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[Piazza Navona. Roma, Italia – nueve de la noche, 1975].

La tanda de conciertos había acabado y sus días que les quedaban en Europa estaban contados, la semana estaba ya por acabar y los últimos días que les quedaban en el país se les dieron libres.
El grupo de cuatro chicos se detuvo frente a la inmensa fuente en el corazón de Roma, en donde se agolpaba la gente y los vendedores ambulantes, quedándose mirándola estupefactos ante tal perfecta arquitectura la cual sin duda daba de qué hablar. Mas no se fijaron únicamente en aquello, lo otro que captó su atención era la cristalina agua que reflejaba los aces de luz artificial que iluminaba la fuente desde sus profundidades viendo destellos de las monedas arrojadas por la gente que alguna vez estuvo presente en la zona.
  A pesar del prominente gentío, el menor de los cuatro corría de un lado a otro al rededor de la gran fuente debido a las indicaciones que su ahora fotógrafo personal le estaba dando; a veces hacía poses heroicas, otras graciosas y pocas veces serias. Se subió a la barrera que separaba la vereda del abrevadero y continuó posando.
— ¡Anda!, demuéstrame que sí sabes cómo posar —musitaba en voz alta Mercury mientras sacaba y sacaba fotos. Sonreía cuando Deacon hacía poses estéticamente bellas—. ¡Oh, magnífico! Dame más —encendió el flash de la cámara, haciendo que su amigo quedara levemente cegado por esto.
—Oh- ahm, quedé ciego —exageró bajándose de la altura en la que se encontraba con ayuda del baterista, quien después de ayudarle, detuvo sus ojos en los pequeños brillos que se asomaban de vez en cuando en el fondo del pilar.
Elevó su mirada, observando a una pequeña niña tirando una moneda a la fuente. Cuando ésta se retiró junto con sus padres, Roger en seguida volteó hacia sus amigos.
— ¿Podemos lanzar monedas?
— ¡Ah, para pedir deseos! ¿Podemos, podemos? —preguntó enérgicamente John, juntando las palmas de sus manos y haciendo sus ojos de cachorro.
Taylor le siguió el juego y ambos hablaron.
— ¿Por favor, por favor? —dijeron al mismo tiempo
—No lo sé, pregúntenle a su papá —bromeó Frederick viendo las fotografías que había sacado aquél día. Sonrió, orgulloso—. Eres magnífico en esto, Fred —se dijo cerrando los ojos, conteniendo unas falsas ganas de llorar supuestamente por la emoción que le provocaban las bellas fotos que hizo.
— ¿Podemos pedir deseos, Bri? —preguntó el de cabello castaño claro agarrando el brazo del mayor.
—Si tienen monedas y se permite, entonces supongo que sí —asintió el guitarrista.
Los menores del grupo se tocaron sus bolsillos, comprobando que no tenían ni un solo euro en los mismos. Deacon suspiró, afligido por lo mismo.
—No podremos pedir deseos...
—Claro que podremos —el rubio se levantó las mangas de su camisa y poniendo sus rodillas en la barrera improvisó una coleta amarrando su cabello entre sí. Esta se desarmó de inmediato—, sólo saca las monedas que están en el fondo y reutilízalas.
— ¡Pero los deseos de las demás personas no se cumplirán!, y estarán tristes si eso pasa...
—No si deseas tener todo el dinero del mundo: eso incluirá el que está en la pileta y te eximirá de toda culpa y aún así los deseos de las otras personas se cumplirán.
— ¿Me he juntado demasiado tiempo con él o es que lo que dijo en verdad tiene sentido? —le murmuró Brian a Mercury, quien dejando descansar la cámara en su pecho respondió.
—Un poco de ambas, quizás... —puso sus manos en su cintura— pero yo diría que hay más de la primera.
—Esa es una lógica muy tonta, en realidad —criticó el bajista a Roger, dirigiéndose hacia sus otros dos amigos para pedirles las tan necesitadas monedas y ver si podían arreglar el problema—. ¿Acaso no tienen monedas?
—Mmm —titubeó el de pelo negro para después meter sus manos a todos los bolsillos de su ropa. Encontró al final un billete—. Si es tan necesario, podemos pedirle cambio a alguien, tesoro. Hay varios vendedores por aquí y es obvio que deben de tener monedas.
