[Hotel Ther – Roma, Italia. Once de la mañana. 1975]
El aire cálido de primavera empezaba a hacerse frecuente en Italia y hoy, se filtraba por la apertura de los ventanales del balcón de la habitación del hotel en el que la banda y dos más de los afiliados a ella se alojaban.
La puerta principal de la estancia se abrió dejando pasar al bajista que con nada más que una bata puesta encima de su pijama se dirigía hacia la mesa en donde sus amigos tomaban desayuno y uno de ellos parecía escribir en su libreta de anotaciones, dejando caer de inmediato el periódico que traía sobre ella, exaltando a dos de los integrantes de la banda, recibiendo un tipo de recomendación de parte de uno y quejas del otro.
—Deacy, tesoro, ten más cuidado. Se me puede haber caído el café encima de la libreta.
— ¿Qué mierda? ¿Qué te pasa? —preguntó confundido el baterista mirándolo.
—Vaya, gracias por traer el periódico pero no sé mucho de italiano, así que... —May intentó justificarse de algo que ni siquiera debía.
— ¡Ah, tranquilo! Que para comprender lo que está pasando no necesitarás leer nada —tomó el diario y sosteniéndolo de un solo lado le permitió abrirse, dejando expuesta la portada que tenía de protagonistas a Brian y a Roger. Estos últimos miraron con sus ojos abiertos de par en par el papel, en cambio Mercury seguía escribiendo en su libreta y tomando sorbitos de su taza de café—. Hace un tiempo anda circulando en la prensa de Estados Unidos una puta foto de la primera rueda de prensa que tuvimos y Roger sale haciéndole ojitos a Brian.
— ¿Qué? —aquí fue cuando Frederick recién se sumó a la charla y dejó de lado todo lo que hacía. Agarró el periódico, intentó deducir qué decía el enunciado principal. Por otro lado Roger se echó en la silla y echó su cabeza hacia atrás lo más que pudo, resoplando y quejándose mientras lo hacía—. ¡Vaya, perfecto! No duraron ni un mes con el secreto.
— ¿Y es eso algo maloooo? —preguntó desinteresado Roger.
— ¡Claro que sí! A estas alturas los periodistas ya pusieron sus cartas sobre la mesa, lanzando especulaciones de que hay algo raro entre ustedes dos.
Se quedaron callados hasta que May habló.
—Bueno, el secreto duró más de lo que pensé —se levantó de su asiento y dejó los trastes en el lavaplatos. Acto seguido se recargó en el mismo a la vez que se cruzaba de brazos.
—Ahora los periodistas no les quitarán los ojos de encima —aseguró Mercury intentando adivinar lo que decían los párrafos de la noticia, fracasando rotundamente en esto debido a que el texto se encontraba en italiano—. ¡Felicidades!, su primera primera plana de este año —dijo sarcástico a lo que Brian resopló con sus ojos cerrados, negando con su cabeza y chasqueando su lengua al final.
El rubio volvió a sentarse correctamente, hablando y al acabar se encogió de hombros.
—Por mí está bien.
—Bien lo dijiste: por ti está bien. Pero ¿recuerdas lo que John nos dijo antes de nuestra primera rueda de prensa en Estados Unidos?: «intenten responder a nombre de Queen, no como sujetos individuales» —le recordó el bajista.
—No sé cómo pueden estar tan relajados, a mi me daría mala espina que gente ajena a mi círculo de cercanos supiera tanto sobre mis relaciones o cosas por el estilo —expuso el vocalista, dejando el periódico en la mesa y recargándose en el respaldo de su silla, intentando buscar una solución que lograra bloquear los problemas que se les venían por delante.
La conversación continuaba, sin embargo, los cuatro chicos parecieron olvidar el hecho de que no eran los únicos ocupantes de la habitación, el asistente de la banda acababa de despertar y se dirigía ahora hacia la cocina con intensiones de ir a buscar algo para comer. Estaba por dar un paso más, pero empezó a caminar mucho más lento cuando oyó voces interactuar entre sí y finalmente se detuvo cuando Deacon acabó su parte del diálogo que alcanzó a escuchar.
