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  Taylor se encerró en el baño, se miró al espejo un momento, apoyandose en el lavamanos y apretando los dientes, sintiéndose tonto. ¿Qué carajos acababa de decir Brian?, ¿a qué se refería con eso de "años atrás"?
  No sabía de qué hablaba, no lo comprendía ni tampoco lo recordaba, pero eso era por decisión propia: decidía no saber, ni comprender, ni recordar.
¿Pero acaso se refería a que en realidad Roger no sabía nada sobre el amor? Si ese era el caso, Taylor tenía claro que no era el único en aquella situación, May había demostrado que así era unas semanas antes y el baterista desde entonces estaba empeñado en querer hacérselo saber de la forma más sutil posible: a través de indirectas que con excesiva suerte Brian notaría.
Se apartó del espejo y comenzó a desvestirse dispuesto a ducharse, pensando que al sentir el agua correr por su cuerpo, su mente se aclararía y le daría mejores respuestas.
Abrió el grifo, el agua comenzó a salir, templó la temperatura y entró, mojando su cabello y cuerpo. Peinó su cabello hacia atrás, suspirando en el acto.
Todas las altas expectativas que tenía de la ducha decayeron de inmediato: el vapor que comenzó a hacerse presente en la no muy amplia habitación no hizo más que hundirlo aún más en sus dudas.
¿Cómo era que el guitarrista no entendía las señales de que había hecho algo mal?, ¿o era que las entendía pero las ignoraba? La segunda opción se veía como la más realista y probable, pero Roger sabía que si quería avances no podía seguir yéndose por las ramas, algo que no era propio de él pero que sin embargo ahora estaba haciendo. Debía actuar, no darle más vueltas al si hacerlo o no.
Desvió su mirada a un punto cualquiera en la habitación, frunciendo el ceño y pensando en su próximo movimiento. Atacaría, obviamente. Peor que nunca y mejor que cualquiera, pero no sabía qué sería peor.
¿Por qué Brian no lo comprendía si se conocían desde hace tanto? No lo entendía, no sé entendían. Pensó en esto último mientras buscaba el shampoo y el bálsamo para echarse el primero en el cabello y comenzar a lavarlo. En el proceso su mente dio con brillantes ideas, cada vez, la historia que se imaginaba era mejor: cada una daba distintos resultados, cada una terminaba mal... pero ¿por qué?
Volvió atrás en el tiempo, a aquel día en donde por primera vez conoció el entendimiento, cuando por primera vez sintió un click que, aunque no quisiera aceptarlo, aún estaba allí. Y ese era el problema, aún estaba ahí y ahora estaba buscando recuperar lo que perdió y creyó no volver a necesitar: ese cabello hazel, esas manos que lo exploraban con cuidado, ese perfume, esos labios, esos ojos, esa voz. Todo lo que creyó haber superado ahora lo estaba deteniendo y Brian lo sabía. Y eso lo atormentaba.
  Miró el piso, miró las gotas de agua deshacerse al caer en el mismo, fragmentándose y haciéndose cada vez más pequeñas, para luego perderse en el desagüe.
  Sabía que hasta allí iba a llegar todo con el castaño, pero también sabía que todo habría sido diferente si ese alguien que de verdad se preocupaba por él, que siempre estaba ahí, que se imponía por sobre todo planteamiento de cualquier persona solo para estar a su disposición no se hubiera ido. ¿Por qué Brian no hacía lo mismo si supuestamente él deseaba su compañía tanto como su amor?
  Pero Roger cometía un error del que no se daría cuenta; comparaba a ambos postores entre sí cuando ni una semejanza se podía hallar.
  Extrañaba a Timothy y tenía conocimiento de que él era la única y miserable persona que le hizo encontrar ese sentido al amor. Pero aún así, admitía que Tim había cometido errores en cuanto a Roger, sin embargo no podía culparlo de nada, no tenía pruebas a comparación del bajista quien tenía una coartada perfecta; el amor.