—Tienes razón, ¡vamos!
—Muy bien —giró hacia el guitarrista—. Brian, cariño, ¿me prestarías tu cámara instantánea?
—Sí, claro. Solo cuídala ¿eh? —se la quitó y después se la pasó en las manos a su amigo.
  —Oh, por favor, hablas conmigo, no con Roger. Tu cámara estará a salvo, ¡mi segundo nombre es "cuidado"!
—Claro —rió May—, sí se le acaba el papel me avisas.
  —No tengas duda de ello.
— ¡Freeeed, ya vamos! —exigió de forma infantil John, quien ya al aburrirse agarró la muñeca del vocalista y sonriente se lo llevó, dejando al más alto solo.
Brian se dirigió hacia donde estaba su pareja y sentándose al lado de él, se dedicó a observar qué hacía, descubriendo que el rubio estaba agachado con uno de sus brazos metidos en el agua intentando sacar las monedas del fondo de la fuente. Esbozó una sonrisa ladina, escapándosele una risa chica al recordar que el menor también hacía eso cuando era pequeño.
  No quiso hablarle de inmediato por lo que por unos segundos lo único que oyó fueron los chorros del líquido chocar contra el que estaba acumulado en el pilar, pero se entretenía viéndolo concentrado y determinado por conseguir algo, eso le hacía creer que el pequeño rubio con quien salía a jugar parecía no haber cambiado.
—Rog —dijo su nombre, recibiendo una mirada atenta—, ya no hay necesidad de sacar monedas de la fuente. Fred y John fueron a cambiar y pronto traerán para que podamos lanzarlas.
—Ah —pareció comprender, aunque obstinadamente siguió en lo suyo—. No me importa, quiero sacar algunas igual —se levantó y sentó cerca del mayor, sacudiendo el brazo que tenía mojado, intentando secarlo. Le mostró los redondos y brillantes euros que había obtenido, sonriente—. ¡Mira!, esta tiene al hombre de Vitruvio —se la enseñó, esperando a que su novio pusiera en altura la palma de su mano y, una vez la tuvo al alcance, le dejó el objeto en el lugar anteriormente nombrado—. ¿Sabes que la pintura fue hecha al rededor de 1490 y que con ello Leonardo demostró que sí podía existir el hombre perfecto?
— ¿En serio?
— ¡Sí!, lo hizo a través de la matemática, ya sabes: ángulos perfectos, números pares... es mi pintura favorita, por cierto. Y mira esta, es de cinco céntimos y tiene el Coliseo Romano —le puso esta moneda en donde mismo estaba la otra—. Ambas están muy brillantes, son del año pasado.
May sonrió ampliamente, para después observar el perfil de su chico mientras éste explicaba la historia y decía curiosidades sobre el monumento estampado en la moneda.
— ¿Sabías que por el contrario de lo que la gente cree, hubo mujeres gladiadoras? Y los enfrentamientos eran mucho más sanguinarios que los de los hombres.
— ¿Ah, si? —consultaba absorto.
—Ajá —asintió varias veces—, también que la inauguración duró más de tres meses y que se usaron 700.000 toneladas de piedra para que se construyera. Algunos dicen que murieron más personas allí que por causas naturales, pero esa es una exageración —negó con su cabeza, rió después—. Hay monedas que aún se tallan, esa está tallada a mano y está muy bien hecho, ¿a que no es lindo?
—Bellísimo —afirmó aún observando a su pareja.
Sus miradas se encontraron, ahora se estaban observando fijamente.
— ¿Qué miras? —habló Roger soltando un par de risitas aún mirando el avellana en los ojos de Brian, quien se quedó callado, dudando de si responder lo que tenía en mente o no.
El guitarrista se sonrojó.
—Al amor de mi vida.
El rostro de Taylor de inmediato se tornó carmesí, descubriendo también que su corazón palpitaba más rápido de lo normal al sentir las manos del contrario unirse con las suyas y acercársele.
  Habló algo algo más tenso de lo normal, habló preocupado.
—Brian, eh, estamos e-en público —murmuró alejándose un poco—. Recuerda lo que acordamos con...
— ¿Con...?