—De verdad, chicos... ¿no pueden ser más discretos?
—Rog..., ¿cómo mierda no puedes ser un poco más disimulado? —interrumpió May el silencio que se había formado debido a que no hubo respuesta.
— ¿Me estás echando la culpa solo a mi, rulitos? —Taylor se levantó de su lugar y se puso frente al guitarrista, elevando su rostro debido a la diferencia de altura.
— ¿Acaso yo te estoy mirando allí? Pues no, es viceversa. Así que sí, es tu culpa.
—B-Bueno... —flaqueó un tanto al ver lo decidido que Brian transmitía a través de su habla estar, pero pronto se recuperó—, en esta ocasión sí lo es, pero bien sabes que el disimular también se ha vuelto algo imposible de hacer para ti. Así que, eh, uhm, ¡el regaño de hoy va para los dos!
—Admito que a veces se me dificulta pero por suerte no me sucede en momentos así. Debes aprender a controlarte, Roger, porque si no lo haces entonces habrán muchos problemas. Serías un terrible actor, debo decirte.
— ¡Ya me has dicho eso cientos de veces, Brian! —le dijo con voz amenazante de hacer un berrinche.
— ¿Saben? Podríamos hacer lo siguiente: separarlos en público. Si Rog se sienta en el extremo izquierdo, Bri se sentará en el extremo derecho y John y yo estaremos entremedio de ustedes. Así no levantarán sospechas, no habrá mal entendidos, ni tampoco miradas enamoradas entre ustedes dos —propuso Frederick intentando calmar a la pareja pero por sobretodo a Roger quien estaba dispuesto a pelear por defender que de él no era la culpa—. ¿Qué dicen?
May aceptó satisfecho con el trato, Deacon también. El único que denegó de entrar en el juego fue el baterista.
—Eso es injusto...
—Es eso o aprendes a disimular. Ambos sabemos que lo primero para ti y Brian es mucho más fácil que lo segundo. Pero no te preocupes, solo será en eventos, ruedas de prensa, frente a Paul y John... en público en general, no será siempre.
—Hay que desviar la atención de la prensa hacia nuestra música. Ninguno de los cuatro sabe cómo reaccionaría la gente si ahora mismo todo esto se sabe —habló el más alto.
—Pero estamos mintiendo —arrugó sus cejas el baterista mirando a su pareja—, y dijimos que no haríamos eso.
—A mí tampoco me agrada andar escondiendo la verdad, pero por las circunstancias hay que hacerlo: ahora mismo todo esto podría afectar a la fama de la banda y a nadie de aquí le conviene aquello. Quizás más adelante podremos revelarlo, pero hacerlo ahora mismo... —hizo una pausa, suspiró y alzó una de sus cejas— no sería la mejor opción.
El ojiazul resopló y se quedó cabizbajo, aunque al poco rato elevó la mirada debido a las caricias que su novio había empezado a hacerle en su mejilla, buscando decirle que no se ofuscara.
—Hazlo por Queen, Roger —dijo el persa, siendo éste su último recurso para convencer al rubio.
Paul continuaba escuchando lo que aún no se quizo dar el lujo de observar desde detrás de la pared que separaba la cocina del pasillo que daba a las piezas. Observó el techo y después el piso mientras aún continuaba oyendo al cuarteto hablar.
La curiosidad terminó por tomar fuerza en su ser y controlarlo por completo por unos segundos, haciendo que con un aire decidido se decidiera en asomar su cabeza un poco, viendo cómo May y Taylor se besaban: aquella escena pareció extenderse por siglos, sin embargo, duró menos de dos minutos.
—Es solo por un tiempo, ¿si? —aseguró el castaño correspondiendo el abrazo que de pronto el más bajo le dio.