  Claro estaba, se querían, quizá de maneras distintas —o eso quiso pensar—, Tim le había hecho encontrar ese sentido al amor, ese sentido que descubrió faltaba en Brian, del que siempre el castaño ha carecido a lo largo de toda su vida. ¿Por qué era tan difícil que May entrara en sintonía con él?
Frunció el ceño, sintiendo impotencia. Quiso gritar, golpear algo, descargar su furia, pero se retuvo al saber que no podía hacer mucho alboroto y aquello solo lo enojaba más. ¿Por qué Tim no podía estar ahí con él? Mierda, era un puto necesitado, lo sabía, pero no podía hacer nada. Quería verlo, quería abrazarlo, quería sentirlo. Quería hacer tantas cosas que la distancia entre el bajista y él impedían haciendo que la herida que el mayor sin pensarlo había dejado, se agravara. Quería tantas cosas según él imposibles y absurdas, cosas que podía conseguir en cualquier lado, sin embargo, solo las quería de él. Estaba obsesionado.
Mordió su labio inferior y solo por un momento, pensó en sentirse bien, por al menos un momento. En sentir los sinceros brazos de alguien rodeándolo, pero sabía que eso era imposible porque nadie en un largo tiempo había sido sincero con él y la decepción de descubrir que Brian tampoco lo había sido le hizo sentir un nudo en la garganta que de poco a poco le impidió respirar con facilidad. Sollozó, ¿era verdad que todos le mentían? Su karma había llegado en el peor momento posible. Por fin comenzó a llorar, pero las gotas de agua que la ducha esparcía sobre su rostro se mezclaban con sus lágrimas, sólo él sabía que estaba llorando y eso de alguna forma lo hacía sentir protegido.
  — ¡Tesoro, otras personas tenemos que utilizar el baño y con otras personas me refiero a mí! —la voz del vocalista se hizo escuchar por detrás de la puerta, haciendo que Taylor limpiara su rostro con sus manos, esto haciéndosele inservible al momento que el agua que fluía del grifo llegara a su cara—. Solo aclaro que elegiste mal momento para masturbarte si eso es lo que estás haciendo.
  —Hay otro baño, ¿no puedes ocupar ese? —mintió, intentando controlar su voz quebradiza. Sorbeteó.
  —Deacy lo está ocupando y sólo te diré que en todo ese tiempo que te demoraste ya dos personas se ducharon.
  —Lo siento, me llegó la regla —movió su cabeza de un lado a otro rápidamente intentando disipar sus ganas de continuar llorando—. Pero no te preocupes, salgo dentro de poco.
  —Ridículo —dijo entre suspiros Mercury—. Pues eso espero —lo último que se escuchó fueron los pasos del mayor alejarse de la puerta del cuarto de baño.
  Tomando el acondicionador una vez la voz de su amigo no la oyó más, intentó hacer lo que le faltaba lo más rápido posible, saliendo así del baño unos diez minutos después con una toalla puesta al rededor de su cintura y con su ropa en mano. Miró el reloj, calculó cuánto se había demorado.
  —Treinta minutos, tiempo récord —murmuró.
  —Si con tiempo récord te refieres a la ducha más larga que he presenciado en toda mi vida entonces sí, récord mundial de la ducha más corta —bromeó Frederick entrando al baño con todos sus cachivaches en un pequeño bolso especial para aquello, no dejando responder a Roger quien ignorado la broma del persa se dirigió a su habitación que compartía con sus otros compañeros de banda, abriendo la puerta y escuchando un alego.
  —Más cuidado —dijo un poco irritado—, estoy atrás de la puerta —alegó el guitarrista.
  —Pues nadie te manda a estar ahí —entró de todas formas, haciendo que Brian de apartara de la puerta y la volviera a cerrar con el objetivo de seguir mirándose en el espejo que había detrás de la misma.
  El castaño abrochó las mangas de su camisa y por último acomodó los collares que estaba utilizando.
  — ¿Por qué tan a la defensiva? —consultó sonriente mientras lo miraba a través del espejo como si nada anduviera mal.