— ¡Digan queso! —pronunció una voz. Lo único que vieron fue el flash de una cámara, después, escucharon el sonido de una fotografía siendo impresa. Hizo un tipo de pinza con sus dedos y la agarró de la parte blanca para después agitarla un poco y por fin revelarla. Él y Deacon se quedaron observándola—. ¡Qué linda foto!
—Roger sale bien en las fotos hasta cuando está distraído, vaya hijo de puta —dijo el bajista molesto superficialmente por esto.
—No es mi culpa ser naturalmente fotogénico —presumió, levantándose junto con Brian y recibiendo la moneda que John le ponía en frente.
El grupo se puso al rededor de la fuente, listos para pedir sus deseos y lanzar la moneda al agua para que así se realizaran. Se dieron vuelta, quedando de espaldas a la pileta.
John sonreía y se movía en su lugar, emocionado. Vociferó lo siguiente.
—Bien, ¿todos tienen listos sus deseos? —los demás confirmaron que sí—. A la cuenta de tres lanzamos las monedas, ¿entendido? Uno, dos...
—Espera, espera —el rubio le interrumpió—, ¿puedo contar yo?
— ¡No, ese es mi trabajo!
Taylor puso ambas de sus manos en sus caderas y miró directamente al bajista, quien sin quererlo hizo una expresión facial que podría interpretarse como una desafiante invitación a pelear. Antes de poder empezar con la decisiva batalla que definiría quién de los dos sería el contador, escucharon palabras que los devolvieron a la realidad.
  —Mira, yooo nací primero entonces yooo debo contar.
  — ¿Ah, sí? Pues yooo nací después así que tengo más derechos.
  — ¡Eso no tiene sentido!
  — ¡Claro que sí!
—No sean así de infantiles y no peleen por una cosa así de pequeña —habló May, riéndose por lo absurda que era la pelea—. Yo contaré.
Brian se les adelantó en hacerlo, por lo que Roger y John tuvieron que resignarse, demostrando que lo habían hecho al volver a su posición anterior y recordar mentalmente cuál era el deseo que pedirían. Todos escucharon atentos la cuenta regresiva mientras formulaban el deseo. Cuando llegaron a uno, las cuatro monedas salieron disparadas por el cielo, haciendo un tipo de voltereta antes de caer al agua y hacer un sonido reconocible a oído de cualquiera.
  — ¡Se cumplirá, se cumplirá! —afirmó dando saltitos y aplausos cortos y rápidos John.
  —Me parece simplemente espléndido, sólo espero que no sea mi muerte —sonrió y carcajeó Frederick sacando el gran mapa que tenía a mano. Tachó con un lápiz el monumento y el lugar en el que estaban—. ¡Maravilloso, ya recorrimos toda Roma!
  —Woah —vociferó Taylor observando el mapa también—, es una pena que no podremos ir a otra parte que no sea Roma. Venecia sonaba interesante.
  — ¿Venecia? —Mercury volteó el mapa y observó la parte trasera del mismo, encontrándose con uno de toda Italia. Buscó exhaustivamente el lugar nombrado por el baterista y cuando lo encontró, rió— Estamos demasiado lejos, le calculo unas dos horas y media...
  Brian le quitó suavemente de las manos el objeto y buscando lo que necesitaba, cuando lo encontró vociferó.
  —En realidad en automóvil son cinco y en tren son tres, casi cuatro... ¿aún así quieren ir?  —le preguntó a sus compañeros pero sobretodo pensando más en Taylor, sabiendo que este se aburría en los viajes largos.
  —Ugh, ¿cinco horas? —se quejó Deacon frunciendo el ceño y suspirando— No creo aguantar tanto.
  —Te vas durmiendo y ya —le recomendó el rubio, quien a pesar de lo largo que sería el viaje quería ir. Sabía que se divertiría en el camino—. Anda, si quieres nos vamos juntos.
  —Mmm, no lo sé —dudó.
— ¡Vamosss! —le dijo agarrando su brazo y sacudiéndolo—. No te arrepentirás.
—Deacy, dulzura, es más probable que te arrepientas de no haber ido a que de haber hecho un viaje de cinco horas en tren. ¡Hay que aprovechar que estamos aquí y ver todo lo que podamos! Además, sé lo tanto que te gusta William Shakespeare y te diré que a unas cuantas horas más al este se encuentra Verona, ¿y sabes qué hay allí? —el menor iba a responder, sin embargo Freddie se le adelantó— ¡Exacto, la casa de Julieta!
—En realidad, la casa de Julieta es solo una atracción turística que... —el bajista quería continuar, sin embargo, al querer exponer la verdad sobre el monumento y así lograr que no fueran, se detuvo al ver que sus compañeros le miraban con cara de que dejara de hablar.
  —No le quites la magia, John —pidió Brian—. Además si taaanto sabes sobre esa atracción turística, sabrás que en la pared de ladrillos se pueden pedir deseos.
  —No son deseos, Bri. Son cartas: se las escribes a Julieta y ella verá si puede cumplir tus peticiones amorosas —le corrigió su pareja.
  —Estuviste informándote, al parecer —dejó escapar esa típica risita suya que hacía de vez en cuando. Al escuchar esto, Taylor se le acercó y le sonrió, buscando su mirada.
  —Claro que sí, ¿con quién crees que tratas?
  Las risitas entre la pareja no cesaban, y esperando a que esto último sucediera Frederick y John se quedaron mirándolos, al final, aunque no les agradara, tuvieron que separarlos.
  —Por más que me enternezca toda su cursilería tendré que decirles que paren. Amores, estamos en público y ya saben como están las cosas con la prensa. Recuerden que deben ser ¡dis-cre-tos! —vociferó el vocalista.
  La pareja se separó y pidió disculpas conteniendo notablemente un par de risas. A pesar de que ya no estaban juntos del todo, una de las manos de May se adelantó y agarró una de las del rubio, haciéndolo sonreír.
  —No coman pan en frente de los pobres —dijo indignado falsamente Deacon, quien con sus palabras hizo reír al grupo.
  —Nos dejamos llevar —rió el guitarrista sonrojándose un poco por el incidente ocurrido—. Es todo, lo lamentamos.
—No se preocupen, de pronto a todos nos pasa —esbozó una sonrisa Frederick, siguiendo después con su diálogo—. Pero bueno, ¿les parece si nos vamos al hotel? No hay nada más que hacer y ya recorrimos toda Roma, además, si quieren ir mañana a Venecia y a Verona tendremos que tener energías para levantarnos temprano, y eso requiere una buena noche de sueño reparador. ¿Qué dicen?
—Por mí está bien —Taylor asintió, su pareja también llegó a la misma conclusión.
Se formó un silencio, en el cual se pronunció un tierno bostezo del menor. El mayor del cuarteto habló.
—Al parecer todos estamos de acuerdo en irnos al hotel a descansar —Deacon rió por la acotación de Frederick—. ¡Andando! —caminó casi guiando a sus compañeros como si fueran una tropa de exploradoras buscando su siguiente medalla la cual completaría la colección de todos.

[...]



okokokokokokokokokokokok
Qué tal amigxs su fantasma favorito ha llegado sí señor soy yo la Sofi KBFJFKDNFN no me he aparecido en MUUUCHO tiempo aunque igual ni se notó, idk
Perdonenme por ser tan mala con ustedes,,,xfa
Pero bueno, dejemos la cursilería de lado.
BRO YA SON DIEZ MIL LEÍDAS DJFBEKFJDKFJN la última vez que vi las visitas eran literal MUCHAS MENOS QUE ESTO ❣️💌💟💓💗💓💌💌💝💟💚💖❤️
el tiempo empleado en este fic es literal un año, y me siento orgullosa de cómo Ella ha mantenido a flote todo esto (y claro, ustedes que lo mantienen vivo)
Ya saben que a veces por problemas uno se desvía (yoyoyo) xd comosea, he de retomar mi labor responsablemente y esta vez sí tomármelo en serio porque ustedes también lo hacen. Muchas gracias,,,de verdad que este ha sido uno de los logros de mi vida.
DE NUEVO MUCHAS GRACIAS, PORQUE NUNCA SE LOS AGRADECERÉ LO SUFICIENTE.
GRACIAS POR LEER ESTE FANFIC QUE COMENZÓ COMO UNAS RISAS CON ELLA Y TERMINÓ CON TODXS USTEDES, LXS AMAMOS DEMASIADO ❤️❤️❤️❤️
-sofi,,,

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