Prenter apartó su vista cuando presenció el último beso que la pareja dejó suceder, pestañeando varias veces intentando comprender la situación. Se dio un pequeño impulso, despegando su cuerpo de la pared y caminando de vuelta a la habitación en dónde él y John dormían. Abrió y cerró la puerta con cuidado, debido a que al parecer su compañero de cuarto seguía sin despertar.
Se recostó en su cama, mirando el techo sin ganas de observar otra cosa ya que su energía se había drenado de la nada pero no le parecía extraño.
—John —vociferó suavemente sin mover un dedo—, ¿estás despierto?
—Lamentablemente —balbuceó manteniéndose en la posición en la que se encontraba, aunque terminó moviéndose de todas formas logrando finalmente mirar a Paul recostado boca arriba—. Desperté cuando saliste hace unos minutos —informó bostezando y volviendo a cerrar sus ojos. Siguió hablando con voz somnolienta—, ¿qué fuiste a hacer?
—Supuestamente iba a ir a la cocina a comer un delicioso y rico desayuno pero —suspiró antes de completar su diálogo— no sé, se me quitaron las ganas...
— ¿Y por qué? —rió suave, aunque al no tener réplica John supuso que era algo serio, abriendo sus ojos, destapándose y sentándose en su cama. Se estiró y al final frotó sus ojos para ahora tener sus cinco sentidos alertas con la finalidad de escuchar lo que Paul quería compartir con él—. Vamos, no me dejes con la incógnita, sobre todo si es algo serio.
—Ví a Brian y a Roger besándose, John —cerró sus ojos.
— ¿Qué?
—Pero no es todo —se colocó en posición fetal mirando en dirección al otro participante de la conversación. Se miraron fijamente ahora—. Escucha... te diré algo pero no lo puedes compartir con nadie ni mucho menos decir que yo te lo dije, ¿entendido?
— ¿Y por qué tanta confidencialidad?
— ¿Pues no es obvio? Es porque supuestamente yo no lo sé —aclaró—. Pero ya, le estoy dando muchas vueltas al asunto. Como te dije, vi a Brian y a Roger besándose pero lo estaban haciendo en frente de Fred y John, así que ellos dos lo saben de igual forma y...
—Nada que no te dije que pasaría.
—Es que no es solo eso, es, ay... —sabía que el manager se enfadaría con la noticia, por lo que intentó amainar el impacto de sus palabras pero no encontró otra forma de decirlo— dijeron que son pareja.
Al poco rato se escuchó que la puerta de la habitación del hotel se abrió bruscamente, era John junto con Paul, el primero arreglaba su corbata mientras caminaba a paso rápido hacia el ascensor de la edificación, cuando llegaron a él uno de ellos lo pidió y se dedicaron a esperar.
—Es que no me calza —expresó Reid mirando en qué piso venía su ascensor—, no me calza que sean pareja. No pueden.
—Pues sí que pueden, ambos estaban solteros y había una tensión amorosa tan fácil de notar como un cartel neón en un callejón oscuro.
El ascensor llegó, las puertas del mismo se abrieron dando paso a dos personas que se bajaron. El par de dúos intercambiaron un saludo de buenos días y después cada grupo se fue por su lado, siguiendo de esta forma su propio camino. La conversación siguió.
— ¿Cómo mierda estás tan seguro?
—Por favor, John, se besaron.
— ¡No por besarse van a ser pareja!
—Bien... si sigues dudando entonces te recuerdo que los oí hablando de esconder algo de la prensa, ¿que acaso no te parece obvio que es lo de Roger y Brian?
— ¿Y por qué les urge? Que yo sepa los periodistas no han dado ningún testimonio ni han publicado alguna foto en la que se les vea involucrados al par ese.
Llegaron al piso uno, bajándose de inmediato a penas llegaron. Se despidieron del recepcionista y al salir del hotel, giraron a la derecha, siguiendo por la misma calle, observando en algunas ocasiones su rededor.