  — ¿Y tú por qué tan sonriente? —le devolvió la pregunta buscando entre sus cosas lo que utilizaría aquella noche. Sin quitarse la toalla que lo envolvía, se puso su ropa interior y sus pantalones, empezando a secar su cabello con la toalla que ahora tenía en sus manos.
  —No es un pecado andar de buen humor, deberías empezar a metértelo en la cabeza —al notar que el rubio no le hacía caso, se volteó mientras observaba como este se sentaba al borde de su cama mientras abrochaba su camisa. Se sentó en la parte de abajo del camarote, al igual que Taylor, pero frente a él—. Rog... —tomó aire, buscando su mirada—, lo siento si te di a entender que mi objetivo era solo llegar a esa situación.
  — ¿Que acaso no lo era? —acabó de abrochar su camisa y lo miró cabizbajo. Cortó el contacto visual de inmediato.
  —Para que sepas aquel día no hice nada más que decirte que no me subestimaras.
  —Pues ese día me hiciste entender otra cosa totalmente diferente a través de tus indirectas —al ver que no respondía, continuó—. Brian, si esto solo va a ser para saciar nuestras necesidades en aquel ámbito, entonces no quiero seguir. No estoy dispuesto a eso.
  —Vaya sermón —se cruzó de brazos—. Es raro que tomes decisiones así de rápido.
  —Pues cuando el contrario no lo hace uno debe hacerlo, ¿no? —abrió la puerta y salió en dirección a la sala, siendo seguido por el contrario. Rodó los ojos al saber que May lo seguía, no quería continuar hablándole, aunque algo le impulsaba a hacerlo.
—Solamente intento disculparme... y no lo haces fácil poniéndote a la defensiva. ¿Puedes dejar de hacer berrinches e intentar resolver esto como alguien maduro?
—Sé perfectamente lo que hago y creo que estoy actuando con la suficiente madurez —llegó al teléfono que había en la sala y comenzando a marcar se dedicó a escuchar lo que Brian le respondería.
—No entiendo tu concepto de madurez, porque ahora mismo no veo nada de ella en...
—Bri, no peleemos en frente de la invitada, ¿quieres? —hizo referencia a que la chica que John había traído se encontraba sentada en uno de los sillones de la sala de estar presenciando la pequeña disputa que había entre el baterista y el guitarrista.
Este último decidió quedarse callado más no sin esbozar una expresión de irritación y molestia. Estaba por retirarse sin embargo se detuvo al escuchar la voz del rubio pronunciarse.
—Hola —saludó, quedándose callado escuchando a la otra persona que estaba hablando al otro lado de la línea—. Viens à l'hôtel Ibis maintenant, j'attendrai. A plus, chérie —sonrió ladino y colgó. Cruzó miradas con los otros dos ocupantes de la habitación—. ¿Qué? —se encogió de hombros y se retiró.
La estancia quedó en silencio hasta que la chica se dirigió hacia la persona de May.
—Traerá invitada a la recepción.
—Gracias por la traducción.
—No es nada —le sonrió y después rió suavemente.
Brian se fue de allí pensando en lo inmaduro y molesto que Roger se estaba comportando. ¿Por qué llevaría invitada?, y más importante ¿quién sería? Pero él no sabía que no era la única persona que tenía esas incógnitas en mente. Mercury había estado escuchando atentamente la situación, preguntándose ahora si todas sus conspiraciones que tenia acerca del par eran ciertas. Con más información sobre el tema, se retiró a su habitación, pensando en todo aquello.
Por otro lado Brian siguió haciéndose preguntas; ¿por qué le costaba tanto arreglar las cosas de una vez en vez de armar más escándalo dentro del mal entendido que tenían? No lo entendía, por lo menos no por ahora.


POR FIN ME DIGNÉ A EDITAR Y ESCRIBIR CONCHEUMAMRE
hola
SE NOS PONEN LOCAS LAS COSAS AQUIII AAAAA
Falta poco chiques, falta poco para que su hambre se sacie
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Y QUE LES PARECIÓ EL CAPÍTULO AAAAAA?????
COMENTEN Y VOTEN Y WEAS ESO
CHAOOO
-Ella

CigarettesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora