó el interruptor, bostezando.
Casi desapareció de la escena, pero Brian se levantó rápidamente para detenerlo. En un momento, la mano del castaño se movió con ligereza desde su espalda de abajo hacia arriba, y las puntas de sus dedos se deslizaron por su nuca, temblando y aferrándose a él. Supuso que el mayor disfrutó de su reacción al oírlo reír cerca de su oído. Batió sus pestañas aún somnoliento y lo besó, guiando a Brian a la silla en que lo halló, sentándose en su regazo con las piernas abiertas, continuando el beso a la que desabotonaba los pantalones contrarios.
—No lo haremos, Roger.
Quedó con el cierre de la cremallera entre los dedos.
— ¿Cómo?
—Están Fred y Deacy, no... No me siento cómodo, no puedo concentrarme.
— ¿Entonces, desde hace tres meses que están ellos y por eso no puedes? Qué raro. No los vi esas veces que estábamos solos.
Se removió pero Brian lo agarró su muñeca, luego su mano y lo llevó hasta donde la luz de la luna entraba.
—Roger, de verdad lo siento, perdón, pero no es solo eso.
—Me traes de aquí para allá y nunca aclaras nada... ¿Por qué todo lo que sí me cuentas tiene que ver con algo engorroso?
—Pero necesito hablarlo. Si quisieras escucharme...
—Hablas como si fueras a contarme lo que en realidad te sucede. Da las excusas que quieras, Brian, yo te dije hace rato que a mí ya no me importan.
—...Lo sé.
—Entonces para de intentarlo. Ya te lo dije, Brian, joder, a mí no me hace bien hablarlo, no quiero. ¿Por qué sigues dándole vueltas? —Su respuesta se hubiera tratado de un grito fuerte si no fuese porque Freddie y John continuaban dormidos.
May se limitó a mirarlo con pesar en sus ojos que era doloroso como mil disparos, como un calvario. Suspiró con pesadez, entrecortado, evitando que sus labios temblaran.
—Déjalo de lado, no es la gran cosa.
Trataba de alcanzarlo pero parecía estar cerrado por completo. Lo sentía tan lejos a pesar de estar allí, a su lado, justo como esa misma noche en que durmieron juntos, en la misma cama, pero dándose la espalda. Sin embargo, era su culpa, ¿por qué continuaba insistiendo si Roger le dijo en todas las formas posibles que se detuviera?
Había cosas que se debía guardar para él y esa era una de ellas, parecía no poder asimilarlo era algo dentro suyo, un instinto, lo que se negaba a entenderlo. Pero era el contrario quien se lo decía y no podía pasarlo de alto cuando se trataba de él.
Cuando la gente gritó, mantuvo la cabeza en alto, aliviándose al tocar en ese escenario lleno de luces y cuando las cámaras se levantaron apuntándolos, sonrió amplio, de lado a lado, hasta que sus mejillas le dolieron, escapándose cuanto antes al pasillo para llegar al teléfono.
—Madison Square Garden, sí. Ya que tengo entradas extra, pueden venir cualquiera de los dos días. No han ido nunca a alguno de nuestros conciertos, y este es, es..., la gran cosa, sí, y me encantaría que estuvieran aquí.
Levantó la vista al ver de reojo una persona que se le acercaba, hallando al baterista saliendo de donde el personal y su banda se reunieron a tomar algo antes de regresar al hotel para empacar su equipaje e irse al aeropuerto para tomar el próximo vuelo a Nueva York. Cortó después de despedirse, y con las manos en sus bolsillos, apoyó su cuerpo en la pared. El cigarrillo quemándose entre los dedos de Roger le fue difícil de ignorar.
El ojiazul en primera instancia tenía planeado pasar de largo hasta fuera del edificio, pero las palabras de su prometido lo detuvieron.
— ¿Podemos hablar?
Jugó con sus dedos y tiró la colilla al suelo, pisándola y haciendo una seña con la cabeza para que Brian lo siguiera. Caminaron entre el gentío apilado, acumulado en los corredores hasta parar fuera del establecimiento, de pie bajo la luz verde chillona que expelía el letrero que apuntaba a que esa era la salida de emergencia. Allí estaba silencioso, tanto que solo oía las voces del personal en la distancia y los ruidos fuertes que mentían por estar guardando en el autobús todos los artefactos que se usaron esta oportunidad.
El viento de esa noche fría de otoño movía su cabello, helando despacio la punta de sus dedos, el olor a lluvia colmaba su olfato al mismo tiempo que el sonido de los grillos se fortificaba. Esos detalles pasaron a ser irrelevantes y triviales cuando aceptó el beso suave y cerró sus ojos, manteniéndolos así incluso luego de terminar. Cuando acercó su frente a la de May y la unió con la de éste, suspiró con calma, al final mirándolo al alejarse.
—Mis padres vendrán para el próximo concierto. Sólo quiero que me escuchen tocar para que entiendan lo mucho que significa esto para mí, para que vean lo que pude hacer —notó un anhelo puro e inocente con el que revelaba sus intenciones—. No estás harto de esto como yo, así que no creo que estés feliz con lo que diré —pareció que el corazón le paró de latir con lo que Brian decía.
— ¿El qué?
—Quiero contarles de lo nuestro.
Resopló.
— ¿Tan orgulloso estás de todo esto? ¿De mí, de lo que somos, de lo que hacemos?
—Sí, lo estoy, aún así..., lo que más me enorgullecería sería poder parar de mentir —pausó—. Tú no pareces nada feliz y no entiendo, pero sé que no es algo reciente y por ello busco una forma de ayudarte, así que por favor dímelo. No estás satisfecho, ¿es ese el problema?