Caminaron por unos minutos en silencio hasta llegar a la esquina en donde antes de cruzar, Prenter detuvo a su acompañante y le hizo fijar su vista en el gran revistero del que un kiosco que había justo allí. Apuntó al diario que tenía como portada una imagen de la primera rueda de prensa realizada en Estados Unidos, la cual, exponía al baterista observando atentamente a uno de sus compañeros. Brian, para ser más exactos.
—Pues sí no sabías que un periódico con esa portada y artículos andaba circulando por Europa, Reino Unido y Estados Unidos, déjame decirte que eres un terrible manager —dijo poniendo sus manos en su cintura.
Reid agarró el papel e intentó leerlo, sin embargo, esto no fue exitoso, ya que el periódico estaba en italiano.
—Una mierda —murmuró, pasándole el dinero que costaba el objeto al vendedor y continuando su camino mientras intentaba descifrar lo que la plana decía—, en eso se va a convertir esta banda, en una mierda —habló esto último completando su frase.
—No exageres, quizás se nos vengan un par de problemas por esto pero si sabemos cómo lidiar con el tema entonces quizás los periodistas se olviden de todo y...
— ¡Eso quisieras! —interrumpió a su amigo para después apartar de su vista lo que anteriormente estaba leyendo y cruzar la calle acompañado de Paul—. Felicidades, Paul, estabas en lo correcto, todo indica que sí son pareja.
— ¿Y-Y si les preguntamos sobre esto? ¡Tal vez nos digan la verdad!
—Ese cuarteto de actores de tercera no te van a decir por nada del mundo la verdad a menos que les pagues o bien los amenaces. Tengo claro que ahora mismo no confesarán, así que lo más acertado será fingir que haremos que no sabemos nada —entró al lugar al que se dirigían.
Apenas pusieron un pie dentro, un mesero se les acercó, ofreciéndoles mesa y de paso sus servicios. Se sentaron, ordenaron y después continuaron conversando.
— ¿Nada? ¿Como si fuéramos ciegos?
—Quiero ver cuánto les dura la mentira. Cuando una persona miente llega un punto en que su culpa le carcome la mente y confiesa, si no, es buen mentiroso o un probable psicópata.
—Qué exagerado —rodó sus ojos—, pero si es por eso entonces no creo que duren mucho más, la prensa sospecha ya de ellos y sabemos que ninguno de los cuatro están acostumbrados a la presión: un poco más y ya confesarán todo.
—Y pum, la banda deja de existir: se empezarán a culpar de todo los unos a los otros y el público se olvidará de ellos —el manager suspiró, harto del tema.
—Luces bastante preocupado por esto.
—Estoy preocupado por ellos a decir verdad. Recién empezaron su carrera y ya están haciendo polémicas y creando chismes. Siento que el culpable de todo esto es Roger en realidad... agh —resopló—, ¿sabes cómo reaccionará la gente si se entera de esto?
— ¿Acaso tú sí?
—Es un misterio y ese es el problema, aunque podemos tantear entre dos opciones; o hunden a Queen con sus comentarios, su desinterés en los álbumes y finalmente los olvidan y todo por un simple noviazgo o por otro lado, logran obtener aún más apoyo y seguidores... hay dos posibilidades y la más viable de suceder es la primera —desvió su mirada a la vez que sacaba una cajetilla de Marlboro de su chaqueta junto con un encendedor. Poniendo un cigarro entre sus labios lo encendió al final.
—Ya veo —hizo una pausa y observó al garzón, quien les traía dos vasos de agua y los servicios: los posicionó en la mesa y después se retiró—, estás preocupado por el dinero y la fama.
La acotación hecha por Prenter fue tomada como personal por John, quien volteándose hacia su acompañante formuló su réplica más rápido de lo que creyó poder. Tomó aire y respondió.
—No sé qué clase de manager sería si no me preocupara por aquello —alzó una de sus cejas, Paul se percató de esta acción—. Tengo que asegurar el éxito de mis clientes, Paul —le dio una calada a su cigarrillo evitando a la vez establecer contacto visual otra vez con quien tenía al frente. Su tono de habla emitía seriedad—, ese es mi trabajo, para eso me contratan.
El menor inhaló una bocanada de aire dejando su boca abierta al final, casi procesando lo que acababa de escuchar. Descubrió que no sabía cómo rebatir contra la respuesta de John.
—Me estás juzgando... En silencio, pero lo haces —inhaló otra vez el contenido del cigarro y después exhaló.
— ¿Crees que no sé lo que sucedió con Elton?
—Sería una estupidez pensar que no. Aún así, me causa un poco de gracia que pienses que sabes todo.
—Nunca dije saberlo todo —negó con su cabeza dos veces, manteniendo su mirada en el representante.
—Tu manera de decirlo me hizo especular aquello —se re-acomodó en su puesto—. Déjame adivinar... —empezó por decir— ¿leíste los periódicos del año pasado?
—Sí.
— ¿Y, qué había allí?
—Testimonios, diarios y cheques del banco, pedazos de entrevistas, fotos... miles de cosas que logran formar un argumento bastante verídico.
—No crees en todo lo que dice la prensa, ¿cierto? —rió, esbozando una amplia sonrisa al final cuando sus risas acabaron.
—Claro que no, eso sería estar cegado completamente a voluntad propia —el asistente agachó la mirada—. Prefiero oírlo de primera fuente.
—Qué bueno que tocaste ese tema. Si no te diste cuenta, ambos hablamos de que somos primeras fuentes —observó atentamente al contrario casi analizándolo— te afecta todo este enredo, ¿no es así?
—Se siente como la mierda misma.
—No te preocupes, ya pasará —dejó en el cenicero el cigarrillo y acto seguido tomó un poco de agua.
— ¿El sentimiento de estar en la mierda misma? Sí, lo sé.
—Abre los ojos y recuerda lo que te dije, Paul, se van a cansar —musitó como si estuvieran hablando de banalidades—. No sé cuándo ni cómo, pero lo harán, es cuestión de tiempo.
— ¿Y si no lo hacen?
—Entonces buscas a otra persona: no te preocupes por eso, hay muchos peces en el mar que buscan compañía.
Se detuvo ya que quien los atendía regresó con su pedido, dejando el mismo sobre la mesa. Lo último en ser posicionado sobre la superficie fue una botella de champagne, la cual una vez abierta y servida en copas por el mesero, permitió la retirada de este mismo, saliendo de la escena no sin antes musitar «que lo disfruten» en su idioma natal y observar de reojo al asistente, quien hacía lo mismo.
El garzón antes de entrar otra vez al recinto se dio la vuelta, haciendo por un corto lapso de tiempo contacto visual con Prenter. El trabajador le guiñó uno de sus ojos al cliente por fin desapareciendo. John había mirado atentamente la escena.
— ¿Ves? —rió, agarrando su copa y alzándola levemente propendiendo con esto un pequeño brindis— No hay por dónde perderse.
Paul sonrió, dándole la razón a su amigo. El dueto hizo sus copas chocar entre sí, haciendo aparecer el típico sonido que está acción provocaba. Bebieron el champagne y una vez terminaron aquello, John habló.
—Tú déjaselo todo a ellos —expuso el manager—. Ya verás que no hace falta la presencia de un tercero para que las relaciones fracasen.[...]
Feliz día de san Valentín CABRXSSSS OOOKSBSKAK me reporto desde la playa, espero que pasen un wen día del amor kdbdkja así que no sé qué más escribir aAAA
bueno eso adiós
Xaoooo
Besitos
-Ella
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Cigarettes
FanfictionSiendo casi ya la mitad de la década de los setenta, la banda en auge de fama, Queen, empieza su dominio sobre el rock y otros géneros musicales, comenzando a ser gracias a esto los integrantes de ésta, conocidos artistas en la industria musical. A...