—No siempre podemos lograr lo que nos proponemos y eso tienes que ponerlo en tu contexto: ¿crees que van a entenderlo? Que acepten esto de la música no es una señal de que vean lo nuestro como algo común o natural. ¿Confías en que, si les cuentas, guardarán el secreto a pesar de que les ofrezcan cantidades exorbitantes de dinero para vender lo nuestro a una revista? Basta con usar la lógica para predecir lo que en realidad sucederá... No puedes mezclar las cosas ahora, menos si te estás preocupando de que ellos lo comprendan cuando tú deberías ser el primero en hacerlo.
—Yo ya lo entiendo. Sólo mírame; comprometido, con casa propia... ¿No ves que esta es la primera vez que me siento seguro de lo que quiero? ¿Que siento que voy por el camino correcto? ¿Si no es ahora, cuándo? Éste es el momento indicado para hacerlos entrar en razón.
—Antes tu papá...
—Antes yo estaba en una situación tan distinta —se vio interrumpido—, incluso ahora llego a entender por qué me dijo todo eso. Solo se preocupó por mi, por mi futuro... Es lo que los padres hacen. Pero, Roger, ahora es Madison Square, en Nueva York. Agotamos dos noches allí, amor, ¿no ves? —El que hablaba le tomó la mano y la puso contra su mejilla. Acarició con su pulgar el lugar—. Podemos lograr lo que queramos, somos nosotros mismos quienes nos detenemos.
—Algo comprendo de lo que sientes, de que quieres probarles a tus padres que pudiste salir adelante en la forma menos pensada, pero me enoja que no te limitas a demostrárselos únicamente a ellos. Ahora constantemente lo haces, todo tiene que estar en las revistas, tiene que escucharlo un periodista y ya no te cansas de que sea así, por más que lo digas. Intentas ocultar tu amor por las cámaras... Mierda, ¿cuándo es que dejé de seguirte el ritmo? —Cubrió su cara con sus manos y caminó en un pequeño tramo del espacio en que estaban—. Te perdí, Brian.
—Eso es una estupidez.
—La verdad suena como una estupidez cuando te la dicen a la cara, ¿no es así? –El guitarrista mantuvo silencio—. Joder, ¡haces todo como si tuvieras poco tiempo! ¿Por qué todo tan de repente? ¿Qué es lo que te apresura? Me estás turbando con todo esto, me ahogas, me dejas sin salida.
—Estás haciendo un gran drama de una situación tan pequeña.
— ¿Es una situación pequeña que yo no esté preparado para decirlo?
—Pero estamos juntos en esto.
—Y esa es la razón por la que no puedes contarles. Juntos o nada, Brian, así acordamos que funcionaría... Mas ahora veo que eso ya se te olvidó –pasó por su lado y May se apartó. Abrió la puerta, deteniéndose y mirándolo por encima de su hombro.
—Prometo que si nada de esto funciona pararé todos mis intentos y me olvidaré del tema.
—Puede que tengas razón, esto no es la gran cosa. Pasa tanto en las giras, con el alcohol con todas esas mierdas que pienso que lo tildarán como una locura de estrella de rock o puede que como una decepción. Así que cuéntales lo que quieras, pero no me involucres ni tampoco vengas a mí para lloriquear si es que creen que es el peor error de tu vida, o que yo lo soy y tal... —se tomó un momento para continuar—. Anda, entra.
—Después.
Soltó la puerta, dejándolo fuera con el ruido de ella cerrándose abruptamente. Saludó a tanta gente en el camino de vuelta a los vestidores, mujeres y hombres que estaban ahí por una misma razón, por entrar al círculo vicioso de una industria que los ataba de manos y de pies con tal de exprimir sus años de talento joven. Lo que se decían en privado, lo que se prometían, lo que hacían y lo que no, todo podía acabar con una simple reseña en algún periódico que se vendería por menos de una libra. ¿Un mundo así de vacío era en realidad hecho para él? ¿O es que se negaba a aceptar la fama que tanto quiso?
Y esa era la mayor ironía de la vida, su propia ironía, que crece con el paso del tiempo, una que requería cada vez más inversión y compromiso que le daba miedo dar. A pesar de encantarle, ya no era como en un principio, sin embargo la sensación de saber que la poseía creaba calma en él, ya que tenía en cuenta que todos la deseaban y que con el mínimo descuido desaparecía en un tris. Sin embargo, fue algo que abrazó y a lo que se entregó.
Indefenso ya, confiar era su último recurso.
«¿Crees que algo de esto hubiera pasado si yo no estuviera aquí? No le digas a nadie, pero pienso que soy uno de esos que arman un mundo para cada persona y después se van, dejándola encerrada ahí, feliz igual... Creé todo este mundo para ti porque veo que aquí perteneces. Pero tú eres distinto, ¿cierto? ¿Me seguirías si decido desaparecer de un día para otro?»[...]
O
O
QUE
ES DOMING0
Está cortito el capítulo pero 🥺🥺🥺
Estoy
Anywayyyyy
Espero que les haya gustado 🥰✨
Es muy a
Igual✨✨✨
LE METIMOS HARTO COSITA Y
el próximo se viene bueno!!!
🥰🥰🥰
Espero que les haya gustado
Y esoooo
Xaiii
Feliz domingo
Besitos
-Ella
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Cigarettes
FanfictionSiendo casi ya la mitad de la década de los setenta, la banda en auge de fama, Queen, empieza su dominio sobre el rock y otros géneros musicales, comenzando a ser gracias a esto los integrantes de ésta, conocidos artistas en la industria musical. A...